lunes, 31 de octubre de 2022

Acerca de una reunión del Consejo de Ministros.



Comentario sobre e el artículo de Yudy Castro Morales titulado Que siga siendo recto el camino de lo aprobado publicado en Granma el 22 de octubre de 2022

Por: Fidel Vascos. 


En la reunión se hizo hincapié en la situación de las cuentas por cobrar y por pagar, “viejo asunto que exige soluciones definitivas”. Según mi opinión, la solución consiste en  que las entidades a las que no se les paga no sigan vendiéndole a las instancias que no les pagan, denunciando ante los tribunales los casos morosos.

Se dijo que “el país no tiene más dinero para importar”. Aquí se confunde el país con el Estado. Es probable que el Estado no tenga mas dinero para importar, pero el sector no estatal si lo tiene y puede conseguir mas.  Al respecto, se debe facilitar esta gestión al sector no estatal suprimiendo el monopolio estatal del comercio exterior y autorizando a las cooperativas, MIPYMES y Trabajadores por Cuenta Propia (TCP) a importar y exportar directamente a suministradores y clientes en otros países sin necesidad de hacerlo mediante un intermediario estatal. Además, al sector no estatal se le debe autorizar abrir cuentas en divisas extranjeras en Cuba para que operen con sus propias divisas a su cuenta y riesgo financiero.

Se planteó que La contratación no puede dejarse a la espontaneidad”. En este criterio se manifiesta el perjudicial método de planificarlo todo administrativamente desde un centro por encima de las empresas. Los contratos deben establecerlos las entidades contratantes con absoluta libertad entre ellas sin interferencias de terceros, solo cumpliendo las normas generales de ese acto legal establecidas por el Estado.

En cuanto a la construcción de viviendas, se informó que los resultados del plan aprobado “no son halagüeños”. El Primer Ministro pidió que le presentaran “una propuesta sobre qué hacer, de manera diferente, que permita realmente avanzar”. En respuesta a esta solicitud propongo tener en cuenta las consideraciones siguientes. La construcción de viviendas no debe basarse principalmente en el llamado “esfuerzo propio” aunque éste debe seguir promoviéndose. El Estado debe asumir el grueso de la construcción de sólidas viviendas que no salgan volando con el primer ciclón que aparezca. Los arquitectos y constructores cubanos están capacitados para ello. Lo demuestra el diseño y edificación de los eficientes y fastuosos hoteles que se construyen para el turismo. Comprendo que uno de los problemas mas graves que enfrenta el Estado es el financiamiento. Para resolver este asunto considero que se puede acceder a varias fuentes. Una  ellas consiste en que los propios aspirantes a tener una vivienda construida por el Estado la financien con sus propios recursos tanto individualmente como mediante la organización de cooperativas para esos fines. Otra variante es retornar al método que aplicó Pastorita Núñez al principio de la Revolución que logró el financiamiento mediante  una Lotería Nacional.

Llama la atención que se aprueban muchas mas MIPYMES que cooperativas no agropecuarias siendo éstas las que se basan en la propiedad social y métodos colectivos de dirección.

En la reunión se reafirmó que “la empresa estatal socialista es el actor fundamental y los nuevos actores son su complemento”. Al respecto tengo una opinión diferente. Pienso que los nuevos actores no deben ser considerados como un complemento subordinado a la empresa estatal socialista. Ambas entidades productivas deben actuar con el mismo nivel autónomo de gestión en un ambiente de competencia leal en el marco de las leyes económicas objetivas del mercado. Tampoco creo que los nuevos actores deben ser incorporados mediante un plan administrativo a las estrategias de desarrollo local e “insertarlos en el ecosistema municipal, incluyendo los encadenamientos con la empresa estatal y el vínculo con el Gobierno, la universidad, la banca”. Estoy de acuerdo con estos objetivos pero éstos deben promoverse creando condiciones estimulantes para ello y dejando a los propios actores la toma de decisiones al respecto sin compulsión administrativa estatal.

 Coincido con la elaboración de una norma que defina los mecanismos de control de estas figuras, desde los organismos nacionales hasta el nivel de los municipios”. Asimismo considero que también debe elaborarse una norma que impulse y desarrolle la participación creciente de estas figuras en la economía cubana.

La Habana, 29 de octubre de 2022

viernes, 28 de octubre de 2022

Twitter “marca” y limita el alcance de medios cubanos

 Este lunes 24 de octubre, Twitter marcó a algunos medios de prensa cubanos como “afiliados al Gobierno” de Cuba, una acción que censura y estigmatiza a medios públicos del país, que pone en práctica una decisión anunciada por la plataforma en agosto de 2020 y afecta a los destinatarios y potenciales lectores de los tuits de los medios etiquetados.


Twitter ha advertido que no va a recomendar ni amplificar entre los usuarios las cuentas o publicaciones de Cubadebate, Radio Rebelde, Radio Habana Cuba, Gramna, Trabajadores, Juventud Rebelde y Canal Caribe, entre otros, sin distinguir medios públicos financiados por organizaciones sindicales o políticas de los medios públicos estatales.

Edilberto Carmona, quien gestiona los perfiles en redes sociales de Cubadebate, aseguró a Cubaperiodistas que la decisión “forma parte de un intento de clasificar a los medios que ellos consideran ‘democráticos’, e influir en la opinión pública desde sus posiciones de poder”.

“Es irónico que reconozcan la existencia de grandes medios con esas características como la BBC o la NPR, pero que estos no reciben esas etiquetas, por su ‘independencia editorial’”, dijo.

“Cubadebate –precisó– ha sufrido este tipo de bloqueos en otras ocasiones, como el ocurrido en 2019, a su perfil principal y al de sus editores y colaboradores, lo cual solo pone un cuño a lo que sabíamos: informar desde un punto de vista alternativo al orden geopolítico occidental es vigilado y censurado”.
Por: Patricia María Guerra Soriano.


Para el analista español Carlos González Penalva, esta manipulación de los algoritmos para hacer menos visibles a unos medios respecto a otros es parte de “la construcción de la unanimidad de rebaño”, es decir: imponer un único relato. “Hemos pasado de las pintadas nazis a los judíos a las marca de Twitter”.

La metodología que emplea Twitter para parametrizar a “medios afiliados al Gobierno” es discrecional, sin nada que explique por qué etiqueta así a algunos medios de algunos Gobiernos del mundo, no a todos (ni a la mayoría) de los medios estatales ni gubernamentales; tampoco a los que reciben la mayor parte de los recursos de Gobiernos para funcionar, algunos violando las leyes de terceros países.

¿ADNCuba, Cubanet o Diario de Cuba, por citar algún ejemplo, que reciben dinero de instituciones federales de Estados Unidos para el “cambio de régimen en Cuba”, aparecerán con la etiqueta “medio afiliado al Gobierno de EE.UU.”?

Hay un obvio encuadre peyorativo en esa selección por conveniencia política. Con ello, Twitter muestra su propia “línea editorial”.

La plataforma gestiona contenidos, como cualquier otro medio de comunicación, en este caso uno que se guía por las leyes y los estereotipos de su Gobierno, el de Estados Unidos.

No “modera contenidos”, como suele repetir para maquillar sus acciones, sino que filtra y gestiona información bajo un sesgo político.

(Tomado de Cubaperiodistas)

martes, 25 de octubre de 2022

La era de la conspiración.

 Por Ignacio Ramonet.


En un universo lleno de incertidumbre –como el que envuelve hoy a las clases medias blancas estadounidenses– no es anormal que proliferen las “teorías del complot”


Podríamos definir el complot o la conspiración como un proyecto secreto elaborado por varias personas que se reúnen y se organizan en forma clandestina para actuar juntas contra una personalidad o contra una institución. Recuérdese que conspirar significa, etimológicamente, “respirar juntos”.


La historia y los historiadores dan testimonio de la existencia real de cientos de verdaderos complots. Los ha habido siempre. Desde, por ejemplo, la célebre Conjuración de Catilina denunciada por Cicerón en el año 63 a. C., o el asesinato de Julio César en el 44 a. C. hasta el escándalo del Watergate en 1972, el caso Irán-Contras en 1986, o el complot mediático-político en Venezuela para derrocar a Hugo Chávez el 11 de abril de 2002.

Los complots existen, no cabe duda. Pero el complotismo, el conspiracionismo o la “teoría del complot” son otra cosa. Proponen una visión paranoica del mundo, que sitúa, en el centro del desarrollo de la historia, narrativas nacidas de un imaginario más o menos delirante cuya realidad no está en absoluto demostrada. Tratan de explicar cualquier fenómeno histórico causante de un impacto social importante (crisis, atentado, golpe de Estado, guerra, pobreza, peste, pandemia, etc.) mediante un constructo intelectual que responda a todos los interrogantes suspicaces posibles. Consideran que cualquier desastre o acontecimiento social traumático es consecuencia de una “conspiración” de algunas fuerzas superiores y secretas. Y esto es muy antiguo; la propia palabra desastre, que significa “mala estrella”, se origina en la creencia profunda de que nuestro destino está fatalmente determinado por los astros.

El conspiracionismo satisface las exigencias de muy diversos actores políticos y sociales. Identifica, según la época, a ciertos grupos (las élites, los ricos, los capitalistas, los empresarios, los extranjeros, las minorías étnicas, los comunistas, los judíos, los yihadistas, los gitanos, las brujas, los albinos, los pelirrojos, el Opus Dei, la CIA) y los culpa por los eventuales cataclismos políticos, económicos, sociales o sanitarios que se abaten sobre una sociedad. El complotismo constituye, en cierto modo, una maniobra de manipulación para modificar la interpretación histórica de un acontecimiento. Los teóricos de la conspiración se niegan a aceptar el papel del azar o de la iniciativa individual en los grandes acontecimientos. No creen que las cosas puedan suceder sin que alguien tenga la expresa intención de que así sea.

A veces, denunciar un (inexistente) complot puede provocar, por efecto de pánico o ataque preventivo, una verdadera masacre. En Ruanda, en abril de 1994, después de un atentado que provocó la destrucción del avión presidencial y la muerte del mandatario hutu Juvénal Habyarimana, la emisora Mil Colinas de Kigali, una “radio de odio”, denunció sin tregua la existencia de un supuesto complot que estaría preparando la minoría tutsi para destruir a los hutus. Era falso. Pero esa denuncia sirvió de detonante para que, armados de machetes, decenas de miles de hutus se lanzaran a las calles a masacrar tutsis. Un auténtico genocidio que causó el exterminio de unas 800 mil personas (1. Rosa Massagué, “Crónicas bárbaras de un genocidio”, El Periódico, Barcelona, 8 de abril de 2014.).

Dice la sismóloga estadounidense Lucy Jones: “Las teorías de la conspiración no solo implican creer en algo que no es verdad, sino pensar que hay un grupo de gente malvada que es responsable de un desastre. Estas teorías se vuelven mucho más comunes después de una tragedia. De una manera extraña, esas teorías te hacen sentir más seguro porque crees que tienes información especial que otras personas no poseen. Es como con las películas de terror: nos gusta pensar en cosas peligrosas cuando estamos a salvo” (2. Lucy Jones, Desastres. Cómo las grandes catástrofes moldean nuestra historia, Madrid, Capitán Swing, 2021, p. 128.). En situaciones de crisis grave, como la que viven hoy las clases medias blancas estadounidenses, en las que una explicación clara y racional de lo que les ocurre no resulta evidente, la teoría de la maquinación ofrece respuestas. Da una sensación de control. Procura una suerte de contrapeso psicológico al vértigo de la incomprensión. Propone una narrativa congruente para darle sentido a un mundo que, de pronto, parece estar desposeído de lógica.

Como escribe el profesor Mark Lorch, catedrático de la Universidad de Hull: “Una de las causas por las que las teorías de la conspiración surgen periódicamente es nuestro deseo de imponer una estructura al mundo, y nuestra increíble voluntad de identificar pautas, normas, modelos” (3. saludconlupa.com/noticias/como-funciona-la-mente-de-unnegacionista-de-la-ciencia). Creer que tenemos acceso privilegiado a “informaciones prohibidas” nos procura un sentimiento de seguridad y de control. Nos ayuda a sentir que, en medio de un universo que se desploma a nuestro alrededor, tenemos ventaja, podemos llevar la delantera.

Redes y complots

En tiempos como los actuales, en los que las fuentes oficiales de información han perdido credibilidad, y cuando se otorga el mismo nivel de confianza a un meme que a un noticiero de televisión o a una agencia de noticias, no es aberrante que las teorías conspirativas encuentren mayor audiencia en el seno de grupos sociales muy impactados por la crisis. La tecnología ayuda. Porque mucha gente aprovecha el anonimato que ofrece internet para defender –amparados por la seguridad de un seudónimo– posiciones agresivas, irrespetuosas o extremistas. La mentalidad complotista, siempre paranoica, tiende a ver la historia bajo el prisma de la sospecha y de la denuncia. Varios ensayistas –y Umberto Eco desde la ficción (4. En novelas, por ejemplo, como El péndulo de Foucault y El cementerio de Praga.)– han explicado por qué nos fascinan algunas tesis disparatadas que pretenden detentar la clave absoluta para develar la “verdad verdadera” de lo que ocurre en el mundo.

El filósofo austríaco Karl Popper, probablemente el primer pensador que empleó la expresión “teoría de la conspiración”, plantea que esta visión es una expresión del oscurantismo contemporáneo, fruto de la secularización de antiquísimas supersticiones religiosas. “La teoría de la conspiración en nuestras sociedades –escribe Popper– es más antigua que la mayoría de las formas de teísmo, y es semejante a la teoría de la sociedad de Homero. Para Homero, el poder de los dioses era tal que todo lo que sucedía en la llanura delante de Troya era un reflejo de las diversas conspiraciones en el Olimpo. La teoría de la conspiración de la sociedad es simplemente una versión de ese teísmo: una creencia en dioses cuyos caprichos y deseos lo gobiernan todo. Deriva del hecho de abandonar a Dios y de preguntarse en seguida: ¿Quién está en Su lugar? Su lugar está ahora ocupado por diversos hombres, grupos de poder y siniestros grupos de presión, a quienes se culpará de haber planeado la Gran Depresión y todos los males de los que sufrimos” (5. Karl Popper, “En busca de una teoría racional de la tradición”, en Conjeturas y refutaciones, trad. Néstor Miguez, Barcelona, Paidós, 1983.).

Aunque teorías conspirativas ha habido siempre (algunos expertos señalan, por ejemplo, que en 1963 el 80% de los estadounidenses creyeron en teorías del complot en torno al asesinato del presidente Kennedy –6. Julia Carrie Wong, “Claves de QAnon”, El Diario, Madrid, 30 de agosto de 2020.–), lo nuevo es que ahora se difunden en una era en la que los ciudadanos están conectados permanentemente a las redes sociales y tienen acceso digital constante a la información. Una era en la que los mass media ya no poseen el monopolio de la influencia en la opinión pública.

Internet y las redes sociales ponen a nuestro alcance millones de narrativas alternativas en competición con las de los grandes medios tradicionales. Aquellas personas que no se atrevían a expresar algo porque era ilegal, inmoral, estaba mal visto o era políticamente incorrecto, ahora constatan: “¡Mucha gente piensa como yo!”… Y se desinhiben. De ese modo, las redes favorecen la creación de comunidades a veces con ideas de odio, racistas, machistas, supremacistas o antisemitas. Porque cada vez hay menos puntos fijos informativos que sirvan de referencia.

La causa de todo es la increíble aptitud de los seres humanos para imaginar historias inverosímiles, incluso cuando en el fondo sabemos que son falsas. Un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publicado por la prestigiosa revista Science, confirmó que las noticias falsas poseen más de un 70% de posibilidades de ser compartidas en las redes sociales que las noticias verdaderas, sobre todo si se relacionan con política: “La falsedad se difunde significativamente más lejos, más rápido, más profundamente y más ampliamente que la verdad, en todas las categorías de información. Y los efectos son más pronunciados para las noticias políticas falsas que para noticias falsas sobre terrorismo, desastres naturales, ciencia, leyendas urbanas o información financiera”, aclaran los autores del estudio (7. science.sciencemag.org/content/359/6380/1146).

Las redes sociales no están hechas para informar, sino para emocionar. Para opinar, no para matizar. En las redes, por supuesto, circulan muchos textos y documentos de calidad, testimonios, análisis, reportajes y videos. Pero la manera de consumir contenidos en las redes (aunque cada una de ellas tiene su propia especificidad) no es pasar el tiempo leyendo o viendo la integralidad de los documentos que uno recibe. Los usuarios de las redes no buscan respuestas sino preguntas. No desean leer. No son receptores pasivos, como los de la radio o la televisión. Las redes están hechas sobre todo para actuar. El ciudadano o la ciudadana que usa las redes quiere compartir o adherir dando like. El placer del internauta, lo que le gusta, es comunicar, transmitir, reenviar, difundir… La red funciona como una cadena digital. Cada usuario se siente eslabón, vínculo, enlace, con la obligación de expresarse y de opinar.

Lo que más circula y mayor influencia alcanza en la mayoría de las redes son los memes; especies de gotas, de haikus, de resúmenes muy reducidos, muy sintéticos y caricaturescos de un tema. Es lo que más se comparte. Los memes funcionan como si, en la prensa escrita, las informaciones se redujesen únicamente a los títulos de los artículos, y no hubiera necesidad de leerlos. Cada uno de nosotros puede hacer la experiencia: cuelgue en su red preferida el mejor texto, el video más completo, más inteligente y honesto que pueda haber sobre, por ejemplo, la guerra de Ucrania, y verá que, a lo sumo, puede alcanzar algunas decenas de likes… Pero si coloca un buen meme eficaz y novedoso, que, por su creatividad y originalidad, impacta y provoca a la vez risa y sorpresa, su velocidad de transmisión será impresionante.

Cuando, por ejemplo, el domingo 27 de marzo de 2022, en plena ceremonia de los Oscar, en Hollywood, ante millones de telespectadores, el actor Will Smith le asestó, en vivo y en directo, un tremendo cachetazo al cómico Chris Rock, la imagen de esa escena, convertida de inmediato en meme, se difundió a la velocidad del rayo, saturó todas las redes y prácticamente ocultó, durante varios días, todas las demás noticias, incluso las de la guerra de Ucrania, entonces en plena intensidad.

El deseo compulsivo de compartir y difundir es lo que hace que las redes consigan propagar masivamente un sentimiento general, una interpretación dominante, una opinión sobre cualquier tema. Ese sentimiento es el que, poco a poco, consigue imponerse en todo un sector de la sociedad. Esa es una de las grandes diferencias entre las redes y los medios tradicionales. Lo que excita a los usuarios de las redes es comportarse como activistas digitales con una misión, una encomienda: publicar y propagar noticias que confirman o parecen confirmar lo que ellos y sus amigos piensan. No se trata de difundir la verdad; se trata de retransmitir lo que se supone que la gente amiga desea leer. En ese sentido, las falsedades son más novedosas que la verdad. Por ello se comparten más.

Asalto al Capitolio

Por su estructura específica, las redes sociales se han convertido en manantiales de intolerancia y de odio. En gran parte porque su formato es antagónico con el de la deliberación, el debate o la dialéctica. El complotista ve la discusión de ideas y las propuestas contradictorias como agresiones. El “otro” es un enemigo, en guerra contra nosotros, los lúcidos. Semejante razonamiento es, por supuesto, peligrosísimo. Constituye la base del fanatismo y tiende a desembocar, de una manera u otra, en la agresión y el crimen de odio: “El maniqueísmo conspiracionista –confirma el profesor Jean-François Roussel, del Instituto de Estudios Religiosos de la Universidad de Montreal– prevé una resolución apocalíptica de la crisis, en una violencia sacrificial que diezmará a los ‘enemigos’, por el fuego o por la insurrección” (8. papyrus.bib.umontreal.ca/xmlui/bitstream/handle/1866/24672/ JFR_FMTL_2021.pdf?sequence=1).

Esta idea de “insurrección” comenzó a circular con insistencia en los medios conspiracionistas estadounidenses entre 2017 y 2020, a medida que se consolidaba una comunidad de partidarios de ultraderecha de Donald Trump, fanatizados y convencidos de la realidad de sus propios relatos complotistas. Durante todo ese tiempo, de forma cada vez más explícita, el magnate republicano apoyó, incitó y hasta movilizó a organizaciones supremacistas, ultranacionalistas y milicias armadas.

El ejemplo más evidente de cómo se radicalizaron esas extremas derechas desde la elección de Trump se pudo ver en Charlottesville (Virginia), el 12 de agosto de 2017. Ese día, una coalición de nuevas organizaciones racistas confederadas en el seno de la alt-right y de viejos grupos segregacionistas como el Ku Klux Klan, el Liberty Party, el Council of Conservative Citizens, además de diversos grupos neonazis como el veterano American Nazi Party (ANP), llegados de todo el país y conectados entre ellos por las redes sociales, organizaron una gran marcha con un eslogan común: Unite the Right (“Unir a la derecha”).

El pretexto del desfile era protestar contra el proyecto municipal de retirar una estatua ecuestre del general confederado Robert E. Lee. Pero en realidad se trataba de un intento, inédito, de unificar a todas las organizaciones pertenecientes a los diversos extremismos reaccionarios estadounidenses y de realizar una gran demostración supremacista de fuerza. Para oponerse a esa turba de radicales violentos que gritaban “¡América para los blancos!”, “¡Los judíos no nos reemplazarán!” y “¡No nos dejaremos avasallar!”, miles de militantes antirracistas y antifascistas (Antifa), venidos también de todo el territorio nacional, se enfrentaron a ellos. Las reyertas entre ambos bandos se intensificaron, hasta que un neonazi de 20 años originario de Ohio, James Alex Fields Jr., embistió con su vehículo, a toda velocidad, contra un grupo de Antifa, mató a una mujer e hirió a otras diecinueve personas. Un año después, a fines de 2018, un nuevo ataque racista a una sinagoga de Pittsburgh dejaba once muertos. Y en agosto de 2019, otro joven supremacista, autor de un “manifiesto” en el que denunciaba la “invasión hispana en Texas”, disparó contra la multitud de consumidores en un hipermercado de la ciudad de El Paso, matando a veintidós personas.

Pero el punto máximo de este fenómeno fue el intento de asalto al Capitolio. Nadie recuerda, en la historia reciente de Estados Unidos, algo semejante a lo que se vio en Washington el 6 de enero de 2021: una tentativa insurreccional de la extrema derecha para cambiar los resultados de las elecciones de noviembre de 2020 y permitirle a Trump instaurar una dictadura presidencial. El ataque causó cinco muertos y 140 heridos. Centenares de asaltantes fueron detenidos, muchos de ellos ya han sido juzgados y condenados. Las principales plataformas digitales –Twitter, Facebook, Instagram y YouTube– cerraron las cuentas del Presidente republicano por considerar que sus mensajes incendiarios publicados ese día incitaron a la violencia y por difundir noticias falsas sobre un supuesto fraude electoral.

La invasión del Capitolio se produjo después de que el mandatario, en su encendido discurso del mediodía de ese 6 de enero, reproducido por pantallas gigantes en la plaza Ellipse del National Mall, en donde se concentraban decenas de miles de fanáticos suyos, los alentara a “luchar como el infierno, porque si no nunca más tendrán patria”. En realidad, el objetivo de Trump era muy preciso: sabotear el conteo y desconocer el resultado electoral adverso, en un desesperado intento de aferrarse al poder.

En la memoria del mundo han quedado grabadas las impactantes imágenes del asalto. Todos los videos –de las cámaras de vigilancia, de los policías, de los agentes antidisturbios, de los periodistas y de los propios asaltantes– muestran que, entre los más de ochocientos violentos que consiguieron penetrar en el edificio, muchos iban armados con hachas, martillos, bates de béisbol, palos de golf, astas de banderas, palos de hockey y otros pertrechos belicosos. La sesión en el Congreso tuvo que ser suspendida; los senadores y representantes, tanto demócratas como republicanos, tuvieron que encerrarse y esconderse; la Guardia Nacional fue desplegada; las autoridades de la ciudad decretaron el toque de queda.

La embestida de las turbas trumpistas contra el corazón de la democracia norteamericana fue el resultado de un profundo lavado de cerebro a base de narrativas conspiracionistas y de relatos complotistas, principalmente difundidos por el propio Trump, un Presidente sin ley, convertido en ejemplo universal de la infamia. Y que sigue intrigando y conspirando para regresar al poder…

sábado, 22 de octubre de 2022

Sentencia y símbolo.

 Este texto ha sido tomado del facebook de la periodista de Prensa Latina y Cubadebate Ania Terrero, con su expresa autorización.


 El juicio contra Fernando Bécker lo viví como activista, como periodista, como mujer, pero sobre todo, como amiga. Y probablemente por ello, he escrito cada vez menos del tema en los últimos meses. Porque vi todo el proceso por dentro, porque leí sus sus miedos, porque pasamos doce horas sentadas allí hablando de todo para no hablar de nada, porque la sentencia -que sí, puede ser un precedente- a ella le pareció poco, y a mí me rompió el alma. 

Pero ahora, que más bien o más mal el capítulo se cierra, no puedo evitar pensar que aprendí mucho de ella. La vi crecer, empoderarse, echar la pelea y ganarla. Y en el proceso, desmontó todo lo que yo creía saber sobre la violencia de género, la revictimización y los activismos. Ella fue la que me enseñó a mi sobre sororidad, sobre paciencias, sobre estereotipos. Ella me puso de frente al conflicto real y me enseñó cómo luchar más allá de nuestros privilegios. 

Porque hace mucho rato que dejó de ser una víctima. Ella, y todas las demás, son unas valientes.  Porque la pelea no fue solo contra ese seudotrovador innombrable, fue contra todos los que no creyeron, los que las desacreditaron, los que intentaron hacer del caso un show político. 

Esta semana, con esa sentencia, en esta isla pasaron muchas cosas. ¿Demostramos que somos un país un poco más justo que hace diez años? Sí ¿Demostramos que nos faltan diez años y más para llegar a dónde deberíamos estar? También. Esa sentencia fue la victoria de una pelea simbólica. Porque quizás mañana él -y los otros tantos que no han salido a la luz- se lo piensen un poquito; porque tal vez cuando llegue la próxima denuncia -que vendrán- consigamos ser más empáticos; porque ojalá sirva como evidencia de la falta que nos hace esa ley. 

Pero sobre todo, esta semana ella y las otras cinco valientes fueron a la batalla por nosotras, por las que no hablaron, por las que han callado otras tantas agresiones, por las que podemos ser violentadas mañana, por mi hija. Y ganaron, de eso no me caben dudas. Gracias hermana.

jueves, 20 de octubre de 2022

Cintio, leído al amanecer.


Del muro de facebook de José María Vitier García-Marruz. 

(En el Día de la Cultura Nacional, palabras fundadoras de mi padre)

"Ustedes, los cubanos que no han dejado de serlo en su corazón y que no viven en la isla, y nosotros, los que aquí seguimos viviendo en tan distintas circunstancias, ¿no somos ya de hecho sustentadores e impulsores diversos de una única nacionalidad, de una sola cultura nutrida de identidades y de diferencias?

"Históricamente no hemos admitido nunca la adversidad estéril, el sufrimiento inútil. De todo este dramático proceso, más que cicatrices que se vayan borrando y olvidando, más que reajustes razonables de perspectivas mutuas y de acuerdos prácticos, aunque todo ello sea tan deseable, debieran nacer otras espirales de esa identidad que nos mira desde los ojos de nuestros fundadores y también, con extraña vehemencia, desde los ojos de nuestros desconocidos descendientes. Ojalá que sepamos ser el puente de ambas miradas, y que nuestros diálogos puedan auspiciar para todos una Cuba siempre fiel a sí misma, y, siguiendo la vocación de su propia identidad, siempre mayor que ella misma".


CINTIO VITIER
Noviembre y 1995.




La Patria, a través de Cintio*... 


¿Qué es la patria? Martí dijo aquello que siempre se cita: "Patria es Humanidad"; sí, pero dijo otra cosa: "La patria no es el objeto de unos cuantos tercos". Eso es muy interesante, porque es casi una defensa de sí mismo. Y dijo también: "la patria es cosa divina".  Me di cuenta de una cosa: la patria no es la nación, no es el Estado, no es el país. La patria es la patria; una obviedad, que no es tal. La patria es algo por lo que un hombre es capaz de morir y también ese algo que está en un pequeño sabor y en un gran combate. Es el dulce de guayaba y la Batalla de Las Guásimas, ¿te das cuenta? La patria es algo mínimo y máximo. No es la naturaleza, exclusivamente. Muchos de los que se han ido de Cuba se llevaron con ellos la patria. Me refiero a los buenos cubanos. No son miserables y fanáticos todos los que se fueron o se los llevaron, muchos de ellos víctimas de errores -como esos niños de la Operación Peter Pan, espanto ocurrido en los primeros años de la Revolución, en el que estuvo vinculada la Iglesia.

Di una conferencia mínima -últimamente estoy escribiendo en el estilo bijirita-, que titulé "Fe, Patria y Poesía". Ahí me pregunto qué cosa es la patria y por qué en muchas regiones del mundo se relacionan las apariciones de la Virgen con la patria. La Virgen de Guadalupe es México; la Virgen del Pilar es España, en particular Zaragoza… Con esta virgen culmina la rebelión zaragozana, descrita también en El Siglo de las Luces, de Carpentier. Ese libro está lleno de iluminaciones.

En 1916, miles de mambises pidieron a la Santa Sede que considerara a la Caridad del Cobre como la Patrona de Cuba. Muchos de ellos eran masones, que no practicaban ninguna religión en particular, pero creían en la Caridad del Cobre, una imagen de la Virgen que flotaba sobre el mar, en medio de la "furia del elemento", como cantaba Miguelito Cuní. La encontraron unos pescadores, los tres Juanes de la devoción popular - el negro, el indio, el criollo-, y este hecho es el principio de la primera integración religiosa que se da en América.

Es decir, que de pronto me encontré con el enigma de la patria. Todos sabemos qué cosa es, pero no racionalmente. En el buen sentido de la palabra, es un misterio, una fe. Algo a lo que se llega por una circunstancia misteriosa. Te repito: algo que puede ser al mismo tiempo un sabor y una batalla; una costumbre placentera -un baile- y un sacrificio; un olor y un holocausto. Cuando uno se acerca se da cuenta de que es algo tremendo. Y esa fe, ese misterio, habita en creyentes y ateos por igual. Para mí un ateo que muere por el bien de la humanidad es como un mártir cristiano. No veo la diferencia, francamente.


* Tomado de: 

Cintio Vitier: "Martí no exageró cuando vio en EE.UU. el peligro mayor para Nuestra América", conversación de Rosa Mirian Elizalde con Cintio Vitier y Fina García-Marruz.

sábado, 15 de octubre de 2022

La rabia de Piojo

 Este relato lo escribí allá por el 2009. Pertenece a mi libro inédito Dogmamorfosis. 


Grita sentado sobre la cornisa que se desmorona. La ruina se refleja en su pupila inerte. Ya no siente las  conminaciones de los vecinos cercanos o lejanos. ¡Quién lo iba a creer! ¡Qué aquel vejete inofensivo y amable fuera capaz de armar tal destrozo con un lamento! ¡Qué los emos acudieran a coronar la destrucción! ¡Qué los vampiros de la casona colonial volaran despavoridos y babosos!

Asomado al barrial, El Simple queda estupefacto ante el comportamiento lepidóptero de los emos. Admirable le resulta el afán de los sufridos en pos de la danza del triunfo, absurda danza que ni El Simple, ni La Doncella sin Juicio, ni el resto de los vecinos logran explicarse. Tampoco le encuentran sentido a la situación los bomberos que acudieron al lugar cuando ya no había a quien rescatar, los policías que sirvieron de paramédicos, los paramédicos sin combustible para la ambulancia, las inmóviles autoridades de la municipalidad. No llegarían a saber que el derrumbe no comenzó tras el alarido de Piojo, sino mucho antes, cuarenta años antes, cuando Piojo abandonó la guitarra y matriculó en la Universidad obligado por La Madre Severa.  

Perdió su libertad del modo en que la perdemos todos –piensa El Simple-, se aplicó al anhelo de quienes le rodeaban. Recuerdo cuando me contó lo de la incredulidad de su madre el día que lo exaltaron graduado ejemplar. Cierto ministro sonrió y dijo: hijo de gata caza ratones.  La Madre Severa  sólo atinó a declamar: ¡Sirvo a la Patria embravecida! Sentada en la tribuna de la presidencia, miraba y miraba el diploma, escudriñaba en los contornos del sello dorado, lo olía. La Madre Severa nunca ha creído en milagros, sospecha la celada. El hijo no deseado, criado por abuelos, segundón ante las impostergables tareas de aquella mujer comprometida con el mejoramiento humano: ¿De pronto había dado un paso indiscutible hacia el promontorio donde vivirían los hombres del futuro? ¿Será cierto que apartó la guitarra y los versos para dedicarse a los unos y los ceros?

El Simple, que ni muerto se explica por qué rayos ahora mismo los emos hacen cabriolas en torno a los escombros, rememora perfectamente el final de aquella conversación con Piojo: "¡Pura farsa, Simple, pura farsa, la rutina de un virus mutante: poder y hurto de la libertad ajena!" Y El Simple siempre creyó que Piojo se refería a La Madre Severa. Pero  al mirar a La Doncella sin Juicio duda, porque Piojo no vivía tan mal… ¿Verdad, Doncella sin Juicio? Tenía un buen trabajo, el único negocio de comida a domicilio del pueblo, -en eso fue un pionero, musita la mujer.  -Un tipo culto, respetado por todos, incapaz de hacer daño a los otros, querido lo mismo por los blancos sin credo que por los negros sin suerte. ¿Por qué las vibraciones de Piojo destrozarían todo el edificio, eh, Doncella?  Y la Doncella sin Juicio hace una genuflexión, parece que va proferir un alarido. Los bomberos con la ayuda de la policía intentan la evacuación inmediata del tumulto de curiosos: ¡Otro grito pudiera ser fatal para la manzana!

La Doncella sin Juicio no emite sonido alguno: -¿Para qué? Si estoica puse  mi faz a merced de tu palma, Piojo, si me consagré a tu malhumorada constante, si sólo fui tu vaca sensual, tu carne prohibida, tu ensueño dormido en los laureles. Era lógico esperar que al fin lo destruyeras todo: la casa, tus entuertos, las cuerdas rasgadas. Lo mismo hiciste  aquella noche en la que con el barrido de tu mano me abatiste la fe en tus melodías, aquella seguridad de que nos teníamos el uno al otro para defendernos de la rigidez. El uno al otro, Piojo, no más. No teníamos el éxito pero ambos éramos la fuga, no alcanzamos a juntar el dinero para pasearnos entre los turistas pero cada noche nos bastaba el sudor y el jadeo. Hasta que aquella madrugada gritaste, sólo que aquel alarido no tenía aún la fuerza de este escarnio, Piojo, aquel únicamente fue el barrido de tu mano sobre mi cara para perderme la ventaja de quererte, y devolverme a la primitiva condición de doncella sin juicio, hiciste que me fuera con El Simple que no canta ni escribe versos, Piojo, pero tampoco la caga… ¡Porque, entérate, aquella madrugada la cagaste, Piojo!

Cuando los implicados se convencen de que La Doncella sin Juicio ha quedado muda, sobreviene el desastre. La emo Fílica, mulata de enormes senos, es la primera en convertirse en mariposa y sobre el hombre izquierdo del Simple comienza a entonar La Marsellesa. Los vecinos ancianos susurran que se parece a la voz de Mirelle Mathiu. Su pareja, un  chico con el pelo teñido de rojo mate, conocido como Tripletesta,  canta a su vez La Internacional con la voz de Mercedes Sosa y da vueltas alrededor de La Doncella sin Juicio que blande unas alas enormes;  y aparece La Güija teñida de matices amarillos:allyouneedislove,/lalalarará,/allyouneedislove/lalalarará.  Entonces las paredes de las viejas casas coloniales comienzan a quebrarse. Los vecinos chocan entre sí: ¡Un terremoto! ¡Nos hundimos! Con cada nueva cantarina se produce otro derrumbe.  Una vez arrasada la manzana de Piojo, continúa el desplome de los alrededores: No necesito silencio, no, yo no tengo en quien pensar, y cae el edificio barroco; todavía quedan restos de humedad, ha tumbado al monumento ecléctico; ojalá pase algo que te borre de pronto, y sí, se borra la mansión neoclásica; dame una isla en el centro del mar, y se destroza el malecón; qué veinte años no es nada*, el reloj de la iglesia da su última campanada sobre el pavimento trepanado.  Las autoridades municipales le ceden la sapiencia a las provinciales y ésta, a su vez, a los expertos de la nación: ninguno puede detener el canto de una juventud sufriente convertida en mariposa. 

Ha bastado justo el tiempo que demora el despertar. El Simple y la Doncella sin Juicio yacen abrazados. Las columnas retorcidas de lo que fuera el Hospital Psiquiátrico, sepultan a Piojo. Los emos callan y emprenden el vuelo en busca, tal vez, de otros sufrimientos. Sólo entonces se atreven los vampiros a regresar. Realizan una hermosa tribuna abierta con banderitas y consignas desangradas y hasta develan una lápida que indica: aquí termina el cuento de una quimera convertida en polvo.


*Las cursivas son canciones antológicas del acervo universal y cubano. 

miércoles, 12 de octubre de 2022

Deriva a 180 grados

 Por: Juan Ferran Oliva.

Los buzos regresan gradualmente de profundas inmersiones para reacomodar al cuerpo a las  condiciones de la superficie. El incumpliendo de la descompresión[1], como es llamada esta norma, puede ocasiona lesiones graves.

Al parecer, superar el capitalismo exige también la adaptación paulatina a nuevas relaciones de producción. Hasta el presente el socialismo es un desiderátum que  ningún país ha logrado. Lo de la Unión Soviética fue un buen intento[2].

El capitalismo en su etapa imperialista no da más y es preciso cambiarlo. Pero es difícil ponerle cascabel al gato. Parafraseando a Machado, Atilio Borón expresó:

"Socialista, no hay modelo. Se hace modelo al andar".

Los distintos modos de producción se caracterizaron por el salto de la productividad respecto a los sustituidos. El esclavismo superó a la comunidad primitiva y fue mejorado por el feudalismo y éste por el capitalismo. Hasta el presente ninguno de los supuestos socialismos ha mejorado la productividad capitalista. En consecuencia cabe afirmar que no ha existido un modo socialista de producción. 

Son varias los Estados que  renuncian a la ganancia como objetivo y colocan en su lugar al ser humano. Algunos hubieran calificado como revisionistas de acuerdo con el manual soviético.

Todo indica que  no habrá un formula única y cada país tendrá que diseñar su modelo propio. Será un traje a la medida.

Antes de la hecatombe soviética el mundo se dividía en dos bandos. Comunismo fue el coco adoptado por Estados Unidos para calificar a sus enemigos y amedrentar a quienes coqueteaban con ideas atrevidas. Tras la caída cesó el fetiche. Entonces apelaron al terrorismo como nuevo espantapájaros. Paradójicamente ellos fueron sus mayores promotores y en ocasiones el monstruo creado se les reviró. Remember Osama Bin Laden.

En 1975, tras los cambios estructurales revolucionarios, Cuba adoptó el modelo soviético como solución idónea en ese momento. Ha pasado mucha agua bajo el puente y el actual Partido/gobierno  ha girado 180º respecto a la  anterior estrategia. La siguiente tabla expone el giro efectuado, al parecer aún




Se  evidencia la contraposición a la estrategia seguida con anterioridad. A pesar de ello, el Partido/Gobierno insiste en su condición de continuador y rinde culto al pasado. No impugno la propaganda al uso. Los especialistas sabrán lo que hacen.

El enemigo achaca al llamado comunismo todas las deficiencias del momento cubano. Por su parte,  el Partido-Gobierno  carga las culpas al bloqueo. Me pregunto qué pasaría si hipotéticamente éste desapareciera de inmediato. 

Se impone un pragmatismo consecuente. El claro objetivo es la sobrevivencia conservando la soberanía que fue el mayor logro de la revolución iniciada en 1959. Lamentablemente, quedó la economía como asignatura pendiente que es indispensable aprobar. En tal propósito se esfuerza el actual Partido/gobierno. Ojalá lo logre antes de que la emigración succione a todo el personal calificado.






[1] Es obligada por  un  complejo de reacciones vinculadas al nitrógeno disuelto en la sangre, la presión y otros parámetros físicos. (Las notas son del autor)

[2] El modelo soviético fue una buena intención adoptada por todas las economías centralmente planificadas, la nuestra entre ellas. Surgió durante el Segundo Plan Quinquenal[2]  1933-1937 en la URSS. Los manuales lo santificaron y todo lo que disentía era anatemizado.   El crecimiento extensivo se perpetuó y degeneró en una ineficiencia crónica.  La baja productividad fue su Talón de Aquiles.


 

lunes, 10 de octubre de 2022

Una cierta esencia

 ¨Debe ser ahí, por la descripción que me dieron¨, pensó y llamó a la puerta. Es un mediodía de sol bueno y mar de espuma, en un reparto del municipio Playa.

Un rato antes había llegado a casa el trovador, luego de terminada una gira por los Estados Unidos y ofrecer  un concierto callejero en Colombia que, durante aquel tiempo, probablemente, fuera el país más violento de América Latina.

 Cuando lo  tuvo enfrente recordó que ya conocía al policía...

- Sí, coincidimos en Villa Clara cuando su gira por las prisiones y yo trabajaba de reeducador. Vengo a pedirle que vaya a cantar a La Corbata. Allí hacemos actos culturales con los pobladores. Ponemos sus canciones. La gente se vuelve mejor persona a través de sus canciones... 


I

¨Vamos, sube al jeep, te vas para La Corbata¨: ¡Una orden! No un llamado. No una solicitud. No un ruego. ¡Una orden! Y el hombre, envuelto por el uniforme,  sube medio disgustado al auto. Él está bien en su misión. Conoce a todos. Lo respetan. Los índices de criminalidad son muy bajos. La gente lo aprecia. ¨Por eso mismo te vas para La Corbata¨. Pero no ese día, ni el otro. Lo tienen que traer obligado por la orden de su jefe que es, además, su cuñado.

Sesenta años antes de aquel 2007, el barrio es apenas el asentamiento de unas cuantas familias de obreros que han venido a la periferia habanera en busca de trabajo y mejor vida. Han  construido casuchas misérrimas alrededor de una finca propiedad del dictador Fulgencio Batista, en la cual criaban sus caballos. Con el posterior triunfo de la Revolución, muchos de esos obreros fueron mejorando como pudieron.  Entre los primeros pobladores, hay jóvenes que se van de juerga hasta la playa y, al regreso, borrachos, cuelgan sus corbatas de una señal de tránsito o un improvisado poste de alumbrado, no se precisa,  en el lugar donde le piden al chofer de la ruta 86 que los deje cada fin de semana porque: ¨Este tipo nunca sabe donde nos bajamos¨.  ¨Es aquí donde nos tienes que recoger y dejar, es aquí, compadre¨ -gritaba uno de los ebrios. El viento agitaba una corbata verdiazul. 

¨La necesidad de mano de obra, propia del desarrollo generado por La Revolución, hizo que mucha gente viniera a trabajar a La Habana, hicieran familia o simplemente decidieran quedarse motivados por mejores oportunidades económicas¨, me cuenta un combatiente de la lucha clandestina contra Batista que siempre ha vivido en La Corbata. ¨En los ochenta era más fácil construir, había materiales y se conseguía de diversos modos. Pero luego del Período especial aparecieron los Llega y Pon. Cualquiera venía, levantaba cuatro paredes de madera, tierra o chapas de guaguas, y a vivir y a buscarse la vida... 

Y aquí mismo está en el 2007 el oficial de la Policía Nacional Revolucionaria José Antonio Álvarez. ¨Ese viene de por allá, de Oriente, con esos tipos no se juega¨, le dice la madre a un joven de 17 años, aspirante en el barrio a la honorífica nominación -para él- de duro. José Antonio cuando comenzó su vida laboral era apenas un año mayor que el joven aspirante a guapo. Ambos son mulatos y miden más o menos un metro setenta centímetros. Podría decirse que, a los 17 años, José Antonio tenía la misma complexión que el joven cuando se conocieron.  En apariencia solo los distingue el acento al hablar,  que uno ha llevado el uniforme y el otro la camiseta, que uno jamás, ni en las guardias, ha fumado y el otro fuma -dicen- hasta marihuana ¨porque los tipos duros la fuman¨, asegura. ¨Porque así se da valor para meterse en los patios y ratear¨, comentan los delincuentes de verdad, los  que han convertido a La Corbata en una de las circunscripciones  de mayor índice de delitos e indisciplina social de la Cuba del 2007. 

II

Un hombrecito negro, con un megáfono, invita a los vecinos del barrio El Cano a que salgan de sus casas y ayuden en la recogida de la basura generada por el paso cerca de La Habana del huracán Ian. Casi nadie ayuda. Hay una aglomeración de personas en la esquina de la biblioteca. Esperan que saquen a vender lo que sea en una bodega.  El hombrecito negro lleva sobre su garganta  dos noches  sin dormir. Lo han puesto al frente de una tarea que poco tiene que ver con el teatro ni la sociología de la cultura, lo que estudió: dejar completamente limpio el barrio de los alfareros, y  hacerlo con la participación de los pobladores del lugar. Va logrando lo primero  pero porque ha movilizado a instructores de arte, especialistas en políticas culturales, artistas, técnicos de audio y mecánica escénica, directivos de casas de cultura. Y todos ahora comparten la labor de saneamiento con cuadrillas de reclusos.  Y comparten el machete para cortar las ramas y el agua y el café que les ofrece una vecina apenada: ¨La gente es apática aquí porque no se ha cumplido con nosotros¨, se excusa la vecina. 

Una semana antes, muchos de los que ahora limpian, vinieron a El Cano a celebrar  La Fiesta de los Alfareros. En plena actuación de los adolescentes del Proyecto Vocal Clave de Sol, la delegada de la circunscripción le ordena al responsable: ¨Oye, dile a esa (la animadora)  que no diga más ´fiesta del alfarero´ que esto es una mierda, aquí no han traído nada de lo que prometieron iban a venderle a la gente, qué fiesta ni fiesta, chico¨.

El hombrecito negro, de voz agigantada, insiste por el megáfono. ¨¡Qué venga a limpiar Diaz-Canel si le da la gana!¨, le grita una mujer desde el portal de su casa. Y otro hombrecito negro, de camisa caqui, le responde: ¨Señora, no la coja con nosotros que estamos ayudando. Mi casa se cayó en Pinar del Rio y míreme aquí. Y cuando termine no voy a regresar con mi mujer y mi hijo sino a la granja, señora, a seguir cumpliendo...¨

III

¨Tenemos que echar a andar aquí la comisión de prevención social¨ -dice José Antonio Álvarez  en su primera reunión con los factores de la comunidad. Allí estaban Mercedes Urrutia y su hermana quienes, junto al oficial, el entonces delegado, la coordinadora de la zona cederista y otros vecinos, visitarían casa por casa, familia por familia, e indagarían sobre los problemas materiales y espirituales de cada cual, las preocupaciones, los anhelos, los enfermos, los tristes, los adictos... 

Relatan que José Antonio, contrario a lo que muchos creyeron al tratarse de un policía, nunca menciona la represión como recurso. No habla de delincuentes sino de compañeros, de vecinos, de familias. Recuerda Mercedes que en esa reunión se dijo que: ¨Todo el mundo tiene un problema que cree no va a tener solución y eso le abruma y le hace reaccionar a veces de manera incorrecta, y todo el mundo tiene un sueño que quiere lograr a cualquier costo, a veces de la peor manera¨.

¨Esto lo descubrí incluso antes de que la Dirección Nacional de la PNR iniciara un programa de intervención preventiva en las comunidades más difíciles de La Habana, programa del cual yo formé parte desde sus inicios como Jefe de Sector¨ -me cuenta José Antonio hace unos días  mientras frente a un micro-vertedero, a la entrada de La Corbata, cerca de la calle 202, esperamos a un ex-recluso que ahora es su amigo. Me dice:  ¨En cada familia hay alguien, más o menos cercano, que alguna vez se equivocó, que alguna vez cometió un delito, que comete indisciplinas o que, sencillamente,  es incomprendido o mal mirado  sin razones válidas, y a veces con razones: ¿Cómo hacer para que los sueños sean más fuertes y venzan los problemas de la mejor manera ? ¿Cómo hacer que la vergüenza se convierta en esperanza, participación, cambio hacia el bienestar?¨ -Se pregunta José Antonio cada una de aquellas mañanas en las cuales se dispone, durante más de una década,   a cumplir con su deber a pié, en bicicleta, en guagua, como sea, al principio sin ni siquiera un local para realizar su trabajo de oficina.

IV

Veo las fotos que publican los periodistas de la provincia de Granma. Me parece que no muestran alegría en los niños y las niñas de la comunidad El Taíno, en Manzanillo, ubicada como a dos kilómetros de mi casa natal. Se aprecia tal vez asombro, cierto azoramiento; se me antojan la comparación y el descubrimiento de que otros niños y niñas sí pueden ir camino a sus sueños. Porque ya sé que un reportero no debe contaminar su texto con sus propias subjetividades, menos sin haber estado en el lugar de los hechos, llamo a Manzanillo, a una promotora cultural con la cual trabajé hace años.

- ¿Cómo estuvo la presentación de La Colmenita en el Taíno? -le pregunto.

 - ¡Son maravillosos esos muchachitos, Giordan! ¡Tienen tanto amor y alegría!

- Pero me dio la impresión, por las fotos, de que los niños de tu comunidad no estaban felices.

Silencio del otro lado de la línea.

- ¿No les gustó?

- Les gustó. Claro que les gustó. No se habló en días de otra cosa aparte de los apagones y la escasez.

- Entonces mi apreciación es equivocada.

- No, Giordan, no es equivocada tu apreciación. Estos niños se nos están quedando sin sueños al escuchar los comentarios de sus adultos: que si fulano salió y no llegó, que si sultana no pudo pagar a sobreprecio tal medicina, que si ya ni ron venden en Manzanillo y tenemos más alumbrones que apagones... Y eso no se resuelve con traer un día a La Colmenita por maravillosos que sean, que lo son, de verdad que lo son. Puedes hacer nuevas las aceras, más o menos acortar el ciclo de distribución de agua, arreglar algunas casas, pavimentar la calle principal. Pero sin constancia no hay transformación posible, ni se recuperan sueños perdidos. Y para que haya constancia, en estos tiempos tan duros y confusos, tiene que haber pasión.

V

- ¿Puedo mencionar tu nombre?

- Puedes. No tengo ná que esconder. Lo mío fue que me entré a trompones con la policía. Había fiesta, rumba, y la policía me cargó. Me dieron. Les di. Nos dimos. Al que me da, le doy. Si pasa de nuevo, otra vez les doy. Ahora estoy tranquilo. En general siempre he sido un hombre tranquilo. Vine de oriente a trabajar en el contingente ¨Blas Roca¨. En mi familia del campo, jamás, nadie había tenido problemas con la justicia ni lo ha vuelto a tener. Yo tenía que ir a firmar todos los días como condición para estar en libertad. José Antonio me vino a visitar, me ayudó a recuperar mi trabajo como plomero. Me dije: ¨Este policía es distinto, no es como aquellos con los que me entré a trompones¨. Cuando él terminó aquí, resultó que ya éramos amigos, y yo no me había dado cuenta... Ahora somos como hermanos. Mi madre lo quiere con la vida.

- ¿Puedo mencionar tu nombre?

- ¡Ay, no, por favor! Mis hijos no saben. Cuando salí comencé a trabajar en un lugar importante de auxiliar de limpieza. Un día se esperaba la visita de dirigentes grandes y al director le orientaron que nos dieran ese día libre a los ex-reclusos, que no podíamos ir a trabajar cuando fuera la gente grande. Lloré mucho.  Se lo conté a José Antonio cuando fui a firmar. Lloré mucho cuando le tuve que decir a papi que no me iban dejar trabajar al otro día porque había cumplido una condena. Entonces mandaron a alguien a mi casa, que sí, que fuera, que el director se había parado en 31 y había dicho que no iba a discriminar a los reintegrados a la sociedad, que estábamos entre los mejores trabajadores y él no les iba a hacer eso.

- ¿Puedo mencionar tu nombre?

- Claro que puedes. Ya yo pagué. No me avergüenzo de nada. Mi hijo que va para la universidad sabe que estuve preso. Mi actual esposa también. Y mi hija estomatóloga. La gente del barrio sabe que fui uno de los que ayudó a construir el local para que José Antonio tuviera su lugar donde estar, donde hablar con la gente y hacer su papeleo. Ahora ya ese local no es el sector, el delegado lo coge para vender pan. El mismo delegado vende el pan. Eso no se veía antes. Antes lo que se veía era la unión de mucha gente, que te visitaban, que te preguntaban por tus rollos, y que te llamaban a contar si andabas en malos pasos o formabas lío...

- Y al jefe de sector de la policía actual... ¿Lo conoces?

- Creo que lo he visto pasar algunas veces. Él no me saluda. Yo no lo saludo. Supongo que los muchachos que ahora hacen lo suyo -como en todos los barrios- sí lo conozcan. A este -y señala a José Antonio- lo conocíamos todos, todos. Los tranquilos y los jodedores. Los que estaban en el invento y los que no estaban pero igual comían del invento -sonríe. Es que tó estaba prácticamente prohibido en esa época.  Y conocíamos a los de la comisión esa de prevención, a Mercedes, a los otros... Y nadie quería pasar por la pena de que esa gente te llamara a decirte cuatro cosas, con la patrulla parqueada afuera porque si ellos decidían que habías cometido un delito, ibas para allá de lo que no había remedio. Pero también te ayudaban, y si alguien lloraba, ellos lloraban con ese alguien. Y si reía también reían. Ahora yo le digo a los muchachos que se legalicen, que busquen pincha que ahora se puede trabajar como sea y antes solo al Estado,  que ahora se puede comprar y vender, que es lo que más abunda por aquí, porque este ahora es un barrio tranquilo, hay sus bateítos, sobre todo cuando ponen música y se pasan de tragos, pero somos  tranquilos...

VI

A menos de 1 km de la entrada del barrio de La Corbata, ubicado en la demarcación municipal de Playa, por la calle 202, está el paseo del municipio La Lisa. Allí hay una especie de plazoleta  y una tarima debajo de una arboleda,  y a su costado unos pilotes mutilados de concreto que, dicen, significan los mártires del territorio pero que, comúnmente, algunas personas usan para sentarse, recostarse o cualquier otra cuestión. Han limpiado la tarima y sus alrededores, casi siempre sucia y abandonada. Unos instructores de arte han pintado dos banderas cubanas onduladas sobre un muro de apenas un metro de alto que delimita el escenario.

A las cuatro de la tarde del sábado 7 de octubre, hago un clic y dejo escuchar  Canción del Elegido. No tengo muy claro por qué la viceministra de educación, directora de lo que, llaman, acto político-cultural, ha decidido usar los versos y la música dedicados por Silvio a Abel Santamaría para connotar el momento en que entra la presidencia a sentarse en sus sillones, frente al escenario.

¨¿Qué se conmemora?¨, me pregunta uno de los técnicos que me auxilia en la realización del sonido. Supongo que el aniversario mañana de la captura del Che en Bolivia, pienso mientras me concentro en vigilar que en el software Virtual DJ no se acabe el instrumental de la canción Te seré Fiel, antes de que terminen de entregarse unos  los otros diplomas y reconocimientos por el fin de la etapa de recuperación tras el paso del huracán Ian por La Lisa. El del megáfono de El Cano también recibe su diploma. Y el director del Contingente Blas Roca, un hombre canoso que viste la ropa típica de un obrero. No veo allí al negrito de camisa caqui y me pregunto si habrá podido saber de su familia en Pinar del Rio. En medio de las palabras de un orador, cae la penca seca de una palma, que ha estado enredada entre las ramas de uno de los árboles despeinados. Seguramente alguien se olvidó de revisar los desechos en las alturas. Dos kilómetros más allá, en el Reparto La Coronela, hay más ramas secas por recoger en las calles, árboles y postes caídos...

VII

Me encuentro con Mercedes Urrutia, la representante de la salud de la comisión comunitaria de prevención social del 2007, ahora administradora sin contrato del impresionante Centro Tecnológico Cultural construido por cinesoft muy cerca del sitio donde colgaran sus corbatas aquellos juerguistas, hace varias décadas.

¨Sin contrato aun porque aun no tenemos claro a qué organismo vamos a pertenecer o si vamos a convertirnos en una MyPME¨ -me aclara Mercedes.  ¨Somos Raul, el director, cinco custodios y yo. Esteban Lazo vino en julio a inaugurar este lugar, y  los periodistas nos entrevistaron. Los instructores de arte de la Casa de la Cultura de Romerillo imparten talleres de danza, música, teatro, plástica, literatura. Hay toda una programación pero...¨

Han pasado quince años y ciento diez conciertos en comunidades cubanas desde que un jefe de sector de la policía tocara a la puerta de Silvio Rodríguez y le pidiera que fuera a cantarle a su gente. Un documental llamado Canción de barrio ha mostrado la vida de miles de pobladores de comunidades pobres en Cuba. Ya no es posible esconder o soslayar los problemas y las inconformidades.

José Antonio Álvarez aun es un hombre joven. Lo conozco en El Centro al finalizar un concierto de la flautista Niurka González y la pianista  Malva Rodríguez. Una semana después, él en su moto de oficial del Ministerio del Interior y yo en mi bicicleta, recorremos las calles pavimentadas y constatamos la mejoría material de los alrededores, y hablamos con algunos pobladores del lugar...

- ¿Por qué aun con lo que se ha avanzado materialmente,  desde hace más de un año para acá, noto en la gente no poca inconformidad, y mucha nostalgia por el tiempo en que ustedes trabajaron en programas sociales y tú eras jefe de sector de la policía? -le pregunto a José Antonio.

- Yo no sería responsable si te hablara de las inconformidades en La Corbata porque ya no trabajo aquí.

- Entonces puedes hablarme de las tuyas...

- Detrás de cada inconformidad, hay un sueño -me responde José Antonio- y el sueño mío siempre ha sido que se comprenda que en el trabajo de prevención social, desde y para la comunidad, hay una cierta esencia transformadora más allá de las urgencias y carencias materiales. Una cierta esencia transformadora que parte de la sistematicidad y de la pasión. Que la mejoría material claro que es importante. ¡Muy importante, sobre todo, cuando se demora en llegar! Pero más importante son los sueños y la pasión. Sin pasión no hay cambio perdurable, periodista.

Arranca la moto del MININT de varias patadas. Me monto en la bicicleta. En la calle 202 nos separamos. Voy hacia el paseo de La Lisa, hacia la misma esquina donde cayó la penca seca enredada en el árbol la tarde que una vice-ministra de educación dirigió un acto político-cultural. Lo siento alejarse, al otrora jefe de sector y su sueño. Entonces recuerdo que, aquel mulato joven que llamaban Cocote, ahora ingeniero mecánico y chofer de taxis en su tiempo libre,  me ha comentado que José Antonio Álvarez ni siquiera tiene casa propia en La Habana: ¨Si la mujer lo bota tendrá que armar un Llega y pon o devolverse a Caibarién...¨ Y José Antonio y él se ríen como buenos amigos. Yo no.