martes, 26 de septiembre de 2023

Nostalgia de quien nunca parte.

 Por: Arianna Naranjo Leonard*


Mis padres creyeron durante años

que este reino era una exacta copia de la historia.

Quemaron las palabras sagradas:

viaje,

libertad,

paraíso;

se sientan a juntar las cenizas para que no escapen

los vestigios de carteles anunciadores del país perfecto,

contado por viejos y buenos profesores.

Mis padres rehusaron

los caminos dónde el silencio es más puro.

Quise mostrarles

una brújula,

una enorme herradura de la suerte,

pero ya los senderos estaban hechos,

destinados a otros hijos más limpios,

moldeados para pequeños asuntos.

Yo no supe escoger la jugada estratégica,

mi oficio son los pasatiempos profundos.

No puedo sumarme al ruedo,

repetir el ejercicio porque sí,

terminar apenas con un relevante

al alcance de las adulaciones.

Nunca soportaré este circo.

Déjenme ser un viajero,

pasar volando ante cada puerta,

despedirme

cómo si creyera que no voy a regresar.



* Arianna Naranjo Leonard (julio de 1977) es una escritora santiaguera perteneciente a mi generación. Fuimos  compañeros en la AHS de Manzanillo, ciudad donde estudió y vive actualmente.   Integró el equipo de guionistas del programa  "Hablemos" que produje y dirigí para la emisora Radio Granma desde 2006 hasta principios de 2014. 

viernes, 22 de septiembre de 2023

Yawar cumple sus primeros 50 años

 La agrupación Yawar, de nuestro amigo Rolando Méndez, cumple sus primeros cincuenta años en la villa de San Antonio del Ariguanabo (de los Baños). La emisora provincial de Artemisa publicó este reportaje-reseña realizado por el periodista Reinier del Pino con la asistencia técnica de Lucibán López. 

Lo he subido con la autorización de Roland como podcast al programa OtraCita Sonora que, por cierto, volveré a actualizar pues ya encontré una solución técnica para mi Mac. 



sábado, 16 de septiembre de 2023

Energía vs consumo

 Antonio Turiel Martínez  es un científico y divulgador español de 53 años,  licenciado en Física y Matemáticas y doctor en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid. Trabaja como Investigador Científico en oceanografía en el Instituto de Ciencias del Mar, ubicado en Barcelona. Turiel, además, ha investigado la disponibilidad de fuentes de energía y su sostenibilidad. 

Como el tema de las fuentes, el uso y los tipos combustible para producir energía ha provocado debates en el blog, les dejo este video donde Antonio Turiel expone los resultados de sus estudios... 




martes, 12 de septiembre de 2023

Silvio evoca a Allende

Por: Silvio Rodríguez Domínguez. 

Algunas canciones, como muchas otras cosas de la vida, se hacen, o se aprenden a hacer, muy a pesar de lo que se desea. Y esto pasa con más razón en canciones que evocan pesares colectivos. Quiero decir que, en este caso, hubiera preferido no tener motivos para escribirla, y creo que en cierto sentido no fui yo quien la hizo, porque me fue extraída por una dura realidad que ocurría ante los ojos de todo el mundo.

Aquella mañana de hace 50 años, como cada día, me asomé, a ver si la Avenida 23 seguía a los pies del apartamento en que vivía. Entonces mi vecina, Cuca, desde el balcón de al lado, me dijo: “Pon la radio, que parece que se está acabando el mundo en Chile”.

Y sí: por la radio se escuchaba a Salvador Allende despedirse, en medio de explosiones. Decía que más temprano que tarde se abrirían las grandes alamedas para que pasara un pueblo libre. Un locutor informaba que el presidente resistía el asalto a la casa de gobierno con un pequeño grupo de colaboradores.

Imaginar a la persona correcta y gentil que era Salvador Allende en semejante situación requería de cierto esfuerzo. Porque Allende era un hombre de paz, un hombre con ideales, pero de paz, y era difícil concebir que en aquellos mismos instantes estaba vendiendo cara su existencia, asumiendo de la forma más dura las consecuencias de su ideal democrático y constitucionalista, y todo por haberse propuesto mejorar la vida de su pueblo.

Justo un año antes de aquel día terrible, habíamos estado en Chile varios trovadores jóvenes, gracias a la invitación de Gladys Marín, amiga de mi hermana Chabela Parra, quien le comentó a la dirigente chilena que nosotros éramos más bien rojitos y no rosados, como nos pintaba cierta prensa de nuestro país. Y, ya en Chile, una de las cosas que más nos conmovía de aquella realidad bullente de 1972, era la fiereza con que era criticado el presidente socialista, no sólo por la derecha sino también, y mucho, por la izquierda.

Tanto era así que entonces, un año antes del golpe, Noel, Pablo y yo nos preguntábamos, caminando y viviendo Santiago, cómo era posible que la Unidad Popular se mantuviera. Pero aquel presidente, todas las veces que lo vimos y escuchamos, no cedía ni un milímetro y cada vez más decidido abrazaba su compromiso con los pobres de su tierra.

Tuve la oportunidad, puedo decir el honor, de haber estado cerca de Salvador Allende en tres momentos. El primero en La Moneda, donde nos estrechó la mano a cada uno de los invitados al Congreso de la Jota. La segunda vez fue en la Alameda, en un acto en que pasaron los mineros con una tela enorme que decía: “¡Chicho, danos las armas!”.

La última vez que vimos al presidente Allende fue en su discurso en el Estadio Nacional, en la clausura de aquel congreso.

El estadio, que un año después sería convertido en una prisión inmensa, estaba engalanado con grandes imágenes de próceres de la independencia de Nuestra América. Algunos de nosotros notamos la falta del Che, que había sido asesinado no hacía mucho, y cuando llegué al hotel compuse América, te hablo de Ernesto.

Yo sólo espero que nunca se olvide quienes alentaron y apoyaron aquel golpe sangriento. Sus propios testimonios han quedado para la posteridad. Ojalá nunca más, ni en Chile ni en ningún otro lugar.

Toda esta memoria y muchas otras cosas, algunas tristes, otras esperanzadas, están presentes hoy aquí. En mi caso es una canción rabiosa que también cumple medio siglo. Recuerdo que la incluí en mi primer trabajo discográfico en solitario, que apareció al año siguiente del golpe. Recuerdo que fue una de las dos canciones que la censura heredada del franquismo no quiso autorizar en España.

Hoy agradezco la hermosa orquestación de Aldo López Gavilán y la excelente interpretación de estos jóvenes frutos de nuestras Escuelas de Arte, conducidos por la Maestra Daiana. Agradezco también la presencia de mi querida amiga Digna Guerra y el Coro Nacional Cuba, siempre magistrales y generosos.

Gracias, pues, a todas y a todos los artistas, técnicos y trabajadores que inmediatamente acudieron a esta conmemoración con tan hermoso espíritu de entrega, el que merecen la memoria de Salvador Allende, sus compañeros y el pueblo de Chile.

Hoy, para colmo, es el cumpleaños 81 de un prócer cubano, mi amigo del alma Eusebio Leal Spengler, a quien quien dedico especialmente este momento.

Allí amé a una mujer terrible,
llorando por el humo siempre eterno
de aquella ciudad acorralada
por símbolos de invierno.

Allí aprendí a quitar con piel el frío
y a echar luego mi cuerpo a la llovizna,
en manos de la niebla dura y blanca,
en calles del enigma.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.

Allí, entre los cerros, tuve amigos
que entre bombas de humo eran hermanos.
Allí yo tuve más de cuatro cosas
que siempre he deseado.

Allí nuestra canción se hizo pequeña
entre la multitud desesperada:
un poderoso canto de la tierra
era quien más cantaba.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.

Hasta allí me siguió, como una sombra,
el rostro del que ya no se veía.
Y en el oído me susurró la muerte
que ya aparecería.

Allí yo tuve un odio, una vergüenza,
niños mendigos de la madrugada.
Y el deseo de cambiar cada cuerda
por un saco de balas.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado. 

martes, 5 de septiembre de 2023

Declaración Pública: 50 años.

Por: Violeta Gómez. 

Después de casi 50 años, la Corte Suprema de Chile ha ratificado la sentencia para todos los oficiales de ejército imputados por el secuestro, la tortura y asesinato de nuestro padre Víctor Jara Martínez, y Littré Quiroga Carvajal. Asesinatos cometidos en el Estadio Chile el 15 de Septiembre de 1973, pocos días después del golpe civil y militar realizado en mi país. Han pasado tantos años, que se hace difícil sentirlo como justicia, o consuelo. Pero esto es una señal que está dando el Poder Judicial, que sólo desde comienzos de este siglo empezó a darle camino a las investigaciones. En estas últimas semanas, muchos casos por delitos de lesa humanidad están llegando a su fin. Esto no está presente en los medios masivos de comunicación, con la relevancia que requiere para nuestra sociedad. El Poder Judicial por fin está diciendo que, aunque sea complejo y largo el proceso, ya que las Fuerzas Armadas no entregan información, estos delitos serán juzgados. Esto también es una señal para los nuevos integrantes de las Fuerzas Armadas aún en formación. Todavía quedan muchos casos por esclarecer y nada ha terminado. En estos tiempos de negación y violencia, tenemos más fuerza y esperanza para seguir trabajando, para tener herramientas de resistencia y organización, cultura, arte, memoria y educación.Como el agua que corre y limpia, agradecer al abogado Nelson Caucoto, representante de los querellantes en la causa. Es un estratega brillante, de una humanidad  que desborda. Sus palabras quedarán en la historia y su paciencia, ha sido un ejemplo. Agradecer a los abogados Francisco Ugas e Ilan Sandberg, por su dedicación a la causa judicial, que nos demuestran que tenemos un futuro esperanzador, y a tantas personas que han trabajado sin cesar para llegar a este momento. El camino ha sido largo, con muchas frustraciones, pero sobre todo lleno de solidaridad y fraternidad. Acompañadas siempre de un pueblo que lleva a nuestro padre. 


sábado, 2 de septiembre de 2023

Conversación con la I.A. mientras sudo la fiebre

 No se debe pretender estar en misa y procesión a la vez, decía mi abuelita Elba. Tengo dos reportajes  para este blog en el caldero pero también otros asuntos en el orden de la supervivencia. Por eso les dejo el siguiente texto que encontré en las demoníacas redes. Al final dice que lo escribió Luis Lusabiaga. Me gustó. Le hice un par de cambios al original más coloaquial, y espero que el autor me perdone. El título de la entrada en este blog se lo puse yo. Por eso es tan feo. 

Por: Luis Lusabiaga. 


Un hombre entra en un restaurante de lujo y sale a recibirlo un robot perfectamente vestido de maitre, que le dice:

- “Lo siento, señor, pero todas las mesas están ocupadas. Tendrá usted que esperar una media hora. Si usted lo desea, mientras espera, la casa le invita a una copa en la barra.  Podemos conversar un poco, para que este tiempo le sea más agradable”.

- “De acuerdo” -dice el cliente sorprendido.

- “¿Le importa decirme cual es su coeficiente Intelectual?” pregunta el robot/maitre.

- “Es de 160 responde el cliente”.

Y durante los treinta minutos siguientes, la I.A. en forma de androide dialogó con soltura y amenidad sobre los últimos acontecimientos culturales.  Analizó las previsibles tendencias de la economía mundial y explicó los más recientes avances científicos y tecnológicos.

El cliente queda muy impresionado y, al cabo de unos días, decide volver.  Para ver cómo reacciona el robot, le dice tener un coeficiente Intelectual de 85.

La I.A.  estuvo los treinta minutos hablando de fútbol: los goles de la selección nacional en su último partido y también de los últimos chismes compartidos en el programa ventaneando. Expuso,  emulando la emoción con un sutil algoritmo,  el impacto del último video de Peso Pluma y de los tictokeros de moda. 

Lleno de curiosidad, por tercera ocasión el cliente regresa al restaurante.  A la pregunta del robot, responde que tiene un coeficiente Intelectual menor de 35.

Entonces el robot, I.A. con forma de impecable maitre, se le acerca al oído al cliente  y, hablándole despacito y con tono cómplice, le dice:

- “¿Ya escuchó que nos quieren volver comunistas?"


-Luis Usabiaga✍🏽