martes, 29 de octubre de 2024

Omara y una canción del ahora mismo

Ha cumplido 94 años la gran Omara Portuondo. Esta entrada es un homenaje a su obra con una canción del ahora mismo. 

Porque en estos días de inertidumbre, confusión y posicionamiento de los extremos, si una esperanza sólida me queda es que esta era, este segundo que vivimos ahora mismo, que ahora viven los jóvenes, también está pariendo un corazón.

La canción, y Omara, eran también las preferidas de Magdalena, mi madre. 




lunes, 28 de octubre de 2024

Camilo Cienfuegos

 Por: Cintio Vitier. 

(Tomado del FB de Dianelys Zaldívar)


Una sola mirada recorre la isla, buscándote,

como la mujer la dracma perdida, que es su tesoro.

No estás en las llanuras ni en las sierras

ni en las costas del Camagüey.

Esas llanuras y esas sierras y esas costas son tu ausencia.

No estás en los montes musicales de Las Villas

donde la aurora vibra como un laúd de nácar, finísimo.

No estás en el mediodía huraño del uvero

ni en los atardeceres infinitos de la ciénaga.

No estás en Cayo Francés, ni en Cayo Palomo,

ni en Cayo Anguila, ni en Cayo Blanquizar,

ni siquiera en los Jardines de la Reina.

Esos montes, esos cayos, esos jardines son tu ausencia.

¡Oh joven héroe arrebatado por los dioses,

palmo a palmo ha crecido tu hondo rapto

y ya tiene el tamaño de la isla,

el sabor de nuestro aire y nuestro mar!

Iremos por las playas caminando entre tus dedos.

Escalaremos las montañas recordando tu rostro.

No surcaremos las olas, sino tu ardiente pecho.




jueves, 24 de octubre de 2024

Lecciones de Oscar.

En julio del año 2005, el poderoso huracán Denis dejaba 13 muertos en la provincia de Granma,  miles de familias sin techos o sin casas, sólo con la ropa que llevaban puesta, suelos literalmete devastados y, sobre todo, mucha incertidumbre en una población antes excesivamente confiada en la capacidad de prevención que habíamos mostrado hasta entonces, y en los antecedentes históricos. 

Otras veces he contado vivencias personales en relación con el paso de Denis por Granma. Hoy sólo lo evoco porque estoy pensando en Guantánamo, en San Antonio del Sur, en Imías y la comunicación social y política que el gobierno cubano ha definido como uno de los pilares de su gestión pero que no acaban de concretar con efectividad. 

Las causas del fatal resultado del paso de Denis por Cuba -entre 16 y 18 muertos segun varias fuentes y 1400 millones de dólares en pérdidas-, según los expertos de la Defenda Civil que impartieron un taller en un Día de Preparación para la Defensa en el cual participé por mi condición de uno de los directores de programas de Radio Granma para tiempos excepcionales, fueron: 

1.- No se esperaba que Denis tuviera una trayectoria que rozara el sur de Granma pues en más de 100 años ningun huracán había golpeado por ahí en el mes de julio

2.- Se consideró poco confiable la información del radar meteorológico de Pilón por parte de autoridades granmenses, llegada al mediodía del 6 de julio,  porque el equipo estaba en ese momento atrasado tecnológicamente, a pesar de que el operador alertó a sus superiores y a nosotros en los medios. 

(Sobre la alerta que nos hizo a nosotros en los medios y cómo nos la jugamos alertando a Niquero, Media Luna y Pilón sin esperar la autorización del PCC de Granma, lo cuento en este enlace)

3.- Si bien la respuesta de las autoridades y el pueblo fue heroica (copio textualmente de mis apuntes de la época) fue insuficiente dada la envergadura del evento en los momentos previos al impacto. 

Causas reales. Sin embargo, no se mencionó entonces, al menos en ese taller, que las máximas autoridades de Granma estaban en una asamblea del PCC, presidida por Ramón Machado Ventura, en Manzanillo, y que esa era la prioridad informativa marcada por los ideólogos para los medios lo cual nosotros, en Radio Granma, desobedecimos pero demasiado tarde. 

¿Qué pasó en San Antonio del Sur e Imias hace unos días? 

Inés María Chapman, viceprimera ministra del gobierno cubano, ha declarado que debido a que son dos lugares bajos rodeados de montañas, cayeron 500 milímetros de lluvia en una hora -algo que nunca había sucedido allí- y que los ríos se crecieron, subió el nivel del mar y se produjo un remanso que inundó ambos pueblos. 

Veinte años después, otra vez el criterio de lo que no se esperaba, de lo que se cree que no debe suceder, y sucede. Parecería que somos incapaces de aprender de las lecciones de la Naturaleza. Quien sabe si llegará al millón de repeticiones, las veces que Rubiera y otros meteorólogos nos han dicho que un huracán no es un punto sino un sistema, que sus bandas de lluvias torrenciales asociadas pueden estar, incluso, a decenas y hasta cientos de kilómetros de su centro. 

Veinte años después, otra vez un huracán sorprende a las autoridades ocupadas en otros asuntos -en esta ocasión El Gran Apagón- lo que demuestra que el sistema de gobierno en todo el territorio nacional está mal diseñado y en función de que todos sus directivos y funcionarios se concentren únicamente en lo que se está concentrando la máxima dirigencia, hasta que las mismas máximas autoridades se percatan del peligro y los mandan a prevenir cuando ya es demasiado tarde para llegar a cada ciudadano. 

En Cuba, deberíamos saber tanto de huracanes como de beisbol o de las elecciones en Los Estados Unidos. Y eso solo se logra siendo tan sistemático como los programas deportivos sobre pelota, y poniéndole énfasis comunicacional a las medidas preventivas ante estos eventos tanto como cuando hay un Clásico Mundial o una contienda política en el corazón del imperio. 

A ese déficit de sistematicidad, en circunstancias normales, de contenidos preventivos sobre ciclones que hay en nuestra radio y televisión, hay que sumarle -o restarle en términos de eficacia comunicacional- la percepción disparatada de muchos ideólogos -incluso directivos del ya no tan nuevo Institituto de Información y Comunicación Social- de que la llamada Comunicación 2.0 -contenidos en redes sociales, blogosfera y web- es la única eficiente y que los medios tradicionales -radio, televisión, prensa plana, carteles o relaciones interpersonales- ya no son tan efectivos. Para tal conclusión, se basan en datos internacionales. La pregunta es: ¿Son esos datos aplicables acríticamente a los hábitos de la audiencia cubana? 

Oscar puso en evidencia el dislate de modo siete veces macabro y triste, como se ha visto hasta ahora. Los mismos periodistas, comunicadores de medios oficiales que en sus redes sociales y sitios webs, los mismos directivos  de esos medios, fueron incapaces de plantarse ante las autoridades a todos los niveles  -desde el nivel del propio Instituto de Información en relación con el Comité Central del PCC- y decirles que el proceso preventivo no se decide en estos casos en Cubadebate, el Granma, Cubasí... Ni siquiera en Canal Caribe, Telesur o Radio Rebelde -no voy a hablar de Radio Reloj que, obsoletos y enquistados, dieron vergüenza ajena paradógicamente siempre desactualizada la emisora que marcha junto al tiempo, según su lema- sino en el ámbito de la comunidad, a través de mecanismos interpersonales o directos sobre todo porque estábamos en medio de un apagón que, por consiguiente, produce una pésima conectividad. 

Entonces nos encontramos ante la combinación de dos  causas comunicacionales fundamentales que se repiten en Oscar y que se dieron en Denis hace veinte años, como si no hubiéramos aprendido nada: 

1.-  La excesiva centralización de la decisión acerca de cuándo enfatizar en la información preventiva y la socialización concreta de la alarma, o sea, decirle a la gente clara y directamente: "Eso viene para arriba de nosotros, aquí no estamos seguros, eso te puede matar a ti o a los que tú más quieres".

2.- El uso de soportes inadecuados e ineficaces para poner ese énfasis donde se puso, en vez del uso de herramientas directas en el ámbito comunitario, que son las más eficaces ante la inminencia de un evento peligroso. 

Oscar nos demuestra, por enésima vez, que la comunicación preventiva se decide en la comunidad. Y que seguimos repitiendo huracán tras huracán los mismos errores. 

Ahora, como ya nos tienen acostumbrados los medios y comunicadores profesionales estatales ante cada evento traumático: lo mismo que cuando la explosión del hotel Saratoga o el incendio de la base de supertanqueros de Matanzas -que ya sé no podían de ningun modo prevenirse desde la Comunicación Social, comienzan a contar lo que llamo La Epopeya del Desastre. Veremos las imágenes de los actos heroicos innegables del personal de rescate, los post clamando por ayuda a los compatriotas guantanameros, los videos de El Presidente y El Primer Ministro rodeados de gente humilde que, al menos en la apariencia, siguen confiando en ellos. Me cuentan que uno de esos humildes le ha pedido -o exigido, como le corresponde a un ciudadano- a Diaz-Canel que investigue... 

Pero más allá de las responsabilidades individuales, El Presidente no tiene nada que investigar. Las responsabilidades son sistémicas y están en el mismísimo modo de ellos de gobernar y de entender la comunicación política y preventiva en cuyos procesos las islas -las individualidades y las excepciones- son ineficaces. Porque siempre hay excepciones. El periodista Vera Portales, mi equipo de entonces en Radio Granma y yo fuimos una excepción en el 2005 y no pudimos evitar el desastre. He visto ahora los intentos de Lisandra Martín y otros muchos en las redes. Pero, insisto, los procesos comunicativos no funcionan como islas.

Cuando me cuentan La Epopeya del Desastre, no puedo evitar preguntarme por qué, los mismos comunicadores profesionales que derrochan talento para contarla, no derrochan talento para prevenir y lograr que los gobernantes e ideólogos, desde el Consejo de Estado y el Comité Central hasta el Consejo Popular y la cuadra, al fin comprendan. Sé que es difícil. Yo estuve ahí. Primero me botaron y después me rendí. 



martes, 22 de octubre de 2024

Y la luz se hizo... Por ahora.

Tomado del Facebook de la poetisa Mailín Valdez*.


Después de 104 horas sin electricidad, la han puesto, no sabemos por cuánto tiempo.

Siempre he creído que soy una persona muy fuerte. Pero la verdad es que mis fuerzas ya estban faltando. El agotamiento se va apoderando del cuerpo y le psiquis comienza a debilitarse.

He aprovechado para dormir al pequeño y las niñas para ver muñes en la computadora. Osmel y yo adelantamos en la cocina, enfriamos un poco de agua, respondemos a los que se han preocupado por nosotros, y prepararnos en lo que podemos para el próximo apagón, porque ya tenemos claro que este es solo el principio de dolores.

Son los días más difíciles que he vivido,  creo...

Días no solo de resolver como se puede para mi propia familia sino de darle la mano a otros enfermos, señoras mayores del pueblo que no pueden salir a buscar leña o carbón. Todo muy triste.

En una mirada introspectiva a lo que soy y lo que hago, han sido días de cuestionar muchas cosas y reconectarme con lo que realmente vale la pena. Días de escoger mis palabras y ser responsable de ellas hasta el fin. 

Me he dejado claro a mi misma que quiero una Cuba libre y que si de alguna manera ocurre un milagro, y aparece una oportunidad, no miraré atrás para llevar a mis hijos bien lejos de este circo tenebroso.


*el título lo puso el administrador del blog.

sábado, 19 de octubre de 2024

Este amor que se muere

 Después de dos días de lluvia y nublados, a las 11 de la mañana de este 19 de octubre, víspera del Día de la Cultura Cubana, en Altahabana sale el sol. 

Y restablecen la electricidad. Unos segundos después se escucha, detrás de mi edificio, un audio a todo volúmen con la música de Juan Formell y Los Van Van. Este Amor que se Muere, se titula el songo... ¿Será una alusión? Me pregunto mientras trato de localizar a Caro... 

"¿Cómo ha estado eso por allá?" -le pregunto. 

"¿Pues cómo va a estar, Pa? Oscuro". -me responde. 

"¿Allá también ha estado nublado?" 

"No te hagas el bobo. Hay cosas que ya ni el sol alumbra". 

Y nos reímos antes de que me cuente que se están quedando sin carbón para cocinar. 

He tenido que moverme para la cafetería de la esquina pues en el apartamento no hay cobertura ni siquiera para llamadas de voz. El mesero me contó una vez que es  ingeniero industrial y que había trabajado en el Puesto de Control de la Central Termoeléctrica de El Mariel, hasta que lo dejó porque: "no da la cuenta". 

Pido un café y lo observo. Me pregunto si no extrañará la labor para la cual que se preparó cinco años, seguramente, pasando mil trabajos. Pero enseguida pienso que ya yo no sueño que estoy en el estudio-máster de Radio Granma, como me pasaba al principio. 

En eso llega otro joven, con un overol azul oscuro, con franjas amarillas, un casco y las siglas UNE sobre un bolsillo. Se saludan con un golpe de manos y un beso en la cara.

"Llevo dos días sin dormir, el mío, y de contra se nos rompió la guagua llegando a Guanabo". 

El joven mesero solo atina a decir:

"De pinga", y le pone delante una cerveza Cristal que el otro quiere pagar y él se niega a cobrar. 

Pasa una mujer sobre una motorina con una bocina portátil a toda voz y por segunda vez en menos de media hora, escucho a Mandy, vocalista vanvanero, con: "

No pretendo hacer un cuento

Ni decir que me atormento

Solo quiero que comprendas

Que te quiero y que no muero

No, no pretendo hacer la historia

Tú la sabes de memoria

Solo quiero que comprendas

Que te quiero y que no muero

Este amor que se muere

Porque tú no comprendes

Lo que es quererte tanto, 

Lo que es llorar sin llanto

Vivir de una esperanza

Y el amor que no vuelve

Porque tú no comprendes

Lo que es robarme el sueño,

Vivir con ese empeño...

Vuelvo al apartamento a beber de una botella de vino casero que es lo único que me permito pagar. El sol se vuelve a esconder y me entero de que un ciclón amenaza a mi gente en Oriente. Otro.




miércoles, 16 de octubre de 2024

Presentan libro necesario.

Se presentó hace unos momentos, en la Asociación Nacional de Economistas de Cuba, el libro "Empresas Estatales Cubanas: situación y propuestas de transformacion".

Particioaron la presidencia de la Asociación, profesores e investigadores de Centros de Investigacion, funcionarios de varios Ministerios. 

 Pinche aquí si desea leerlo

Un libro en si mismo no nos va a volver eficientes las empresas estatales pero hay cierto matiz esperanzador en el hecho de que, entre sus autores, haya economistas que le han hecho fuertes críticas a la actuación gubernamental, y que aún así sean publicados y promovidos institucionalmente. 



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lunes, 14 de octubre de 2024

Un documental donde hablan jóvenes

Les presento un documental titulado "Insomnio del Hombre Nuevo" realizado por Arlete Vasallo y Javier Sánchez. Puesto que es público en youtube, creo conveniente ponerlo aquí a disposición de los foristas para el debate sereno y respetuoso, sobre todo, porque he tenido en lo personal discrepancias de fondo con uno de sus realizadores y quizás con un par de entrevistados. 

Me lo envió al What Apss nuestro amigo Pablo Arenas y decía "reenviado muchas veces" así que asumo no debe haber ningun inconveniente en que lo reproduzca aquí.

Mis puntos de vistas acerca del contenido -no voy a opinar sobre la forma- y las ideas de los entrevistados, las daré poco a poco en el forum. 

Aunque lo he advertido muchas veces y la mayoría de ustedes lo saben y actúan en consecuencia, reitero que no voy a publicar descalificaciones personales a nadie, ni menos comentarios irrespetuosos. 




viernes, 11 de octubre de 2024

Un brindis por el Taiger

 Hasta anoche, mientras regresaba de un taller de Calabazar donde cambiábamos las pieles de los frenos de un camión,  no supe quién era El Taiger. No me había dado cuenta de que había escuchado su música muchas veces en la atmósfera sonora de La Habana. 

Hasta anoche no recordé que un domingo en la mañana, recien llegado a esta ciudad, escuché las guitarras de unos instructores de arte que interpretaban Habla Matador, mientras los adolescentes del barrio El Hueco, en La Lisa, coreaban el estribillo, y unos activistas del INDER improvisaban una coreografía.

Lo mataron de un tiro en la cabeza en la ciudad mágica donde cualquiera tiene un arma de fuego, como si su final fuera el de una crónica de Rubén Blades al estilo de Pedro Navaja, por las calles de Nueva York. La gente ha encendido cirios en La Florida, se han sentido más desolados y adoloridos por el repartero que preocupados por un huracán monstruoso que los amenazaba.

 En los barrios de La Habana, anoche, se escuchó su voz ronca.  En Manzanillo, también. La hija de un amigo de la radio lo lloró a mares, y hoy muestra en las redes su depresión. Los camioneros de mi empresa le dedicaron un bocinazo.

 Uno se sorprende extraño al descubrir tanto cariño  por alguien que no conocía y que, sin embargo, sus sonidos te han estado acompañando en los audios de los ómnibus, las caderas de una mujer que trapea su casa, las bocinas de niños y niñas de una escuela de La Güinera luego de que, en la tarde, muy formalitos y solemnes, arriaran la bandera de la estrella solitaria y regresaran a vivir la realidad de su barrio. 

Esta mañana, al desperter, pensé encontrar mis redes inundadas por los destrozos provocados por Milton y lo que encontré fueron los torrentes de El Taiger. Entonces me dije que quizás valiera la pena que tratara de ver quién era el Ser Humano más allá del mito que forja un escenario entre nosotros, las personas más comunes, que soliviantamos con música lo mismo la precariedad que la nostalgia. 

Encuentro una entrevista en un podcast donde, ya no el Taiger sino José Manuel Carvajal, declara: "Yo vuelvo a Cuba cada vez que me de la gana porque Cuba es el mejor país del mundo (...) No es que yo tenga vínculos con Cuba, como dicen, es que yo soy Cuba. Yo soy mi país". 

Ya no necesité escuchar su música, ni su reparterismo, ni tratar de descifrar el significado de sus tatuajes. "No es que yo tenga vínculos con Cuba... es que yo soy Cuba", dijo, y a mi me basta eso para levantar mi vaso, y hacer un brindis por El Taiger. 



lunes, 7 de octubre de 2024

El Granma y la falencia de la economía socialista

La prensa estatal cubana, con los años, ha desarrollado una habilidad portentosa para mostrar la excepción como generalidad, y la aspiración por la realidad. No lo inventamos aquí, tales prácticas se basan en los principios de la propaganda goebelliana, concretamente, en  el de la vulgarización y el de la orquestación

Ayer, luego de superar un texto anecdótico que su autor califica como antropológico,  leí el siguiente párrafo en el periódico Granma, órgano oficial del PCC: 

"En la economía socialista, sin embargo, debe prevalecer el humanismo, lo cual significa privilegiar temas como la distribución del ingreso, la pobreza, la marginalidad, el gasto social en salud, educación, vivienda, así como el equilibrio territorial. Solo en el sentido de mejora de la condición humana se puede hablar de progreso"

Lapidario párrafo para cualquiera que haya crecido bajo la influencia de valoraciones que privilegian la solidaridad y la igualdad, la lucha por la utopía. No cabe menos que estar plenamente de acuerdo si se presume de revolucionario o, al menos, de humanista o progresista. 

Es tan hermosa la semántica que logra ataviar la falencia hasta el escondrijo, como el combatiente de lucha irregular se camufla para confundirse con la hojarasca redundante: el autor habla de la economía socialista. ¿Cuál economía socialista? ¿Existió alguna vez la economía socialista? ¿A qué sistema de relaciones comprobables empíricamente le llama el autor economía socialista?

Si pensamos que el comentario -no llega a artículo periodístico pues no hay argumentación lógica basada en hechos- está inspirado en el contexto cubano -puesto que, además, se trata del órgano de prensa del único partido existente en Cuba, principal medio de orientación ideológica de su militancia- entonces: ¿el autor habla de economía socialista en Cuba? ¿Existe? ¿Existió alguna vez? ¿Quiere que su militancia se convenza de que existió?

Habría que preguntarse qué es la economía y qué es el socialismo, y comparar ambas categorías con nuestra historia luego de 1959. O por lo menos cabría preguntarle al autor con cuáles deficiones de ambas está operando. 

¿Era socialista la economía de la Junta Central de Planificación, la empresa estatal que dilapilaba recursos asignados -no siempre ganados ni producidos- y el descomunal aparato burocrático que la administraba después de 1968? 

Pudiera pensarse que la década del ochenta del siglo XX ha sido la más cercana al socialismo que tuvimos en Cuba, si tenemos en cuenta la capacidad de una sociedad de satisfacer demandas vitales para sus sujetos de modo cercano a la igualdad aunque con un déficit importante de libertad plena. Habría que examinar qué tipo de sociedad teníamos entonces, si habíamos superado el subdesarrollo por nosotros mismos -según uno de los preceptos del Concepto de Revolución de Fidel Castro: "...emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos"- y si estábamos educando un individuo honrado según el criterio martiano -digo martiano porque el PCC, al cual responde el periódico, lo reconoce como uno de sus paradigmas- de honradez. 

Yo no voy a realizar ese análisis aquí. Se lo dejo al lector. 

Con la llegada del siglo XXI ya el propio Fidel estaba planteando la necesidad de actualizar -acaso modificar- nuestro modelo económico. Era justamente el tiempo que los columnistas del Granma de los ochenta nos habían marcado como una primera meta de la construcción socialista. Por ahí anda el verso de Silvio: "El 2000 sonaba como puerta abierta/ A maravillas que silbaba el porvenir"

Quizás la economía socialista a la que se refiera el autor sea la de la primera década del siglo XXI cuyas estructuras -y funcionamiento- propiciaban se desviaran miles de dólares hacia actividades no productivas, aprovechadas por inescrupulosos -no pocos de ellos militantes del PCC y del más alto rango, como se vio con el escándalo solapado de Oto Rivero y los recursos asignados a La Batalla de Ideas- para el enriquecimiento ilícito en una sociedad llena de prohibiciones para la mayoría -comprar un auto, vender una casa, importar una moto- pero permisible para unos cuantos elegidos. 

¿O el autor se refiere a la economía socialista que negoció inversiones multimillonarias en inmuebles para el turismo que nunca -ni antes de la COVID cuando el presunto deshielo de las relaciones con Estados Unidos- se han justificado en términos de eficiencia y aprovechamiento, y que descuidó la operatibidad del sistema electroenergético nacional o la ineludible tecnificación e industrialización de la producción agrícola? 

El relativista a conveniencia dirá que, puesto que el socialismo aun no lo ha construido nadie, cada revolucionario verdadero -el término no es mio, el de revolucionario verdadero, también es de los columnistas del Granma- tendrá su propio socialismo siempre que se adecue a lo que rija el PCC. Es por ello que hablar de economía socialista en el Granma no  hace más que vulgarizar la falencia, convertirla en una presunta postura ideológica que no tiene sustento real. 

¿Qué sustento real tiene hablar "la distribución del ingreso" en un país cuya producción propia ha decaído colosalmente en los recientes cinco años

¿Qué sustento real tiene hablar de "pobreza, marginalidad" -supongo se trate de combate a tales, el propio párrafo posee ahí un poco de ambigüedad para tratarse de un escritor multilaureado- cuando el Estado dizque socialista no tiene recursos financieros para combatirlas? ¿Y por qué no tiene esos recursos finacieros? Esta última pregunta me atrevo a responderla: porque ha sido incapaz de fomentar la producción y la exportación en las condiciones impuestas por el bloqueo, aferrados los gobernantes e ideólogos a que todo debe pasar por su control absoluto y enrevesadas estructuras burocráticas.

 Esos mismos gobernantes e ideólogos son los que promueven y aprueban visiones falaces como las del columnista, como en un macabro juego que sugiere un mal fomentado por otros, del cual no se es responsable, o sea, la orquestación de una situación creada por la propia víctima -el pueblo indisciplinado y poco comprensivo- y no por la ineficiencia y los bandazos estatales. 

¿Qué sentido tiene hablar de "gasto social en salud, vivienda y educación" si no se tiene una producción industrial que lo sustente, que pueda generalizar -no quedarse en el ámbito del prototipo- herramientas propias, materiales propios, recursos propios...? 

¿De qué "equilibrio territorial" habla si se ven "obligados" a cortes de electricidad de mas de 12 horas para todo el país menos La Habana y algunos circuitos de capitales provinciales los cuales, por cierto, no siempre coinciden con los más importantes centros productivos de esos territorios?

Para distribuir  hay que producir y para producir hay que estimular y desarrollar esas fuerzas productivas. No ha conocido La Humanidad, hasta ahora, otros modos de estimular y desarrollar las fuerzas productivas que no sean La Violencia o El Mercado, o ambos conjugados. Después del esclavismo, el feudalismo -formas de organización social basados en la violencia-  y la explotación capitalista -violencia y mercado-,  los soviéticos ensayaron la violencia con la colectivización forzosa y la represión ideológica. Los chinos -después de pasar también por donde los soviéticos-  y los vietnamitas -luego del sufrimiento por sus guerras de liberación- prefieren el mercado y  usan la represión sólo cuando los comportamientos de las fuerzas productivas  corrompen ese mercado. Ni unos ni otros -en sus intentos de construir el socialismo- renunciaron al control estatal ni a la planificación.  El problema está en el modo en que se entienda ese control y esa planificación, en si se entiende desde una perspectiva totalitaria e hipercentralizada o si se entiende desde una perspectiva que, irremediablemente, debe admitir un grado de desigualdad y de privilegios para los que más aporten con su talento y gestiones a ese desarrollo de las fuerzas productivas lo cual incluye, por su puesto, la especulación financiera inherente a cualquier mercado. 

Entonces hablar en el Granma de lo que no existe -la economía socialista; no existe en Cuba- y de lo que es imposible hacer en las condciones actuales, demuestra la vulgarización, el trato al lector como si fuera un imbécil, y también demuestra la orquestación de un presunto culpable fuera de las estructuras del propio Estado que sólo es  socialista -y sólo puede serlo   en las condiciones de una economía precaria como la nuestra- desde la retórica y la narrativa propagandística que pretende hacernos creer que la aspiración es la realidad y la excepción la generalidad. 

Para construir el socialismo en las condiciones actuales de Cuba, lo primero, es acabar de reconocer que la precariedad en que vivimos está muy lejos de la meta, y que no se alcanzará esa meta reciclando los métodos históricos que la produjeron. Porque  no se alcanza sin dinero en los bolsillos de la gente  -no sólo en las partidas presupuestadas estatales-, y menos con miedo a que alguna gente tenga mucho dinero,  ni se alcanza sin producción aunque todavía sea de modo explotador... 

Lo demás es jarabito ideológico que ni llena la barriga ni evita apagones. 







sábado, 5 de octubre de 2024

Ojalá siempre fuera así

 En Manzanillo hay circuitos de abasto de agua en los cuales por dos meses y más, por sus tuberías sólo se trasiega aire. Por eso cuando a mi compañero de trabajo le gritaron "¡pusieron el agua!", este subió a la azotea a revisar si llegaba a los tanques. Aún no sabemos bien de qué modo. Sólo que, en medio de su pesquisa, llegó el apagón; mi compañero debió perder la orientación, o tropezar, y cayó hasta que el contén lo detuvo bruscamente cuatro pisos más abajo. 

Los vecinos corrieron y lo llevaron politraumatizado para el hospital clínico quirúrgico de Manzanillo. Mi  compañero, en su seminconsciencia, dio el número de telefóno del presidente de nuestra PIME y del director ejecutivo. Ambos, desde Bayamo, se comunicaron con los médicos en Manzanillo y estos le dijeron que había que remitirlo con urgencia al servicio de neurología en el hospital general de Bayamo pues en Manzanillo no hay tal. 

Conscientes de las dificultades logísticas de la dirección de salud en Granma -por antecedentes de otros casos- mis compañeros rápidamente buscaron una tarjeta de combustible en divisas, compraron 20 litros de diésel para la ambulancia, llamaron al despedidor del SIUM de Manzanillo y le preguntaron qué necesitaban para trasladar al enfermo cuanto antes, que pidieran lo que sea necesitaran. La respuesta fue contundente: "¡Nada! Todo está listo por parte nuestra. Solo esperamos que los médicos lo estabilicen y den la orden". 

No conformes -dados los antecedentes, reitero- el presidente y el director ejecutivo de nuestra PIME fueron hasta el despacho del SIUM provincial. Allí los recibió una compañera a la que aun no le habían reportado el caso pero: "... Ustedes tranquilos, que si Manzanillo no lo ha reportado aun es porque no lo han estabilizado al paciente, pero una vez lo haga, lo tenemos todo listo para traerlo de inmediato. No tienen que preocuparse para nada". Mis compañeros, todavía escépticos, comentan que van inmediatamente para Manzanillo y la mujer les insiste: "Si quieren, vayan, pero no es neceaario. Nosotros estamos organizados y el paciente vendrá sin problemas". 

Entonces surge la duda acerca de si en el hospital de Bayamo tendrían todos los medicamentos e instrumental necesario para atenderlo. Localizan al facultativo que recibiría al accidentado en Bayamo y le explican lo sucedido. Éste los tranquiliza: "Cuando llegue y veamos los resultados del somatón (scaner), tendremos una apreciación más clara de lo que necesitaremos para atenderlo pero, ustedes tranquilos, que lo imprescindible estoy seguro lo tenemos en el hospital". 

Una vez que el accidentado llega y es examinado, lo catalogan como crítico y lo ingresan en una sala de terapia intensiva. Tiene la pelvis destrozada, varias vértebras dañadas, fracturas en las dos extremidades inferiores, fractura en la cabeza... Otra vez mis compañeros preguntan qué es necesario buscar: "Lo que sea... Lo mandamos a pedir si es necesario al extranjero o a donde sea...". El jefe del equipo médico les dice que estén tranquilos, que "aquí hay de todo lo necesario para ese caso. Miren, su tratamiento completo para terapia intensiva e intermedia ya está separado. Muchas cosas han llegado por donaciones y otras por las canales normales del MINSAP. Estamos completos". 

Me entero del accidente de mi amigo -jefe de obras de nuestra PIME- al amanecer del miércoles, cerca de Sibanicú,  mientras uno de nuestros choferes y yo, tirados debajo de un Howo 290 con 23 toneladas de mercancía encima y 12 más en el remolque, tratábamos de remendar el calzo de la transmisión para llegar a destino y, una vez allí, cambiar la pieza maltrecha. Nos habíamos pasado manejando toda la noche, desde las nueve que salimos de La Habana. 

Un par de horas antes, la policía nos había detenido en el punto de control a la entrada de Camagüey: "Ya estos van a comenzar a joder otra vez", pienso, pues las ultimas ocasiones que hemos pasado por aquí, nos han hecho enseñarles toda la documentación de constitución de la PIME, el contrato de alquiler con la empresa dueña del camión, el contrato con nuestros clientes, la documentación de la carga, la carta-porte... el copón divino. 

Pero esta vez, ante mi "¿Qué hay"?, seco y malhumorado mientras le extiendo la documentación básica de la carga, el policía me dice: "No, tranquilo, te paré porque vas tapado con lona y los cabrones se están encaramando en la circunvalación par romperla y robar. Espera aquí que se junten cuatro o cinco para que se escolten hasta el crucero". 

Remendada la rotura, seguimos para Bayamo. Llevo la preocupación por mi compañero caído de la azotea de un edificio de tres plantas y la incertidumbre acerca si llegaremos o no puesto que, en cualquier momento, se acaba de descuarejingar la caja de bola que evita el desajuste de la barra de transmisión. 

Finalmente llegamos. 

Todavía el director ejecutivo de nuestra empresa tiene, junto al cansancio de la noche anterior, la cara de asombro por el trato exquisito recibido de parte del sistema de salud de la provincia. Me cuenta los detalles y yo estoy pensando en otro amigo: Carlos Lazo, y sus Puentes de Amor con los Estados Unidos... Y en tantos otros como Valia Rodríguez y Leticia Silveira que desde Europa buscan medicinas en insumos para Cuba... 

Le cuento lo de la policía de Camagüey y exclama: "¡Coño, ahora sí es demasiado!" Y nos reímos por primera vez en más de veinte horas.

"Ojalá siempre fuera así", murmullo mientras me tomo una cerveza bajo el sol terrible de Bayamo...