lunes, 11 de noviembre de 2024

Economía delicuescente

Por: Jorge Braulio Rodríguez. 


 Ayer, en la sede de la revista Tensamiento Críptico, se desarrolló la mesa redonda: “Economía delicuescente: una provocación para el debate”. Fungió como moderador Genaro Elafilao, director interino de TC y, como ponentes, tuvimos el placer de contar con expertos muy conocidos en este campo: Cándido Oscar Pilot, G. Minnie y Chad G. Petais. Compartimos con nuestros lectores una síntesis de las intervenciones.

Genaro Elafilao: 

Buenas tardes. Para la revista Tensamiento Críptico constituye un honor contar en esta jornada con tres especialistas de altísimo nivel en el campo de la economía delicuescente, una disciplina que está en su etapa germinal, pero que ya provoca apasionadas polémicas. Descubro que en el público están distribuidos estratégicamente representantes de la Gloriosa Reserva de Enfrentamiento a la Delicuescencia en Alamar: mis respetos a ustedes, esforzados siervos de la GREDA. (…) No se ofenda ninguno de los presentes si me permito recordar lo que ya todos saben: ¿qué significa la palabra delicuescente? Según el diccionario de la RAE, es sinónimo de evanescente, sin vigor. Es lo que se disgrega, los que se descompone. Entonces, pregunto a los especialistas: ¿Qué se entiende por economía delicuescente?

Cándido Oscar Pilot: 

Gracias por la invitación de la revista Tensamiento Críptico. Delicuescente se refiere a una sustancia que absorbe humedad hasta el punto de disolverse. Aplicando este concepto a la economía, podríamos estar hablando de una economía que, por absorber demasiados recursos o depender en exceso de ciertos factores externos, empieza a descomponerse o perder su estructura sólida.

Una economía delicuescente es aquella en la que se patentiza:

Excesiva dependencia: No tiene éxito sin el suministro constante de recursos externos que, en exceso, llevan a una debilidad estructural.

Desintegración gradual: La economía empieza a perder su capacidad de mantenerse cohesiva y funcional debido a una sobreexposición a influencias externas.

Falta de solidez: Se observan signos de decadencia o falta de robustez, tanto en los fundamentos económicos, como en la infraestructura, la fuerza laboral, o las instituciones financieras.

G. Minnie:

La economía delicuescente no es un término comúnmente utilizado en la literatura económica, pero si lo desglosamos, la palabra "delicuescente", como nos ha recordado el colega Cándido, se refiere a algo que se disuelve o se descompone en un líquido. En un contexto económico, podríamos interpretarlo como una economía que se está desvaneciendo o debilitando, quizás debido a factores como la inflación, la falta de inversión o la inestabilidad política.

A pesar de los políticos y economistas ortodoxos y de sus otros detractores, la economía delicuescente se ha ganado un lugar porque, dada su transparencia, constituye una herramienta útil para comprender la situación en que se encuentran muchas comunidades. 

Entonces, estamos hablando de:

Economía en decadencia: Una economía que se está debilitando progresivamente, perdiendo fuerza y vitalidad. 

Economía desestructurada: Una economía que ha perdido su orden y estabilidad, caracterizada por la incertidumbre y la falta de confianza.

Economía corrupta: Una economía en la que la corrupción y las prácticas ilegales socavan los mecanismos de mercado y pervierten la asignación de recursos.

Economía dependiente: Una economía que está excesivamente ligada a un solo sector o a un pequeño número de socios comerciales, volviéndola vulnerable a shocks externos.

En resumen, "economía delicuescente" podría utilizarse para describir una situación económica crítica y precaria, en la que los fundamentos se están erosionando y el futuro es incierto.

Chad G. Petais:

Me gustaría referirme al tema desde otra arista: no podemos entender la economía delicuescente sin considerar la existencia paralela de políticas delicuescentes que apuntalan sus extravíos.

La idea de una política "delicuescente" puede ser una metáfora poderosa para describir un sistema político que muestra signos de desintegración o decadencia. Aquí hay algunas interpretaciones posibles:

Falta de cohesión: Una política en la que la falta de consenso y colaboración entre las diferentes partes lleva a una fragmentación y debilitamiento de las instituciones.

Dependencia externa: Cuando un sistema político depende en exceso de la influencia o recursos externos, perdiendo su independencia y capacidad de tomar decisiones soberanas.

Corrupción y debilitamiento: La corrupción generalizada y la mala gestión que erosionan la confianza pública y la efectividad de las políticas.

Incapacidad de adaptación: Un sistema político que no puede adaptarse a los cambios y desafíos modernos, resultando en una estructura obsoleta y disfuncional.

Podríamos pensar en una política "delicuescente" como una que, al igual que una sustancia que se disuelve, pierde su integridad y cohesión bajo la presión de factores adversos.

(¿Continuará...?)




sábado, 9 de noviembre de 2024

Un 9-11 hace 8 años

Hace ocho años escribí esta croniquilla que ahora les presento. ¿Tendrá vigencia?

"En el país más soberano del mundo, estamos más pendientes de las elecciones en los Estados Unidos, que de la eficacia de la gestión del alcalde de la ciudad", me dice El Viejo, mientras en la Mesa Redonda,  Reinaldo Taladrid reconoce que Trump puso en ridículo a las encuestadoras y los medios de prensa, incluida la propia Televisión Cubana, que daban a Hilary como la ganadora. 

¿Será que en verdad somos tan independientes? Me pregunto camino a la wifi del Parque De Céspedes. Pienso que, ni siquiera la segunda ronda de la serie nacional, abarca tantos comentarios en Cuba como las elecciones en los Estados Unidos.  

Y pienso en el debate acerca de los símbolos y sus usos para, supuestamente, destruir la ideología de la Revolución desde el Imperio  que por estos días se produce en las redes sociales y la blogosfera. En la televisión local, anuncian la realización de un evento cultural en Manzanillo con "invitados de todo el país" pero no se mencionan sus nombres, y actividades a lo largo y ancho del municipio que aún no se saben cuáles son. 

Hace apenas unas horas, miraba en La Habana rl famoso Alí Bar, llamado ahora Benny Moré en homenaje al genial cantante, y veía la fealdad y el abandono de un lugar, ciertamente, simbólico, emblemático. O los pendones y carteles anunciando los cigarrillos Hollywood al lado de un derruido Viva la Revolución en El Cerro, y ese monumento a la incapacidad en forma de montones de basura en las esquinas de Centro Habana, ciudad maravilla. 

En la madrugada, en el llamado "conejito de Aguada de pasajeros", una cafetería que triplica los precios de los pocos comestibles que expende a los viajeros nacionales sin que a ninguna autoridad parezca importarle, me llega el sms de Cubadebate con la victoria de Trump. 

Ahora estoy sentado en un banco del Parque de Céspedes, pensando en Pombo que está enfermo y en La Caro que está triste por eso, y en el futuro, y en lo esencial, invisible a los ojos,  como diría El Principito, tan invisible que por acá, hasta Elpidio Valdés y María Silvia, hablan de la victoria de Trump, y se pierden la luna y las estrellas de esta hermosa noche de noviembre.



martes, 5 de noviembre de 2024

De tormentas y olvidos

 Concentrados en el impacto que tendrá la ahora tormenta Rafael, poco a poco nos vamos olvidando de los presuntos desaparecidos que dejó el huracán Oscar. La mayoría de los medios estatales no actualizaron la cifra de muertos -se quedaron en siete-, y ya pasaron la página. Como en el texto de esta noticia que da al mundo Prensa Latina, para anunciar que "La Oficina de la ONU en Cuba presentará hoy en la sede del organismo su plan de respuesta tras el azote del huracán Oscar (...) La iniciativa buscar reunir 33 millones de dólares de socios y actores de la comunidad internacional para brindar ayuda a casi 150 mil personas de San Antonio del Sur..." 

Es sabido que la desmemoria a largo y mediano plazo es una características del subdesarrollo, de las culturas colonizadas. Se agudiza en la actualidad con el uso intensivo de las redes sociales y los megabombardeos de información. Ya no se trata solo de la desmemoria sobre lo que pasó hace cuatro siglos o un par de décadas atrás sino, además, se trata de la amnesia de apenas ayer o hace un par de semanas. Sólo a unos cuantos "obsecados" les sigue preocupando en las redes quién mató al Taiguer, o quiénes fueron los responsables directos o indirectos de la explosión del Saratoga o sobre quién dio la orden a aquellos jóvenes bomberos de Matanzas de acercarse con medios insuficientes a un tanque que de cualquiera manera iba a explotar... 

Como pueblo, olvidamos rápido. Como masa crítica somos aun más precarios en preservar y dar seguimiento comunicacional a eventos traumáticos y sus consecuencias, y más precarios aún en profundizar en sus causas. 

Todo ello favorece la ineficiencia y la mala administración, el uso de chivos expiatorios para mitigar la "olla de presión"  y la manipulación en pos de no asumir responsabilidades gubernamentales  y políticas concretas, con nombre y cargos. Se va fomentando un sujeto político y administrativo desvergonzado, sin sentido del honor ni capacidad de renunciar ante la certeza de sus insuficiencias o sus equivocaciones que dejan altos costos. 

Y lo peor: se crea una masa acrítica, reactiva solo ante lo que tenemos delante de nuestras narices, emocionalmente maleable que suelta un trending hoy para agarrar otro mañana, como el individuo promiscuo que solo busca el placer por el placer. Una masa acrítica incapaz de articularse y organizarse en pos de cambiar las esencias y contribuir a mejorarnos. 

Y es eso lo que necesita el burócrata de la meritocracia militante, partidista, ya se autodenomine de derecha o izquierda o lo que sea.  Gente que desde el asombro, la exageración, el fanatismo o la evasión vaya saltando de fracaso en fracaso, o de triunfo en triunfo aparente y efímero como ante el festejo por ganar un evento deportivo, y nunca a esa masa le vaya a dar por actuar en pos del cambio... 

¿Será que los muertos y desaparecidos prevenibles de Oscar, se olvidarán pronto bajo el lodo de los aciertos preventivos ante Rafael

¿Conseguiremos los 33 millones de dólares que menciona Prensa Latina propone la Oficina de la ONU en Cuba para asistir a los guantanameros? ¿Nos lo dirán si los conseguimos? ¿Sabremos cómo se usen en realidad y si se es eficiente y eficaz en su administración?  


sábado, 2 de noviembre de 2024

Granma y el bloqueo interno

 Mucho debatí, y hasta pelié, con amigos y enemigos cuando, hace unos años, comenzó a correr la matriz comunicacional de la existencia en Cuba de dos bloqueos. Ya desde entonces, como ahora, se podían identificar claramente tres posturas: la de un tipo de extremista que, desde el rol del que empuja pero no se da golpes, minimizaba y negaba el bloqueo imperialista contra Cuba -eso que llaman embargo y que es un complejo código jurídico y administrativo para asfixiar la economía de la isla-; la postura de los que sin negar o minimizar aquel lo equiparaban -equiparan- con lo que llaman el bloqueo interno, o sea, un conjunto ya no tan complejo, sino enrevesado, de medidas y contramedidas, atribuciones y desatribuciones en diversos ámbitos, que impiden el avance de cualquier proyecto; y estaba la postura de quienes, reconociendo de ese gran problema interno descrito por los segundos, nos negábamos a seguir la matriz comunicacional de "bloqueo interno" y le llamábamos burocracia

Después de un largo pero necesario párrafo introductorio, paso al texto que se relacionará con el título de esta entrada. Paso al reconocimiento -porque cuando me equivoco, pues lo asumo- de que yo estaba equivocado al intentar argumentar la inexistencia de un bloqueo interno ante la existencia de la burocracia administrativa y discrecional. 

Hay un bloqueo interno. Un bloqueo interno que opera desde una resistencia al cambio entronizado durante años y años de prevalencia de un tipo de adoctrinamiento ideológico en pos de una educación política pretendidamente uniforme, monocorde con lo que El Partido -así: El Partido, como si fuera una piedra monolítica y no lo que podría aspirar a ser: un suelo fértil con muchos tipos de tierra- considera que es lo correcto, lo necesario. 

Y es esa resistencia al cambio, en el ámbito de una burocracia sistémica enraizada, la impedimenta interna mayor para nuestro desarrollo. Es la retranca. 

Los retranqueros de arriba imponen, en forma de decretos y resoluciones, sus interpretaciones de la realidad cubana desde las oficinas de sus palacetes sin apagones y con split ajustados a 22 grados celsius, desde sus autos que no hacen  colas para llenar el tanque de combustible, desde sus salones de reuniones adornados con fotos de Fidel y consignas de presuntas victorias, infabilidad y continuidad. Los retranqueros de abajo, de las provincias y los municipios, imponen sus interpretaciones de esos decretos y resoluciones con supuestos talleres de adiestramiento o preparación que, en definitiva, funcionan como advertencias de multas, suspensiones de licencias o procesos de instrucción penal. 

Así ha sucedido en la provincia de Granma, al menos en Bayamo, Jiguaní, Manzanillo, Campechuela... Municipios donde luchan por mantener sus pequeños negocios algunos trabajadores por cuenta propia -TCPs, les llamamos por aquí- con los que conversé ampliamente durante días pasados. 

La interpretación de las autoridades en Granma, relacionadas con el decreto 190/2024 que regula la actividad por cuenta propia en el municipio, exige a los TCPs adquirir  directamente de importadoras la mercancía para su venta y elaboración. De lo contrario, mercancías o materias primas adquiridas dd cualquier otro proveedor, serán consideradas ilegales. 

Tal disparate es una manifestación evidente del bloqueo interno, ese que yo no quise admitir una vez y que el gobierno de Granma, de Cuba, me deja sin razón. 

¿Por qué un hombre o una mujer que se ganan cuatro quilos para subsistir fabricando coquitos dulces para salir a venderlos por las calles de Manzanillo, tienen que obligatoriamente que adquirir la azúcar al por mayor de una importadora? ¿Qué disparate es ese? De lo contrario tienen que comprarla al menudeo, al por menor, en MLC -si la ofertaran- o a una PIME comercializadora lo cual le dispara los costos y le hace inviable la inversión.  Y si ese TCP se enferma y no puede producir coquitos como tenía previsto: ¿Por qué no puede ofertar su azúcar y venderla a quien le de su gana? 

Un cliente me puso el ejemplo de un TCP fabricante de vasijas y utensilios plásticos. Usualmente adquiere su materia prima de personas que recogen desechos en las calles, o de producciones marginales o defectuosas de grandes fábricas estatales. Ya le pusieron una multa porque no puede demostrar el origen de una parte de su mercancía desde una importadora o una PIME. 

Si el objetivo de restringir las operaciones legales que pueden hacer los TCPs es que se conviertan en microempresas privadas, pudiera ser loable. Entonces: ¿Por qué carajo se demoran tanto en concretar las aprobaciones de nuevas microempresas? ¿Por qué se demoran tanto y es tan enredado que a una PIME ya constituida le amplíen su objeto social? 

Tengo que admitir que la respuesta a eso se resume en cuatro palabras: por el bloqueo interno. El bloqueo interno que es la manifestación final del hipercentralismo y la obsecación planificante que lo mismo frustró el socialismo europeo, volvió un bochinche de ineficiencia la Ofensiva del 68 que está frustrando cualquier cosa que pretendamos desarrollar en este minuto en Cuba.  Y derrotar este bloqueo interno no depende ni de los imperialista, ni de las votaciones de la ONU. Sólo de cada uno de nosotros.




Nota al pié: En Manzanillo, en todo su Centro Histórico Urbano, el pasado jueves no vendían ni privados ni estatales -ARTEX incluido- ni una sola botella de ron. Cero botellas de ron en la ciudad del Ron Pinilla Sabrosón. Solo wishkey brasileño. Muestra más que evidente de que el imperialismo y Lula, al fin y al cabo, nos están sometiendo por lo menos cultural y alcoholísticamente...