Tengo la impresión de que vivimos un mundo en el cual se impone la ley del más fuerte. Esa fortaleza ya no sólo es militar, en sentido estricto, sino económica y comunicacional. Aquellos que ejercen el poder en su ámbito son los ganadores. Lo comunicacional pasa por la calidad de los contenidos en sentido manipulador no necesariamente estético, y también pasa por la potencialidad y alcance de la tecnología que sirva de soporte a esos contenidos.
Lo mismo que a Trump le importó un rábano la constitución de los Estados Unidos cuando conminó a sus seguidores a asaltar El Capitolio -y las últimas elecciones demostraron que no tenía nada por qué preocuparse- o Joe Biden escala la guerra ruso-ucraniana al autorizar el uso de misiles de largo alcance para hacer feliz a la OTAN; lo mismo que Netanyaju realiza su meticulosa y sangrienta limpieza étnica -tan burda como el holocausto hitleriano pero más consentida por eso que llaman Occidente- Maduro gobierna por el forro de sus elecciones aunque lo acusen de fraudulento los mismos que aúpan todo tipo de crímenes imperiales en el mundo, y algunos otros que no los aúpan pero se callan convenientemente, o le exigen a Maduro, a Irán, a Siria, a Hamas, a Putin aquello que los imperialistas yanquis y las antiguas metrópolis europeas se pasan por el forro de sus llamadas democracias.
II
Y en este mundo de fuertes, no nos engañemos: Cuba es débil. Tenemos la peor de las debilidades: la que da el desequilibrio. Desequilibrio económico que se lee como hiperinflación y un desbalance enorme entre lo que producimos y lo que tenemos necesidad de importar; desequilibrio social que se traduce en cada vez mayor desigualdad, cada vez mayor índice de pobreza y concentración de la riqueza en unos pocos ya sea porque se la ganan honradamente o porque se aprovechan de las disfuncionalidades del modelo en forma de corrupción, tráfico de influencias o uso de la discrecionalidad estatal en beneficio propio; y desequilibrio político porque el PCC, el único partido, sigue siendo incapaz de fomentar una institucionalidad abarcadora y representativa de toda la diversidad propia de la nación cubana y de su cultura, entendida La Cultura en su más amplia acepción. Si la eficacia que tienen este gobierno y sus aparatos para reprimir sin necesidad -todavía- de llegar a desapariciones forzosas ni de ejecuciones extra-judiciales, la tuvieran para destrabar y fomentar la producción que permitiera exportar lo necesario en las condiciones impuestas por el bloqueo, entonces seríamos un país mucho mejor.
La tendencia predominante, parece, ha de ser que asumamos la precariedad como la normalidad. Y como parte de esa precariedad: los oídos sordos del gobierno y el partido, y el enquistamiento de la indecisión, la aplicación de tácticas para gobernar a sabiendas de que cada vez el pueblo menos los apoya ni comprende. Hacia lo interno, hacia su misérrimo ámbito de ejercicio del poder, nuestro gobierno aplica el mismo método de los dueños del mundo en su ámbito universal: la Ley del Más Fuerte... Funcionará mientras aun sean los más fuertes.
III
Este blog surgió por la petición de los foristas de Segunda Cita para seguir dialogando entre nosotros y con la esperanza de que sirviera para algo a las esferas de poder en su toma de decisiones con vocación inclusiva. Aquí, por los comentarios referentes, las entradas han sido lo de menos. Lo trascendente hubiera sido el forum.
En el forum de Segunda Cita, Silvio aglutinaba y ejercía el complicado arte del equilibrio. Cuando no le alcanzaba su enorme capacidad de razonar y expresar en síntesis ese razonamiento tenía sus versos, sus canciones. Cuando no le alcanzaban ni sus versos ni sus canciones -situación crítica, extrema, muy extraña- tenía la incondicionalidad de quienes le siguen e idolatran -¡Voilá!- por sus versos, su conherencia, sus canciones...
Yo no tengo esas herramientas ni menos la sabiduría del trovador. Es por ello que nuestro forum ha menguado y, lo que queda, salvo algunos comentarios que se han vuelto excepcionales, a mi me resulta insulzo, aburrido, tan reiterativos y poco originales como las propias decisiones -o indecisiones- del gobierno cubano.
Uno aprende a verle las costuras a las intenciones provocativas y cobardes de quienes no dan la cara o simulan ser lo que no son. Aquí yo pudiera aplicar el mismo criterio que cualquiera de los que obstentan el poder en el mundo. Aquí yo soy el más fuerte pues tengo la llave que permite publicar o no publicar. No quiero seguir ese modelo pero tampoco quiero convertir el forum en un circo de catársis, de revancha, provocaciones y menos en el laboratorio de los represores y/o los odiadores y/o revanchistas que les permita más o menos monitorear por dónde van nuestros pesares, no para promover cambios ni resolver los problemas, sino para manipularnos y mantener su pretendido status dominante o hacerle coro a los legionarios de ese status.
Hace unas noches llegué a Manzanillo casi de madrugada. Sólo tenía el tiempo que unos estibadores demoraran en descargar un trailer pues debíamos seguir para Bayamo. Como se ha vuelto natural, no había electricidad en casa, y el agua se acababa. Hicimos una especie de consejo de familia para conciliar a qué le íbamos a dedicar el insuficiente dinero que les llevaba, insuficiente en relación con un lugar donde un saco de carbón de marabú vale 1500 pesos, quien sabe si mil veces más que cuando este país había acabado de salir de una guerra en 1898. Cuando al fin acordamos cuáles serían las prioridades, le pregunté a Caro si no había revisado un enlace a facebook que le había mandado donde enseñaban a cocinar arroz blanco en una freidora de aire caliente a presión, como la que mi esposa nos había regalado hace unos años...
La Caro me dijo:
"No, pa, yo no tengo Facebook ni Instagram ni Tik Tok ni Telegram. Sólo Youtube y restringido a los canales que hablan de ciencias o medicina".
"¿Y eso por qué?"
"Porque a mi nada de eso me sirve para nada. Ni siquiera tu blog".
Aprecié la cruda franqueza de mi hija, y me recordó las veces que mami me dijo: "Mijo, yo sé que el trabajo de tu padre ha rendido frutos cuando siento que arranca cualquier motor en su banco de prueba; del tuyo en la radio no estoy tan segura de que sirva para algo".
Y también uno se cansa.
Yo estoy cansado de Cuba. No de la Cuba de mis sueños a la cual encontraré otros modos de aferrarme. Estoy cansado de esta Cuba virtual que tiende a avergonzarme cada vez más, esta Cuba virtual que secuestra la Cuba real -imperfecta y terca, pero mía como la de mis sueños- a través de las mezquindades desde uno u otro extremo, con el coauspicio de los que padecemos el Síndrome de Estocolmo en uno y otro extremo.
Sé que hay quien de verdad cree necesitar este blog, y este forum. Siempre tendrán la posibilidad de juntarse en otros forum o redes más personales y afines que deseen articular.
Ya yo no me siento capaz.
Lo siento.
Abrazo a los abrazables. Y gracias por el tiempo que nos acompañamos y ustedes me soportaron. A los amigos, sólo a los amigos, encontraré el modo de contarles cuando al fin baje el sobrepeso y cumpla mi promesa de ir en La Selvática de la casita de la calle Paula hasta Dos Rios. No me he rendido.
Epílogo
PD: Por ahí siguen Segunda Cita, La Joven Cuba, Lisandra Martín en Facebook, y OnCuba que se parece al Granma cuando alguna vez pudo ser un buen periódico, pero OnCuba con muchísimo mejor periodismo y más inclusivo.