lunes, 18 de agosto de 2025

El fracaso agroalimentario cubano contado por el trigo

La metrópoli española nos prohibió el cultivo del trigo. Obligaban a su perlita del Caribe a  importar el cereal pero ni tanta falta hacía, la verdad. En definitiva, durante aquellos siglos de coloniaje, solo podían pagar el pan de trigo las élites españolas o criollas. Los mestizos pobres dependían exclusivamente de las viandas, el tasajo los frijoles y el maíz; y los esclavos africanos ingerían plátanos y boniatos, con suplementos a base de yuca convertida en casabe y harina de maíz. Tampoco el clima isleño era muy propicio que digamos para cultivar el trigo. No sería hasta la segunda mitad del siglo XX que un centro de investigaciones nacional lograría una variedad de trigo adecuada a las condiciones cubanas pero...

El arte culinario y la gastronomía cubanos del siglo XIX, aprendieron a no depender de la harina de trigo, privilegiaron la cocción de platos a base de arroz y frijoles, carnes y pescados acompañados de viandas y frutas que, por ese tiempo, abundaban. 

No sería hasta el siglo XX que la fabricación y consumo de pan comenzaría a generalizarse y las comidas callejeras lo integrarían a sus ofertas con la autóctona frita cubana y  en el desayuno de café con leche y pan, que se volvió típico de las familias urbanas. Siempre con harina importada. En el campo, hasta el 1959, la mayoría de la gente, pobres, se las arreglaban como podían al borde del hambre, aunque ahora nos quieran convencer de lo contrario.

 Hasta pasada la primera década del triunfo de la Revolución, seguiría siendo el arroz el cereal más consumido en la isla, y también el más producido aunque nunca lo suficiente para cubrir toda la demanda.  

En 1964, ante la urgencia del gobierno revolucionario de alimentar a todos por igual -un reto económico derivado de una política de Estado igualitarista- un centro de investigaciones agrícolas cubano, a partir de una variedad de trigo brasileña,  logra un rendimiento de cuatro toneladas por hectárea de la variedad criolla C-204. La harina de trigo, aunque usada desde principios de ese siglo -además de en el pan-  en la elaboración de dulces, frituras y fideo, no sería base de la gastronomía cubana hasta 1967-68 que, junto a la Ofensiva Revolucionaria que estatizó hasta las vendutas de guarapo y pan con frita, se comenzaron a abrir pizzerías en todos los municipios y principales barrios de La Habana, primero, y hacia la década del setenta en todo el país. Se iniciaría así la toma culinaria  de la Cuba socialista por los coditos, las bambinas y los spaguettis. Italia nos subyugaba por la boca pero no con el trigo C-204, adecuado a nuestras condiciones climáticas, ni con ningún otro de producción nacional, sino  con trigo importado de las antiguas repúblicas soviéticas, primero, y de los antiguos países socialistas, después, en los setenta y ochenta, a través del CAME


Los productores pioneros de trigo en Cuba, como algunos en los alrededores de El Cacahual -donde está la tumba de Antonio Maceo-  fueron desestimulados con todo y que lograron en sus parcelas rendimientos de 2.8 toneladas por hectárea. Fueron vencidos por  una mentalidad importadora  y monoproductiva que pretendía pagar con azúcar todas nuestras necesidades, mientras pugnaba por estatizar toda la producción agropecuaria con granjas o cooperativas controladas ideológicamente por la ANAP y económicamente por empresas pertenecientes al MINAGRI. ¿A qué podía aspirar un pionero de la producción de trigo en Cuba si grandes extensiones de árboles frutales en las llanuras del Cauto-Guacanayabo fueron arrasadas por las brigadas "Che Guevara" para sembrar caña y tratar de cumplir nuestros compromisos azucareros con el CAME? ¿O si consideraban más "factible" comprar leche en polvo en divisas que pagarle precios  onerosos a los criadores de ganado en Camagüey?

El Negro Vagué -el hombre que, siendo jefe del taller donde trabajaba mi padre en los años ochenta del pasado siglo, me enseñó a manejar cuando yo apenas tenía 12 años- me contó que él aprendió mecánica "trasteando" las excavadoras a las cuales les conectaban unas cadenas muy gruesas y, entre dos de estos equipos, arrancaban de raíz los arbusto y árboles de guayaba, limones, nísperos, incluso hasta árboles de mangos y aguacates de mediano porte, para dejar los terrenos listos para sembrar caña. 

Cuando cayó el muro de Berlín, en vez de fritura de pescado y frita cubana elaboradas con niveles bajos de harina importada, nos habíamos acostumbrado a la croqueta, las pizzas, los espaguetis, los macarrones, los panes con cualquier pasta o con lechón, también, que aún a finales de aquel siglo el cerdo era el mamífero nacional, y no una carne prohibitiva para la clase trabajadora, como ahora. 

Salvo por este, el cerdo, la matriz culinaria y gastronómica cubana se iría alejando cada vez más de lo que éramos capaces de producir en nuestros campos y nuestras industrias. Llegó la soya, que sustituiría a la harina de trigo como extensor en las elaboraciones de masas cárnicas y de lácteos hasta la segunda década del siglo XXI. La soya que tampoco se llegó a cultivar de modo extendido en Cuba, porque ya para entonces nuestros campos habían sido tomados por el marabú y la burocracia ineficiente del MINAGRI. Pero esa es otra historia. O quizás la misma.... 

La historia del fracaso estructural de la gestión agroalimentaria cubana contada por el trigo, que jamás hemos producido en Cuba, y que sigue dominando nuestra gastronomía popular. Como recordándonos la precaria mentalidad importadora impuesta por el Estado durante, años y años, que prefería pagar en dólares un kilogramo de mermelada de guayaba  para el turismo a una empresa europea que  la guayaba a un campesino cubano... 







 

viernes, 15 de agosto de 2025

El MINAGRI y otro golpe burocrático a la economía

Por: Yordanis Álvarez.


La Resolución 233 de julio de 2025 del Ministro de la Agricultura establece un procedimiento general para la producción, beneficio y comercialización del carbón vegetal con destino a la exportación. Su objetivo declarado es ordenar el proceso, recuperar mercados internacionales y restablecer parámetros de calidad. Sin embargo, un análisis integral revela múltiples problemas jurídicos, económicos y prácticos que afectan tanto a la economía nacional como a los productores directos, los carboneros.

Desde el punto de vista jurídico, la resolución adolece de graves deficiencias en su fundamentación y alcance. Aunque invoca el Artículo 145 inciso d) de la Constitución de la República de Cuba, que otorga facultades al Ministro de la Agricultura, resulta cuestionable que una norma administrativa de este nivel restrinja derechos constitucionales como la propiedad privada, específicamente el uso de divisas legalmente obtenidas por los productores. El Artículo 22 de la Constitución reconoce el derecho a la propiedad privada, pero esta resolución limita severamente su ejercicio al imponer condiciones arbitrarias sobre el uso de los dólares recibidos por los carboneros. Esto constituye una invasión de competencias, ya que una resolución ministerial no puede modificar o restringir derechos constitucionales. Además, la resolución incumple el Artículo 165 de la Constitución, que exige la publicación de normas de carácter general en la Gaceta Oficial. Al no estar publicada allí, su validez jurídica es dudosa, lo que genera inseguridad legal para los actores involucrados.


Económicamente, la resolución introduce un sistema de retención y distribución de divisas que perjudica directamente a los productores. El Anexo Único establece que solo el 54% de los ingresos en dólares llega al productor, mientras que el 46% queda en manos de las empresas exportadoras. Además, el productor no puede disponer libremente de sus divisas: no puede transferir, extraer efectivo en dólares o usarlas fuera de los fines aprobados por la resolución, siguiendo la línea de su antecesora y aún vigente la Resolución 25 de 2025 de Ministro de Economía y Planificación. Esto desincentiva la producción, ya que los carboneros, quienes asumen los mayores riesgos y esfuerzos en la cadena de valor, ven limitada su capacidad para reinvertir o mejorar sus condiciones de trabajo, calidad de vida y desarrollo familiar.

 El sistema de retención es especialmente absurdo cuando se analizan los precios de exportación detallados en el anexo. Por ejemplo, para el carbón vegetal de marabú, de cada 355 USD, el productor solo recibe 134.19 USD, mientras que la empresa exportadora retiene 114.31 USD para supuestos fines de desarrollo de la cadena. Esto refleja una distribución inequitativa que beneficia más a los intermediarios que a los productores reales

El impacto en la economía nacional es negativo. La resolución busca aumentar las exportaciones, pero su diseño centralizado y restrictivo probablemente tendrá el efecto contrario. Al limitar la autonomía de los productores y establecer barreras burocráticas, se reduce la competitividad del carbón cubano en el mercado internacional, máxime cuando la vida ha demostrado en los últimos años que el desarrollo y avance en la exportación del Carbón es precisamente gracias al emprendimiento privado con única forma para poder avanzar encadenado adecuadamente con los entes estatales.  Además, la falta de transparencia en el uso de los fondos retenidos por las empresas exportadoras, que no es tan así pues el Gobierno más allá decorar impuestos retiene buena parte de estos ingresos sin aportar absolutamente nada a la cadena de valor,  genera desconfianza y puede derivar en malas prácticas. La resolución tampoco aborda adecuadamente problemas estructurales como la deforestación, ya que aunque menciona la necesidad de plantaciones sostenibles, no establece mecanismos concretos para garantizarlas.


Para los carboneros, campesinos cubanos de a pie y pobres en su mayoría que no tienen ni idea de cómo defenderse ni cuentan con la asesoría adecuada en todos los sentidos,  la resolución representa una carga adicional. Además de cumplir con requisitos técnicos y de calidad, deben someterse a un sistema de pagos que les impide utilizar sus ingresos de manera plena. Esto contradice el espíritu del Artículo 22 constitucional y desalienta su participación en la cadena de exportación. La resolución no fue consultada previamente con los productores, lo que evidencia un enfoque verticalista y desconectado de la realidad en el campo.

Así pues la Resolución 233 de 2025 es un ejemplo de cómo las normas mal diseñadas pueden obstaculizar el desarrollo económico. Su enfoque restrictivo y centralizado limita el potencial exportador del carbón vegetal y perjudica a los productores, quienes son la base de la cadena. Para lograr los objetivos declarados en el RESUELVO TERCERO—ordenar el proceso, recuperar mercados y restablecer la calidad—sería necesario un marco jurídico que empodere a los productores, fomente la producción, garantice transparencia en el uso de divisas y promueva prácticas sostenibles. La resolución actual, en cambio, refuerza un modelo burocrático que ha demostrado ser ineficiente y contrario a los intereses de la economía nacional y sus ciudadanos.

Los que tengan dudas vengan al campo a producir carbón vegetal de verdad y salgan de sus oficinas; entonces allí sabrán si es justa o no este tipo de medidas. Corten marabú, cárguenlo,  acopienlo, pasen noches sin dormir bajo la lluvia al sereno y sin comer, sudando, sientan en sus ojos en su piel en su olor lo que significa el hollín, el humo y los mosquitos, vengan y traten de envasarlo sin sacos ni condiciones, hagan milagros para resolver el combustible para poderlo transportar luego de haberse producido, luego hagan piruetas para lograr enfrentar la burocracia y lograrlo comercializar. Entonces así cuando tengan esta experiencia dantesca de lo que significa producir verán lo justo o no que es recibir este tratamiento por parte del Gobierno Cuba. 

miércoles, 13 de agosto de 2025

¿Es un problema de las autoridades locales? II

 Hará unos veinte años o más, una noche, conversábamos en la oficina del presidente del Comité Municipal de la UNEAC de Manzanillo, el poeta e historiador Julio Sánchez Chang,  -lamentablemente ya desaparecido-, Omar Felipe Mauri, escritor y entonces presidente del Comité de la UNEAC de la extinta provincia Habana, Delio Orozco González, historiador por derecho moral de Manzanillo, y un servidor que  simultaneaba mi trabajo en Radio Granma con el de Secretario Ejecutivo de Julio. 

El tema de la conversación era el reclamo que Delio le había realizado a Fidel Castro en una carta, acerca de rectificar la subordinación administrativa de La Ciudad del Golfo a Bayamo, como capital de Granma, y la petición de multiplicar la actual provincia de manera que Manzanillo fuera la capital de su propio territorio. Aquella carta, a pesar de ser un derecho constitucional de Delio, puso al destacado intelectual en la mirilla de los ideólogos. 

Debatíamos, entre cervezas subvencionadas -menos Delio, que entonces solo probaba algun vinito- y entremeses, hasta qué punto la evidente desventaja social y urbanística de Manzanillo respecto a Bayamo, era la resultante de la decisión de 1976 de otorgarle a la cuna de Perucho y Céspedes la supremacía política y administrativa sobre todos los municipios costeros de nuestra región.

En un momento de la conversación -quizás porque el alcohol es un vaso dilatador y la sangre se irriga mejor al cerebro antes de que comience la deshidratación- se apareció en mi mente la idea de que el problema, la causa esencial, no era qué ciudad fue nombrada capital sino la excesiva centralización  y el doble verticalismo -por la rama gubernamental y política- a través del cual se ejercía -ejerce- el poder en Cuba, que frustraba cualquier iniciativa de desarrollo propio. 

Los años pasaron. Se debatieron y aprobaron los famosos lineamientos. Surgieron los proyectos de desarrollo locales.  Vino el ordenamiento y luego el reordenamiento.  Votamos una actualización de la constitución. En la Asamblea Nacional y el Consejo de Estado se habló de otorgarle mas facultades a las intendencias y asambleas municipales de gobierno. Salieron nuevas leyes y resoluciones.  Después se corrigieron las distorsiones. Se fomentaron nuevas y se volvieron a intentar corregir mientras la inflación y la desesperanza se adueña de nuestras vidas cada vez con mayor fiereza, y los corruptos viven muy felices, como en la canción del Trovador en Jefe. 

Créanme: durante los dos o tres años recientes, por razones de trabajo, he conversado con, al menos, dos docenas de intendentes de los ciento y tantos municipios de la Cuba profunda. Todos coinciden en la voluntad de cambiar, de hacer uso de las facultades que, en el papel, tienen los municipios. Son hombres y mujeres, la mayoría, sacrificados que andan solos o casi solos en autos destartalados -o prestados- allí donde otros van refrigerados y con escoltas. Tratan de que su territorio se desarrolle pero que en la realidad, la praxis, la vieja mentalidad hipercentralista y vertical se impone -junto al bloqueo, que no sería honrado soslayarlo- y apenas les permite sobrevivir junto a los suyos. Y de contra, cuando se realizan las conclusiones de la visita superior, ellos y su equipo de dirección municipal, aparecen como los mayores culpables.


 

Pongamos un ejemplo: 

La Ley de Comunicación Social otorga facultades a los directores de medios, para ofrecer servicios publicitarios a empresas y cooperativas  estatales o privadas, e ingresar plata por ese concepto. Ya lleva mas de dos años de aprobada la ley, y unos meses sus resoluciones de implementación.  Si mañana el Consejo de Dirección de Radio Granma en Manzanillo -con la anuencia y el visto bueno de la intendencia municipal, a quien se debe administrativamente- contrata la implementación de una campaña publicitaria, digamos, a la discoteca privada Sky de La Ciudad del Golfo, para usar ese dinero en comprarle a una PIME los dispositivos llamados ecoflows que les permitirían seguir transmitiendo a pesar de los apagones, voy a mi que en un par de semanas todo el mundo -incluido el intendente por autorizarlo- explotaría como un siquitraque. 

Aparecería el director de los medios en Granma a precisar que todavía la estructura provincial no ha determinado cómo realizar ese tipo de negocio. Pondría el grito en el cielo de la hoz y el martillo el vicegobernador que atiende la actividad porque "ahí hay un componente político-ideológico que debemos tener en cuenta", y tendría razón porque le llegaría la queja "del pueblo" al miembro del Buró Provincial del PCC que, a su vez, atiende al miembro del Buró Municipal que, a su vez, atiende al núcleo de jubilados de la zona aledaña al aserrío ya desconchinflado de Manzanillo que protestaría por la publicidad en la radio obrera y campesina que "Fidel nunca hubiera aceptado eso". Y ahí mismo "se jodió la perra" que es una frase que usamos los camioneros cubanos cuando, por tratar de solucionar un problema mas o menos grave en carretera, provocas uno mayor y te quedas "botao". 

Porque tenemos tan entronizada la mentalidad del hipercentralismo y la verticalidad en los llamados cuadros, dirigentes, funcionarios -y en quienes alguna vez lo fuimos- que aunque hayas tres leyes, seis decretos, diez resoluciones, veinte acuerdos del organismo superior que avalen per sé cualquier iniciativa para salir del estancamiento de tu entidad, el de "arriba" exige que le pidas autorización expresa y él mismo espera que se la den de más arriba. Y mientras tanto: el colectivo de Radio Granma, con su director "a la vanguardia" del sinhacer, sentado con silla y todo en la acera de enfrente a la emisora, esperando que termine el apagón en los estudios y que coincida con que termine en los sitios donde están los transmisores porque sus plantas de emergencia no tienen combustible y, al parecer, nadie puede ejercer la iniciativa de priorizar su habilitación. 

Entonces todo lo que en papeles y resoluciones se ha avanzado en apariencia desde aquella conversación entre traguitos y entremeses de hace casi veinte años en la oficina del Presidente de la UNEAC en Manzanillo, sigue siendo basura acumulada y sin recoger, agua sin servir... 

 (Continuará...)

domingo, 10 de agosto de 2025

¿Es un problema de las autoridades locales?

 

No es nueva la noción de algunos comunicadores -profesionales o no- de que Manzanillo es una especie de ciudad Cenicienta, o de que el gobierno local es el de peor gestión en toda Cuba. No juzgo a quienes así piensan, lo expresan y argumentan con las precariedades cotidianas que se padecen en La Ciudad del Golfo. Se suele hablar de lo que se ve, se sufre porque la Patria, como nos legó José Martí -y la propaganda estatal ha obviado a discreción- es: "aquella porción de la Humanidad que vemos más de cerca, y en la que nos tocó nacer".

Pero se cae en la trampa de una especie de territorialización de los problemas y sus causas. Se soslaya la causa mayor, el problema mayor, que sostengo está en el modelo sistémico de gestión de eso que algunos insisten en llamar Socialismo Cubano y, lo peor, como si el tal fuera un proceso consumado o pronto a concluir. 


Las fotos  que ilustran este texto no son de Manzanillo sino de La Habana. Y no de cualquier Habana, sino de La Maravilla, de La Habana Vieja en la que Eusebio, tan Leal, puso sus sueños, esfuerzos, vitalidad. 


Y vemos una bahía llena de deshechos justo entre la terminal de cruceros y la de la lanchita de Regla, esquinas desbordadas de basura por toda la calle Luz o justo a una cuadra de El Capitolio y su cúpulo la de oro recientemente carnavalizada con la espiración cohíba de unos cuantos multimillonarios. 

 

Aquí, en la capital,  también se ve el resultado de esa fatal combinación de escasez de recursos provocada por el bloqueo y la mala administración, la desidia y la corrupción empresarial -recordemos el caso reciente del combustible robado a Comunales en el mismo municipio donde radica El Consejo de Estado- más malos hábitos poblacionales heredados o adquiridos del subdesarrollo cultural y cívico persistente que padecemos.

Podría poner otros ejemplos, como el de las cunetas hartas de basura de la ciudad de Camagüey, cuyo Centro Histórico es Patrimonio de la Humanidad, parecería que a costa de que sus periferias vivan en la podredumbre. O Santa Marta, en el umbral del mismísimo Varadero, pueblo donde no sólo pulula la basura por recoger sino, además, apagones que pueden promediar durante meses de veinte a veinticuatro horas como en el peor mes de mi amado terruño. 

Entonces vuelvo a los comunicadores que presentan a Manzanillo como lo peor. Es verdad que en la Ciudad del Golfo se combinan los cinco problemas sociales más graves que se sufren en Cuba en estos momentos: la insalubridad comunal, el abasto deficiente -ausente durante meses-  de agua potable en una vasta zona de su territorio, los apagones, la inflación que afecta las necesidades humanas más vitales y la inseguridad ciudadana. Pero igual se combinan, estos y otros, en toda Cuba. Entonces habría que entender que cuando se concentra "el fuego de la crítica" en las autoridades locales de Manzanillo -o de cualquier otro municipio- se cae en la trampa ideologética y estatista de la "territorialización" de los problemas la cual  pretende dispensar a los principales responsables del modelo de gestión sociopolítico que, en las condiciones impuestas por el bloqueo, nos han traído a la actual policrisis....

(CONTINUARÁ...)

martes, 19 de noviembre de 2024

La última entrada

Tengo la impresión de que vivimos un mundo en el cual se impone la ley del más fuerte. Esa fortaleza ya no sólo es militar, en sentido estricto, sino económica y comunicacional. Aquellos que ejercen el poder en su ámbito son los ganadores. Lo comunicacional pasa por la calidad de los contenidos en sentido manipulador no necesariamente estético, y también pasa por la potencialidad y alcance de la tecnología que sirva de soporte a esos contenidos. 

Lo mismo que a Trump le importó un rábano la constitución de los Estados Unidos cuando conminó a sus seguidores a asaltar El Capitolio -y las últimas elecciones demostraron que no tenía nada por qué preocuparse- o Joe Biden escala la guerra ruso-ucraniana al autorizar el uso de misiles de largo alcance para hacer feliz a la OTAN; lo mismo que Netanyaju realiza su meticulosa y sangrienta limpieza étnica -tan burda como el holocausto hitleriano pero más consentida por eso que llaman Occidente- Maduro gobierna por el forro de sus elecciones aunque lo acusen de fraudulento los mismos que aúpan todo tipo de crímenes imperiales en el mundo, y algunos otros que no los aúpan pero se callan convenientemente, o le exigen a Maduro, a Irán, a Siria, a Hamas, a Putin aquello que los imperialistas yanquis y las antiguas metrópolis europeas se pasan por el forro de sus llamadas democracias. 

II

Y en este mundo de fuertes, no nos engañemos: Cuba es débil. Tenemos la peor de las debilidades: la que da el desequilibrio. Desequilibrio económico que se lee como hiperinflación y un desbalance enorme entre lo que producimos y lo que tenemos necesidad de importar;  desequilibrio social que se traduce en cada vez mayor desigualdad, cada vez mayor índice de pobreza y concentración de la riqueza en unos pocos ya sea porque se la ganan honradamente o porque se aprovechan de las disfuncionalidades del modelo en forma de corrupción, tráfico de influencias o uso de la discrecionalidad estatal en beneficio propio; y desequilibrio político porque el PCC, el único partido, sigue siendo incapaz de fomentar una institucionalidad abarcadora y representativa de toda la diversidad propia de la nación cubana y de su cultura, entendida La Cultura en su más amplia acepción. Si la eficacia que tienen este gobierno y sus aparatos para reprimir sin necesidad -todavía- de llegar a desapariciones forzosas ni de ejecuciones extra-judiciales, la tuvieran para destrabar y fomentar la producción que permitiera exportar lo necesario en las condiciones impuestas por el bloqueo, entonces seríamos un país mucho mejor. 

La tendencia predominante, parece, ha de ser que asumamos la precariedad como la normalidad. Y como parte de esa precariedad: los oídos sordos del gobierno y el partido, y el enquistamiento de la indecisión, la aplicación de tácticas para gobernar a sabiendas de que cada vez el pueblo menos los apoya ni comprende. Hacia lo interno, hacia su misérrimo ámbito de ejercicio del poder,  nuestro gobierno aplica el mismo método de los dueños del mundo en su ámbito universal: la Ley del Más Fuerte... Funcionará mientras aun sean los más fuertes.

III

Este blog surgió por la petición de los foristas de Segunda Cita para seguir dialogando entre nosotros y con la esperanza de que sirviera para algo a las esferas de poder en su toma de decisiones con vocación inclusiva. Aquí, por los comentarios referentes, las entradas han sido lo de menos. Lo trascendente hubiera sido el forum. 

En el forum de Segunda Cita, Silvio aglutinaba y ejercía el complicado arte del equilibrio. Cuando no le alcanzaba su enorme capacidad de razonar y expresar en síntesis ese  razonamiento tenía sus versos, sus canciones. Cuando no le alcanzaban ni sus versos ni sus canciones -situación crítica, extrema, muy extraña- tenía la incondicionalidad de quienes le siguen e idolatran -¡Voilá!- por sus versos, su conherencia, sus canciones...  

Yo no tengo esas herramientas ni menos la sabiduría del trovador. Es por ello que nuestro forum ha menguado y, lo que queda, salvo algunos comentarios que se han vuelto excepcionales, a mi me resulta insulzo, aburrido, tan reiterativos y poco originales como las propias decisiones -o indecisiones- del gobierno cubano. 

Uno aprende a verle las costuras a las intenciones provocativas y cobardes de quienes no dan la cara o simulan ser lo que no son. Aquí yo pudiera aplicar el mismo criterio que cualquiera de los que obstentan el poder en el mundo. Aquí yo soy el más fuerte pues tengo la llave que permite publicar o no publicar. No quiero seguir ese modelo pero tampoco quiero convertir el forum en un circo de catársis, de revancha, provocaciones y menos en el laboratorio de los represores y/o los odiadores y/o revanchistas que les permita más o menos monitorear por dónde van nuestros pesares, no para promover cambios ni resolver los problemas, sino para manipularnos y mantener su pretendido status dominante o hacerle coro a los legionarios de ese status.

Hace unas noches llegué a Manzanillo casi de madrugada. Sólo tenía el tiempo que unos estibadores demoraran en descargar un trailer pues debíamos seguir para Bayamo.  Como se ha vuelto natural, no había electricidad en casa, y el agua se acababa. Hicimos una especie de consejo de familia para conciliar a qué le íbamos a dedicar el insuficiente dinero que les llevaba, insuficiente en relación con un lugar donde un saco de carbón de marabú vale 1500 pesos, quien sabe si mil veces más que cuando este país había acabado de salir de una guerra en 1898. Cuando al fin acordamos cuáles serían las prioridades, le pregunté a Caro si no había revisado un enlace a facebook que le había mandado donde enseñaban a cocinar arroz blanco en una freidora de aire caliente a presión, como la que mi esposa nos había regalado hace unos años... 

La Caro me dijo: 

"No, pa, yo no tengo Facebook ni Instagram ni Tik Tok ni Telegram. Sólo Youtube y restringido a los canales que hablan de ciencias o medicina". 

"¿Y eso por qué?"

"Porque a mi nada de eso me sirve para nada. Ni siquiera tu blog". 

Aprecié la cruda franqueza de mi hija, y me recordó las veces que mami me dijo: "Mijo, yo sé que el trabajo de tu padre ha rendido frutos cuando siento que arranca cualquier motor en su banco de prueba; del tuyo en la radio no estoy tan segura de que sirva para algo". 

Y también uno se cansa.

Yo estoy cansado de Cuba. No de la Cuba de mis sueños a la cual encontraré otros modos de aferrarme. Estoy cansado de esta Cuba virtual que tiende a avergonzarme cada vez más, esta Cuba virtual que secuestra la Cuba real -imperfecta y terca, pero mía como la de mis sueños-  a través de las mezquindades desde uno u otro extremo, con el coauspicio de los que padecemos el Síndrome de Estocolmo en uno y otro extremo. 

Sé que hay quien de verdad cree necesitar este blog, y este forum. Siempre tendrán la posibilidad de juntarse en otros forum o redes más personales y afines que deseen articular. 

Ya yo no me siento capaz. 

Lo siento. 

Abrazo a los abrazables. Y gracias por el tiempo que nos acompañamos y ustedes me soportaron. A los amigos, sólo a los amigos, encontraré el modo de contarles cuando al fin baje el sobrepeso y cumpla mi promesa de ir en La Selvática de la casita de la calle Paula hasta Dos Rios. No me he rendido.

Epílogo

PD: Por ahí siguen Segunda Cita, La Joven Cuba, Lisandra Martín en Facebook, y OnCuba que se parece al Granma cuando alguna vez pudo ser un buen periódico, pero OnCuba con muchísimo mejor periodismo y más inclusivo. 

lunes, 18 de noviembre de 2024

La epopeya del no No 27

 

Por: Jorge Luis Veleta Mederos. 


"En el Pais de los Hombres Callados compartimos la noche"

dijo el Hombre Normal y estuvo preso nueve años y un día.

Angosta es la libertad como un disparo en sombras, 

terrible como una bala que nos busca en el hueso,

tumefacta y rumiante.

Y pobrecita. 


Pero en el País de los Hombres Callados no hay espacio:

las onzas de libertad tienen sabor a Dios sombra por sombra

y los Hombres Normales siempre escapan con la lengua en la espalda. 


Los que habitamos el Pais de los Hombres Callados tenemos dos países:

uno el de la memoria del abuelo

donde suele habitar el chilindrón, 

en ocasiones las nueces y hasta la carne con papas;

el otro es el No-país, 

más bien oscuro y laxo, 

el de los gritos por dentro del estómago y las alas cortadas. 


Habito los dos países. 

En ocasiones escapo hacia la nada de un pueblecillo en Nantes

donde trafico vinos de estación con empanadas de queso. 

Otras me vuelvo loco y soy yo mismo 

con toda la piel rajada por el de agua y los peces

que mueren entre mis manos, igual que yo en silencio. 

Otras soy más cobarde todavía 

y me fumo un cigarro tras del otro para  morime rápido. 


Lo cierto es que en el País de los Hombres Callados caben muchos países,

el mío cabe en mi casa. 


Es la única herencia

que no quiero dejarle a mis dos hijos.




lunes, 11 de noviembre de 2024

Economía delicuescente

Por: Jorge Braulio Rodríguez. 


 Ayer, en la sede de la revista Tensamiento Críptico, se desarrolló la mesa redonda: “Economía delicuescente: una provocación para el debate”. Fungió como moderador Genaro Elafilao, director interino de TC y, como ponentes, tuvimos el placer de contar con expertos muy conocidos en este campo: Cándido Oscar Pilot, G. Minnie y Chad G. Petais. Compartimos con nuestros lectores una síntesis de las intervenciones.

Genaro Elafilao: 

Buenas tardes. Para la revista Tensamiento Críptico constituye un honor contar en esta jornada con tres especialistas de altísimo nivel en el campo de la economía delicuescente, una disciplina que está en su etapa germinal, pero que ya provoca apasionadas polémicas. Descubro que en el público están distribuidos estratégicamente representantes de la Gloriosa Reserva de Enfrentamiento a la Delicuescencia en Alamar: mis respetos a ustedes, esforzados siervos de la GREDA. (…) No se ofenda ninguno de los presentes si me permito recordar lo que ya todos saben: ¿qué significa la palabra delicuescente? Según el diccionario de la RAE, es sinónimo de evanescente, sin vigor. Es lo que se disgrega, los que se descompone. Entonces, pregunto a los especialistas: ¿Qué se entiende por economía delicuescente?

Cándido Oscar Pilot: 

Gracias por la invitación de la revista Tensamiento Críptico. Delicuescente se refiere a una sustancia que absorbe humedad hasta el punto de disolverse. Aplicando este concepto a la economía, podríamos estar hablando de una economía que, por absorber demasiados recursos o depender en exceso de ciertos factores externos, empieza a descomponerse o perder su estructura sólida.

Una economía delicuescente es aquella en la que se patentiza:

Excesiva dependencia: No tiene éxito sin el suministro constante de recursos externos que, en exceso, llevan a una debilidad estructural.

Desintegración gradual: La economía empieza a perder su capacidad de mantenerse cohesiva y funcional debido a una sobreexposición a influencias externas.

Falta de solidez: Se observan signos de decadencia o falta de robustez, tanto en los fundamentos económicos, como en la infraestructura, la fuerza laboral, o las instituciones financieras.

G. Minnie:

La economía delicuescente no es un término comúnmente utilizado en la literatura económica, pero si lo desglosamos, la palabra "delicuescente", como nos ha recordado el colega Cándido, se refiere a algo que se disuelve o se descompone en un líquido. En un contexto económico, podríamos interpretarlo como una economía que se está desvaneciendo o debilitando, quizás debido a factores como la inflación, la falta de inversión o la inestabilidad política.

A pesar de los políticos y economistas ortodoxos y de sus otros detractores, la economía delicuescente se ha ganado un lugar porque, dada su transparencia, constituye una herramienta útil para comprender la situación en que se encuentran muchas comunidades. 

Entonces, estamos hablando de:

Economía en decadencia: Una economía que se está debilitando progresivamente, perdiendo fuerza y vitalidad. 

Economía desestructurada: Una economía que ha perdido su orden y estabilidad, caracterizada por la incertidumbre y la falta de confianza.

Economía corrupta: Una economía en la que la corrupción y las prácticas ilegales socavan los mecanismos de mercado y pervierten la asignación de recursos.

Economía dependiente: Una economía que está excesivamente ligada a un solo sector o a un pequeño número de socios comerciales, volviéndola vulnerable a shocks externos.

En resumen, "economía delicuescente" podría utilizarse para describir una situación económica crítica y precaria, en la que los fundamentos se están erosionando y el futuro es incierto.

Chad G. Petais:

Me gustaría referirme al tema desde otra arista: no podemos entender la economía delicuescente sin considerar la existencia paralela de políticas delicuescentes que apuntalan sus extravíos.

La idea de una política "delicuescente" puede ser una metáfora poderosa para describir un sistema político que muestra signos de desintegración o decadencia. Aquí hay algunas interpretaciones posibles:

Falta de cohesión: Una política en la que la falta de consenso y colaboración entre las diferentes partes lleva a una fragmentación y debilitamiento de las instituciones.

Dependencia externa: Cuando un sistema político depende en exceso de la influencia o recursos externos, perdiendo su independencia y capacidad de tomar decisiones soberanas.

Corrupción y debilitamiento: La corrupción generalizada y la mala gestión que erosionan la confianza pública y la efectividad de las políticas.

Incapacidad de adaptación: Un sistema político que no puede adaptarse a los cambios y desafíos modernos, resultando en una estructura obsoleta y disfuncional.

Podríamos pensar en una política "delicuescente" como una que, al igual que una sustancia que se disuelve, pierde su integridad y cohesión bajo la presión de factores adversos.

(¿Continuará...?)




sábado, 9 de noviembre de 2024

Un 9-11 hace 8 años

Hace ocho años escribí esta croniquilla que ahora les presento. ¿Tendrá vigencia?

"En el país más soberano del mundo, estamos más pendientes de las elecciones en los Estados Unidos, que de la eficacia de la gestión del alcalde de la ciudad", me dice El Viejo, mientras en la Mesa Redonda,  Reinaldo Taladrid reconoce que Trump puso en ridículo a las encuestadoras y los medios de prensa, incluida la propia Televisión Cubana, que daban a Hilary como la ganadora. 

¿Será que en verdad somos tan independientes? Me pregunto camino a la wifi del Parque De Céspedes. Pienso que, ni siquiera la segunda ronda de la serie nacional, abarca tantos comentarios en Cuba como las elecciones en los Estados Unidos.  

Y pienso en el debate acerca de los símbolos y sus usos para, supuestamente, destruir la ideología de la Revolución desde el Imperio  que por estos días se produce en las redes sociales y la blogosfera. En la televisión local, anuncian la realización de un evento cultural en Manzanillo con "invitados de todo el país" pero no se mencionan sus nombres, y actividades a lo largo y ancho del municipio que aún no se saben cuáles son. 

Hace apenas unas horas, miraba en La Habana rl famoso Alí Bar, llamado ahora Benny Moré en homenaje al genial cantante, y veía la fealdad y el abandono de un lugar, ciertamente, simbólico, emblemático. O los pendones y carteles anunciando los cigarrillos Hollywood al lado de un derruido Viva la Revolución en El Cerro, y ese monumento a la incapacidad en forma de montones de basura en las esquinas de Centro Habana, ciudad maravilla. 

En la madrugada, en el llamado "conejito de Aguada de pasajeros", una cafetería que triplica los precios de los pocos comestibles que expende a los viajeros nacionales sin que a ninguna autoridad parezca importarle, me llega el sms de Cubadebate con la victoria de Trump. 

Ahora estoy sentado en un banco del Parque de Céspedes, pensando en Pombo que está enfermo y en La Caro que está triste por eso, y en el futuro, y en lo esencial, invisible a los ojos,  como diría El Principito, tan invisible que por acá, hasta Elpidio Valdés y María Silvia, hablan de la victoria de Trump, y se pierden la luna y las estrellas de esta hermosa noche de noviembre.