Por: Juan M Ferran Oliva.
No hay energía más cara que la falta de energía
Homi Jehangir Bhabha (1)
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n 1959 Cuba contaba con 471 Mw de capacidad eléctrica. El Campo Socialista favoreció la instalación de nuevas termoeléctricas y la modernización de las existentes bajo el ineficiente esquema del abundante flujo de combustible fósil asegurado por la URSS. La generación creció a un ritmo del 6% anual hasta 1989. En ese año se disponía de 2.968 Mw instalados y un 95% del país electrificado; más de 6 veces lo disponible 30 años atrás. Pero las aspiraciones sociales del gobierno eran mayores que los ingresos del país y en lo sucesivo, carentes de reparaciones importantes, las plantas se descapitalizaron. La demanda continuó expandiéndose al socaire del aumento de la producción, del crecimiento de la población, de la ineficiencia de sus electrodomésticos y de otras debilidades técnicas o dolosas[2].
En mayo de 2004 una importante afectación puso en crisis al Sistema Eléctrico Nacional. Fue provocada por una avería en la termoeléctrica Antonio Guiteras, una de las 10 existentes. Los apagones alcanzaron a más de 120 industrias y la situación se agudizó en agosto del propio año cuando el huracán Charlie abatió 22 torres de alta tensión.
La catástrofe presagiaba apagones crónicos. Afectarían la producción, el consumo y la opinión pública. En ese contexto se concibió la llamada Revolución Energética calificada, pomposamente, como una revolución dentro de la Revolución. Se basaba en la introducción de grupos electrógenos alimentados por diesel y fuel oil de importación. Estos equipos eran accesibles financieramente y de puesta en marcha inmediata. Su atomización constituía un seguro contra las eventualidades climáticas y de otro tipo. Se activaban con un toque de botón. La inversión en grandes plantas hubiera requerido un buen tiempo para ponerse en marcha y su costo resultaba inaccesible.
La mala noticia fueron las economías de escala. El costo del Kw es mayor en un grupo electrógeno de limitado porte que en una gran generadora termoeléctrica, que además emplea petróleo de menor precio. Actualmente utilizan el de extracción nacional con un elevado contenido de azufre cuya agresividad eleva la propensión a las roturas. Pero nuestro petróleo es nuestro petróleo.
Por suerte y como parte del plan, comenzaron a aprovecharse los gases acompañantes de las refinerías, recurso antes dilapidado y contaminante.
Esto en lo tocante a la oferta.
La demanda mostraba también serios problemas. La falta de reposición de equipos electrodomésticos en las viviendas adquirió matices esperpénticos. Eran cuantiosos los refrigeradores y acondicionadores de aire norteamericanos con 40 y más años de funcionamiento, así como improvisados ventiladores, batidoras y otros frankenstein eléctricos
La solución faraónica consistió en la masiva modernización del equipamiento doméstico. Unos 35,000 trabajadores sociales organizados al socaire de la Batalla de Ideas sustituyeron, casa por casa y gratuitamente, 9,4 millones de bombillos incandescentes por lámparas modernas[3]. Se aplicaron tarifas de estimulación negativa y fueron combatidas las ilegalidades. Los trabajadores sociales realizaron, además, el levantamientos del parque de equipos obsoletos en los hogares. Serian reemplazados por aparatos modernos en adquisición onerosa compensada con precios moderados y facilidades de pago[4]. Tal maratón se hubiera evitado de haberse contado con una oferta doméstica normal. Fueron reemplazados alrededor de 180.000 aires acondicionados, 74.000 televisores y numerosas bombas de agua domesticas. También se facilitaron enseres menores como ollas de presión, arroceras, hornillas eléctricas, calentadores de agua, etc. La agricultura estatal recibió 947 motores eléctricos modernos y en 962 panaderías fueron colocados hornos eléctricos. A los gastos evidentes habría que añadir los del combustible y transportación interna, la capacitación, herramientas y el rediseñado sistema de control de despacho eléctrico.
En diciembre de 2007 se habían instalado 6.481 grupos electrógenos que sumados a las 10 plantas termoeléctricas existentes transformaron el modelo de generación eléctrica. En lo tocante a infraestructura fueron instalados millones de interruptores y relojes contadores, y renovadas numerosas acometidas, conductores secundarios, postes y transformadores. La industria del país contribuyó con la ampliación de la fábrica de cables y otras industrias dedicadas a la producción de postes y accesorios eléctricos.
En 2022 han regresado los impertinentes apagones. La coyuntura no es la misma. La población accede a un mercado donde la limitación es impuesta por el precio y la disponibilidad de divisas. Por obra y gracia de las remesas y sin que falten esfuerzos internos, casi todos los hogares cuentan con refrigerador y televisor, amén de otros electrodomésticos. El país se ha electrificado.
El problema actual es la generación. Las instalaciones mayores padecen los achaques de la edad. Su mantenimiento y eventual reparación capital o sustitución afrontan el bloqueo cada vez más agresivo. Es una realidad despojada de retorica política. Además, existe una variada gama de tecnologías generalmente obsoletas. La industria nacional se crece en la producción de equipos y piezas, pero se le dificulta la adquisición de materiales.
Es conocida la situación mundial del petróleo. En un momento dado se agotarán sus reservas. El futuro está en las energías renovables cuya introducción es lenta. Su fuente es abundante, renovable y limpia si bien las inversiones son elevadas. A fines de 2016 más de 80 países en el mundo utilizaban la fuerza del viento que se adjudicaba el 5% del consumo mundial. De modo parecido se comportaba la energía fotovoltaica. Se estima que en 2030 pudiera suministrar electricidad a dos tercios del la población global. Añádase que no afectan ni la agricultura ni al urbanismo.
No son las únicas energías renovables. La aplicación de la biomasa consiste, simplemente, en sustituir el combustible fósil por materia orgánica. Actualmente funciona cerca de Ciego de Ávila una planta especializada que recibe algún marabú y bagazo de varios centrales. Pero en estos momentos la industria azucarera apenas suministra azúcar al consumo nacional y el bagazo es su subproducto. Los planes en tal sentido se ven estancados por esta situación. El etanol puede considerarse dentro de esta categoría[5] y tampoco recibe atención. Otras alternativas tienen pocas posibilidades en Cuba. La generación mareomotriz es costosa y se posibilita principalmente en grandes estuarios. El sistema montañoso cubano tampoco favorece el desarrollo de hidroeléctricas.
Por suerte no se habla de la energía nuclear.
En esta ocasión la varita mágica para aplacar la crisis son las centrales termoeléctricas flotantes[6]. Es una solución emergente que se está aplicando en 9 países en diversas circunstancias. Jamaica y República Dominicana son los usuarios más cercanos a Cuba, que ha contratado 7 plantas flotantes a una empresa turca. En su conjunto suman una potencia de unos 400 Mw. Son la medida más inmediata para aliviar el problema y se estima que en el año 2023 representen alrededor del 18% o 20% de la generación del país. De todas formas valga afirmar que constituyen un paliativo, no la cura final.
La prensa informa diariamente sobre las bajas y altas físicas productivas en el sistema sin hablar de costos y augurando soluciones a corto plazo. Las plantas flotantes alivian pero hay que pagarlas. Presumo que el precio de su Kw debe ser bien alto. Tampoco es favorable la actual cotización de la moneda nacional utilizada por la población para pagar su factura.
En su contabilidad interna el proveedor turco incluirá a la amortización los costos y gastos fijos y variables de la producción, teniendo en cuenta el tiempo inactivo del capital. Sobre este monto establecerá el margen de ganancia. ¿Cómo se considerará el suministro de combustible?. Es una instalación llave en mano pero no del todo. Para Cuba implica instalaciones de atraque y de enlace con el SEN. Gravosas, por supuesto.
El silencio sobre los costos sugiere que son elevados. Pasó la época en que eran resueltos por el padrino soviético. Ahora los cubre angustiadamente la balanza externa en divisas. La economía no es un lujo contable y se venga de quienes transgreden sus leyes. Es de suponer que el actual Partido/gobierno haya asimilado esta realidad de incidencias políticas.
El presidente Diaz-Canel acaba de realizar una gira por 4 países. Argelia es un amigo y deudor moral; los combustibles fósiles representan aproximadamente el 98% de sus ingresos por exportación. Tiene, además, particular experiencia en la generación fotovoltaica y ha donado a Cuba un instalación de ese tipo. Rusia es otro gran productor de hidrocarburos, además de ser una potencia industrial, agrícola y financiera, Esto último es aplicable también a China, Turquía posee buques generadores y experiencia en su funcionamiento; tuvo lugar una gran reunión con sus representantes. Estas pinceladas sugieren la agenda de la visita presidencial.
La participación de los renovables es lenta. En alguno de los planes elaborados se prevé un 24% de dicha energía para el año 2030. Quizás sería conveniente fomentar la producción de tales equipos. Además de cubrir necesidades internas pudieran convertirse en un renglón de exportación. La demanda mundial en tal sentido es creciente.
El Estado afronta la que quizás sea la peor situación económica desde 1959. Se le debe criticar constructivamente cuando sea preciso, pero hay que apoyarlo. Es la única opción con que cuenta el país para salir dignamente del atolladero. De los Miami boys o de los exaltados internos no se puede esperar nada positivo.
Termino con una anécdota personal. Una persona de mi entorno culpa a los gobernantes por los problemas que se confrontan y les dedica los más cálidos insultos. Para mi asombro me dijo que si aún viviese Fidel ya los habría resuelto. Es alguien que cree en los milagros, por supuesto.
Discúlpenme si no puedo ofrecer más solución que la paciencia.
1] Homi Jehangir Bhabha (1909-1966) fue un destacado físico nuclear hindú, coloquialmente conocido como Padre del Programa Nuclear Indio.
[2] Ver El Problema Energético. SINE DIE no. 9, segunda serie de enero 29 de 2021
[3] En lo adelante los usuarios habrían de pagar algo más por las nuevas luminarias que debieran sustituir o ampliar
[4] Un refrigerador, por ejemplo, tenia un precio de 6.110 pesos cubanos pagaderos en 120 cuotas de 59 pesos mensuales al 3% de interés.
[5] Sus principales productores son Brasil y Estados Unidos que cuentan con grandes extensiones de tierra. Brasil dirige alternativamente su industria cañera al azúcar o al etanol según sugiera la coyuntura.
[6] Puede tratarse de un navío autopropulsado o de una patana con remolcadores.
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