martes, 19 de noviembre de 2024

La última entrada

Tengo la impresión de que vivimos un mundo en el cual se impone la ley del más fuerte. Esa fortaleza ya no sólo es militar, en sentido estricto, sino económica y comunicacional. Aquellos que ejercen el poder en su ámbito son los ganadores. Lo comunicacional pasa por la calidad de los contenidos en sentido manipulador no necesariamente estético, y también pasa por la potencialidad y alcance de la tecnología que sirva de soporte a esos contenidos. 

Lo mismo que a Trump le importó un rábano la constitución de los Estados Unidos cuando conminó a sus seguidores a asaltar El Capitolio -y las últimas elecciones demostraron que no tenía nada por qué preocuparse- o Joe Biden escala la guerra ruso-ucraniana al autorizar el uso de misiles de largo alcance para hacer feliz a la OTAN; lo mismo que Netanyaju realiza su meticulosa y sangrienta limpieza étnica -tan burda como el holocausto hitleriano pero más consentida por eso que llaman Occidente- Maduro gobierna por el forro de sus elecciones aunque lo acusen de fraudulento los mismos que aúpan todo tipo de crímenes imperiales en el mundo, y algunos otros que no los aúpan pero se callan convenientemente, o le exigen a Maduro, a Irán, a Siria, a Hamas, a Putin aquello que los imperialistas yanquis y las antiguas metrópolis europeas se pasan por el forro de sus llamadas democracias. 

II

Y en este mundo de fuertes, no nos engañemos: Cuba es débil. Tenemos la peor de las debilidades: la que da el desequilibrio. Desequilibrio económico que se lee como hiperinflación y un desbalance enorme entre lo que producimos y lo que tenemos necesidad de importar;  desequilibrio social que se traduce en cada vez mayor desigualdad, cada vez mayor índice de pobreza y concentración de la riqueza en unos pocos ya sea porque se la ganan honradamente o porque se aprovechan de las disfuncionalidades del modelo en forma de corrupción, tráfico de influencias o uso de la discrecionalidad estatal en beneficio propio; y desequilibrio político porque el PCC, el único partido, sigue siendo incapaz de fomentar una institucionalidad abarcadora y representativa de toda la diversidad propia de la nación cubana y de su cultura, entendida La Cultura en su más amplia acepción. Si la eficacia que tienen este gobierno y sus aparatos para reprimir sin necesidad -todavía- de llegar a desapariciones forzosas ni de ejecuciones extra-judiciales, la tuvieran para destrabar y fomentar la producción que permitiera exportar lo necesario en las condiciones impuestas por el bloqueo, entonces seríamos un país mucho mejor. 

La tendencia predominante, parece, ha de ser que asumamos la precariedad como la normalidad. Y como parte de esa precariedad: los oídos sordos del gobierno y el partido, y el enquistamiento de la indecisión, la aplicación de tácticas para gobernar a sabiendas de que cada vez el pueblo menos los apoya ni comprende. Hacia lo interno, hacia su misérrimo ámbito de ejercicio del poder,  nuestro gobierno aplica el mismo método de los dueños del mundo en su ámbito universal: la Ley del Más Fuerte... Funcionará mientras aun sean los más fuertes.

III

Este blog surgió por la petición de los foristas de Segunda Cita para seguir dialogando entre nosotros y con la esperanza de que sirviera para algo a las esferas de poder en su toma de decisiones con vocación inclusiva. Aquí, por los comentarios referentes, las entradas han sido lo de menos. Lo trascendente hubiera sido el forum. 

En el forum de Segunda Cita, Silvio aglutinaba y ejercía el complicado arte del equilibrio. Cuando no le alcanzaba su enorme capacidad de razonar y expresar en síntesis ese  razonamiento tenía sus versos, sus canciones. Cuando no le alcanzaban ni sus versos ni sus canciones -situación crítica, extrema, muy extraña- tenía la incondicionalidad de quienes le siguen e idolatran -¡Voilá!- por sus versos, su conherencia, sus canciones...  

Yo no tengo esas herramientas ni menos la sabiduría del trovador. Es por ello que nuestro forum ha menguado y, lo que queda, salvo algunos comentarios que se han vuelto excepcionales, a mi me resulta insulzo, aburrido, tan reiterativos y poco originales como las propias decisiones -o indecisiones- del gobierno cubano. 

Uno aprende a verle las costuras a las intenciones provocativas y cobardes de quienes no dan la cara o simulan ser lo que no son. Aquí yo pudiera aplicar el mismo criterio que cualquiera de los que obstentan el poder en el mundo. Aquí yo soy el más fuerte pues tengo la llave que permite publicar o no publicar. No quiero seguir ese modelo pero tampoco quiero convertir el forum en un circo de catársis, de revancha, provocaciones y menos en el laboratorio de los represores y/o los odiadores y/o revanchistas que les permita más o menos monitorear por dónde van nuestros pesares, no para promover cambios ni resolver los problemas, sino para manipularnos y mantener su pretendido status dominante o hacerle coro a los legionarios de ese status.

Hace unas noches llegué a Manzanillo casi de madrugada. Sólo tenía el tiempo que unos estibadores demoraran en descargar un trailer pues debíamos seguir para Bayamo.  Como se ha vuelto natural, no había electricidad en casa, y el agua se acababa. Hicimos una especie de consejo de familia para conciliar a qué le íbamos a dedicar el insuficiente dinero que les llevaba, insuficiente en relación con un lugar donde un saco de carbón de marabú vale 1500 pesos, quien sabe si mil veces más que cuando este país había acabado de salir de una guerra en 1898. Cuando al fin acordamos cuáles serían las prioridades, le pregunté a Caro si no había revisado un enlace a facebook que le había mandado donde enseñaban a cocinar arroz blanco en una freidora de aire caliente a presión, como la que mi esposa nos había regalado hace unos años... 

La Caro me dijo: 

"No, pa, yo no tengo Facebook ni Instagram ni Tik Tok ni Telegram. Sólo Youtube y restringido a los canales que hablan de ciencias o medicina". 

"¿Y eso por qué?"

"Porque a mi nada de eso me sirve para nada. Ni siquiera tu blog". 

Aprecié la cruda franqueza de mi hija, y me recordó las veces que mami me dijo: "Mijo, yo sé que el trabajo de tu padre ha rendido frutos cuando siento que arranca cualquier motor en su banco de prueba; del tuyo en la radio no estoy tan segura de que sirva para algo". 

Y también uno se cansa.

Yo estoy cansado de Cuba. No de la Cuba de mis sueños a la cual encontraré otros modos de aferrarme. Estoy cansado de esta Cuba virtual que tiende a avergonzarme cada vez más, esta Cuba virtual que secuestra la Cuba real -imperfecta y terca, pero mía como la de mis sueños-  a través de las mezquindades desde uno u otro extremo, con el coauspicio de los que padecemos el Síndrome de Estocolmo en uno y otro extremo. 

Sé que hay quien de verdad cree necesitar este blog, y este forum. Siempre tendrán la posibilidad de juntarse en otros forum o redes más personales y afines que deseen articular. 

Ya yo no me siento capaz. 

Lo siento. 

Abrazo a los abrazables. Y gracias por el tiempo que nos acompañamos y ustedes me soportaron. A los amigos, sólo a los amigos, encontraré el modo de contarles cuando al fin baje el sobrepeso y cumpla mi promesa de ir en La Selvática de la casita de la calle Paula hasta Dos Rios. No me he rendido.

Epílogo

PD: Por ahí siguen Segunda Cita, La Joven Cuba, Lisandra Martín en Facebook, y OnCuba que se parece al Granma cuando alguna vez pudo ser un buen periódico, pero OnCuba con muchísimo mejor periodismo y más inclusivo. 

lunes, 18 de noviembre de 2024

La epopeya del no No 27

 

Por: Jorge Luis Veleta Mederos. 


"En el Pais de los Hombres Callados compartimos la noche"

dijo el Hombre Normal y estuvo preso nueve años y un día.

Angosta es la libertad como un disparo en sombras, 

terrible como una bala que nos busca en el hueso,

tumefacta y rumiante.

Y pobrecita. 


Pero en el País de los Hombres Callados no hay espacio:

las onzas de libertad tienen sabor a Dios sombra por sombra

y los Hombres Normales siempre escapan con la lengua en la espalda. 


Los que habitamos el Pais de los Hombres Callados tenemos dos países:

uno el de la memoria del abuelo

donde suele habitar el chilindrón, 

en ocasiones las nueces y hasta la carne con papas;

el otro es el No-país, 

más bien oscuro y laxo, 

el de los gritos por dentro del estómago y las alas cortadas. 


Habito los dos países. 

En ocasiones escapo hacia la nada de un pueblecillo en Nantes

donde trafico vinos de estación con empanadas de queso. 

Otras me vuelvo loco y soy yo mismo 

con toda la piel rajada por el de agua y los peces

que mueren entre mis manos, igual que yo en silencio. 

Otras soy más cobarde todavía 

y me fumo un cigarro tras del otro para  morime rápido. 


Lo cierto es que en el País de los Hombres Callados caben muchos países,

el mío cabe en mi casa. 


Es la única herencia

que no quiero dejarle a mis dos hijos.




lunes, 11 de noviembre de 2024

Economía delicuescente

Por: Jorge Braulio Rodríguez. 


 Ayer, en la sede de la revista Tensamiento Críptico, se desarrolló la mesa redonda: “Economía delicuescente: una provocación para el debate”. Fungió como moderador Genaro Elafilao, director interino de TC y, como ponentes, tuvimos el placer de contar con expertos muy conocidos en este campo: Cándido Oscar Pilot, G. Minnie y Chad G. Petais. Compartimos con nuestros lectores una síntesis de las intervenciones.

Genaro Elafilao: 

Buenas tardes. Para la revista Tensamiento Críptico constituye un honor contar en esta jornada con tres especialistas de altísimo nivel en el campo de la economía delicuescente, una disciplina que está en su etapa germinal, pero que ya provoca apasionadas polémicas. Descubro que en el público están distribuidos estratégicamente representantes de la Gloriosa Reserva de Enfrentamiento a la Delicuescencia en Alamar: mis respetos a ustedes, esforzados siervos de la GREDA. (…) No se ofenda ninguno de los presentes si me permito recordar lo que ya todos saben: ¿qué significa la palabra delicuescente? Según el diccionario de la RAE, es sinónimo de evanescente, sin vigor. Es lo que se disgrega, los que se descompone. Entonces, pregunto a los especialistas: ¿Qué se entiende por economía delicuescente?

Cándido Oscar Pilot: 

Gracias por la invitación de la revista Tensamiento Críptico. Delicuescente se refiere a una sustancia que absorbe humedad hasta el punto de disolverse. Aplicando este concepto a la economía, podríamos estar hablando de una economía que, por absorber demasiados recursos o depender en exceso de ciertos factores externos, empieza a descomponerse o perder su estructura sólida.

Una economía delicuescente es aquella en la que se patentiza:

Excesiva dependencia: No tiene éxito sin el suministro constante de recursos externos que, en exceso, llevan a una debilidad estructural.

Desintegración gradual: La economía empieza a perder su capacidad de mantenerse cohesiva y funcional debido a una sobreexposición a influencias externas.

Falta de solidez: Se observan signos de decadencia o falta de robustez, tanto en los fundamentos económicos, como en la infraestructura, la fuerza laboral, o las instituciones financieras.

G. Minnie:

La economía delicuescente no es un término comúnmente utilizado en la literatura económica, pero si lo desglosamos, la palabra "delicuescente", como nos ha recordado el colega Cándido, se refiere a algo que se disuelve o se descompone en un líquido. En un contexto económico, podríamos interpretarlo como una economía que se está desvaneciendo o debilitando, quizás debido a factores como la inflación, la falta de inversión o la inestabilidad política.

A pesar de los políticos y economistas ortodoxos y de sus otros detractores, la economía delicuescente se ha ganado un lugar porque, dada su transparencia, constituye una herramienta útil para comprender la situación en que se encuentran muchas comunidades. 

Entonces, estamos hablando de:

Economía en decadencia: Una economía que se está debilitando progresivamente, perdiendo fuerza y vitalidad. 

Economía desestructurada: Una economía que ha perdido su orden y estabilidad, caracterizada por la incertidumbre y la falta de confianza.

Economía corrupta: Una economía en la que la corrupción y las prácticas ilegales socavan los mecanismos de mercado y pervierten la asignación de recursos.

Economía dependiente: Una economía que está excesivamente ligada a un solo sector o a un pequeño número de socios comerciales, volviéndola vulnerable a shocks externos.

En resumen, "economía delicuescente" podría utilizarse para describir una situación económica crítica y precaria, en la que los fundamentos se están erosionando y el futuro es incierto.

Chad G. Petais:

Me gustaría referirme al tema desde otra arista: no podemos entender la economía delicuescente sin considerar la existencia paralela de políticas delicuescentes que apuntalan sus extravíos.

La idea de una política "delicuescente" puede ser una metáfora poderosa para describir un sistema político que muestra signos de desintegración o decadencia. Aquí hay algunas interpretaciones posibles:

Falta de cohesión: Una política en la que la falta de consenso y colaboración entre las diferentes partes lleva a una fragmentación y debilitamiento de las instituciones.

Dependencia externa: Cuando un sistema político depende en exceso de la influencia o recursos externos, perdiendo su independencia y capacidad de tomar decisiones soberanas.

Corrupción y debilitamiento: La corrupción generalizada y la mala gestión que erosionan la confianza pública y la efectividad de las políticas.

Incapacidad de adaptación: Un sistema político que no puede adaptarse a los cambios y desafíos modernos, resultando en una estructura obsoleta y disfuncional.

Podríamos pensar en una política "delicuescente" como una que, al igual que una sustancia que se disuelve, pierde su integridad y cohesión bajo la presión de factores adversos.

(¿Continuará...?)




sábado, 9 de noviembre de 2024

Un 9-11 hace 8 años

Hace ocho años escribí esta croniquilla que ahora les presento. ¿Tendrá vigencia?

"En el país más soberano del mundo, estamos más pendientes de las elecciones en los Estados Unidos, que de la eficacia de la gestión del alcalde de la ciudad", me dice El Viejo, mientras en la Mesa Redonda,  Reinaldo Taladrid reconoce que Trump puso en ridículo a las encuestadoras y los medios de prensa, incluida la propia Televisión Cubana, que daban a Hilary como la ganadora. 

¿Será que en verdad somos tan independientes? Me pregunto camino a la wifi del Parque De Céspedes. Pienso que, ni siquiera la segunda ronda de la serie nacional, abarca tantos comentarios en Cuba como las elecciones en los Estados Unidos.  

Y pienso en el debate acerca de los símbolos y sus usos para, supuestamente, destruir la ideología de la Revolución desde el Imperio  que por estos días se produce en las redes sociales y la blogosfera. En la televisión local, anuncian la realización de un evento cultural en Manzanillo con "invitados de todo el país" pero no se mencionan sus nombres, y actividades a lo largo y ancho del municipio que aún no se saben cuáles son. 

Hace apenas unas horas, miraba en La Habana rl famoso Alí Bar, llamado ahora Benny Moré en homenaje al genial cantante, y veía la fealdad y el abandono de un lugar, ciertamente, simbólico, emblemático. O los pendones y carteles anunciando los cigarrillos Hollywood al lado de un derruido Viva la Revolución en El Cerro, y ese monumento a la incapacidad en forma de montones de basura en las esquinas de Centro Habana, ciudad maravilla. 

En la madrugada, en el llamado "conejito de Aguada de pasajeros", una cafetería que triplica los precios de los pocos comestibles que expende a los viajeros nacionales sin que a ninguna autoridad parezca importarle, me llega el sms de Cubadebate con la victoria de Trump. 

Ahora estoy sentado en un banco del Parque de Céspedes, pensando en Pombo que está enfermo y en La Caro que está triste por eso, y en el futuro, y en lo esencial, invisible a los ojos,  como diría El Principito, tan invisible que por acá, hasta Elpidio Valdés y María Silvia, hablan de la victoria de Trump, y se pierden la luna y las estrellas de esta hermosa noche de noviembre.



martes, 5 de noviembre de 2024

De tormentas y olvidos

 Concentrados en el impacto que tendrá la ahora tormenta Rafael, poco a poco nos vamos olvidando de los presuntos desaparecidos que dejó el huracán Oscar. La mayoría de los medios estatales no actualizaron la cifra de muertos -se quedaron en siete-, y ya pasaron la página. Como en el texto de esta noticia que da al mundo Prensa Latina, para anunciar que "La Oficina de la ONU en Cuba presentará hoy en la sede del organismo su plan de respuesta tras el azote del huracán Oscar (...) La iniciativa buscar reunir 33 millones de dólares de socios y actores de la comunidad internacional para brindar ayuda a casi 150 mil personas de San Antonio del Sur..." 

Es sabido que la desmemoria a largo y mediano plazo es una características del subdesarrollo, de las culturas colonizadas. Se agudiza en la actualidad con el uso intensivo de las redes sociales y los megabombardeos de información. Ya no se trata solo de la desmemoria sobre lo que pasó hace cuatro siglos o un par de décadas atrás sino, además, se trata de la amnesia de apenas ayer o hace un par de semanas. Sólo a unos cuantos "obsecados" les sigue preocupando en las redes quién mató al Taiguer, o quiénes fueron los responsables directos o indirectos de la explosión del Saratoga o sobre quién dio la orden a aquellos jóvenes bomberos de Matanzas de acercarse con medios insuficientes a un tanque que de cualquiera manera iba a explotar... 

Como pueblo, olvidamos rápido. Como masa crítica somos aun más precarios en preservar y dar seguimiento comunicacional a eventos traumáticos y sus consecuencias, y más precarios aún en profundizar en sus causas. 

Todo ello favorece la ineficiencia y la mala administración, el uso de chivos expiatorios para mitigar la "olla de presión"  y la manipulación en pos de no asumir responsabilidades gubernamentales  y políticas concretas, con nombre y cargos. Se va fomentando un sujeto político y administrativo desvergonzado, sin sentido del honor ni capacidad de renunciar ante la certeza de sus insuficiencias o sus equivocaciones que dejan altos costos. 

Y lo peor: se crea una masa acrítica, reactiva solo ante lo que tenemos delante de nuestras narices, emocionalmente maleable que suelta un trending hoy para agarrar otro mañana, como el individuo promiscuo que solo busca el placer por el placer. Una masa acrítica incapaz de articularse y organizarse en pos de cambiar las esencias y contribuir a mejorarnos. 

Y es eso lo que necesita el burócrata de la meritocracia militante, partidista, ya se autodenomine de derecha o izquierda o lo que sea.  Gente que desde el asombro, la exageración, el fanatismo o la evasión vaya saltando de fracaso en fracaso, o de triunfo en triunfo aparente y efímero como ante el festejo por ganar un evento deportivo, y nunca a esa masa le vaya a dar por actuar en pos del cambio... 

¿Será que los muertos y desaparecidos prevenibles de Oscar, se olvidarán pronto bajo el lodo de los aciertos preventivos ante Rafael

¿Conseguiremos los 33 millones de dólares que menciona Prensa Latina propone la Oficina de la ONU en Cuba para asistir a los guantanameros? ¿Nos lo dirán si los conseguimos? ¿Sabremos cómo se usen en realidad y si se es eficiente y eficaz en su administración?  


sábado, 2 de noviembre de 2024

Granma y el bloqueo interno

 Mucho debatí, y hasta pelié, con amigos y enemigos cuando, hace unos años, comenzó a correr la matriz comunicacional de la existencia en Cuba de dos bloqueos. Ya desde entonces, como ahora, se podían identificar claramente tres posturas: la de un tipo de extremista que, desde el rol del que empuja pero no se da golpes, minimizaba y negaba el bloqueo imperialista contra Cuba -eso que llaman embargo y que es un complejo código jurídico y administrativo para asfixiar la economía de la isla-; la postura de los que sin negar o minimizar aquel lo equiparaban -equiparan- con lo que llaman el bloqueo interno, o sea, un conjunto ya no tan complejo, sino enrevesado, de medidas y contramedidas, atribuciones y desatribuciones en diversos ámbitos, que impiden el avance de cualquier proyecto; y estaba la postura de quienes, reconociendo de ese gran problema interno descrito por los segundos, nos negábamos a seguir la matriz comunicacional de "bloqueo interno" y le llamábamos burocracia

Después de un largo pero necesario párrafo introductorio, paso al texto que se relacionará con el título de esta entrada. Paso al reconocimiento -porque cuando me equivoco, pues lo asumo- de que yo estaba equivocado al intentar argumentar la inexistencia de un bloqueo interno ante la existencia de la burocracia administrativa y discrecional. 

Hay un bloqueo interno. Un bloqueo interno que opera desde una resistencia al cambio entronizado durante años y años de prevalencia de un tipo de adoctrinamiento ideológico en pos de una educación política pretendidamente uniforme, monocorde con lo que El Partido -así: El Partido, como si fuera una piedra monolítica y no lo que podría aspirar a ser: un suelo fértil con muchos tipos de tierra- considera que es lo correcto, lo necesario. 

Y es esa resistencia al cambio, en el ámbito de una burocracia sistémica enraizada, la impedimenta interna mayor para nuestro desarrollo. Es la retranca. 

Los retranqueros de arriba imponen, en forma de decretos y resoluciones, sus interpretaciones de la realidad cubana desde las oficinas de sus palacetes sin apagones y con split ajustados a 22 grados celsius, desde sus autos que no hacen  colas para llenar el tanque de combustible, desde sus salones de reuniones adornados con fotos de Fidel y consignas de presuntas victorias, infabilidad y continuidad. Los retranqueros de abajo, de las provincias y los municipios, imponen sus interpretaciones de esos decretos y resoluciones con supuestos talleres de adiestramiento o preparación que, en definitiva, funcionan como advertencias de multas, suspensiones de licencias o procesos de instrucción penal. 

Así ha sucedido en la provincia de Granma, al menos en Bayamo, Jiguaní, Manzanillo, Campechuela... Municipios donde luchan por mantener sus pequeños negocios algunos trabajadores por cuenta propia -TCPs, les llamamos por aquí- con los que conversé ampliamente durante días pasados. 

La interpretación de las autoridades en Granma, relacionadas con el decreto 190/2024 que regula la actividad por cuenta propia en el municipio, exige a los TCPs adquirir  directamente de importadoras la mercancía para su venta y elaboración. De lo contrario, mercancías o materias primas adquiridas dd cualquier otro proveedor, serán consideradas ilegales. 

Tal disparate es una manifestación evidente del bloqueo interno, ese que yo no quise admitir una vez y que el gobierno de Granma, de Cuba, me deja sin razón. 

¿Por qué un hombre o una mujer que se ganan cuatro quilos para subsistir fabricando coquitos dulces para salir a venderlos por las calles de Manzanillo, tienen que obligatoriamente que adquirir la azúcar al por mayor de una importadora? ¿Qué disparate es ese? De lo contrario tienen que comprarla al menudeo, al por menor, en MLC -si la ofertaran- o a una PIME comercializadora lo cual le dispara los costos y le hace inviable la inversión.  Y si ese TCP se enferma y no puede producir coquitos como tenía previsto: ¿Por qué no puede ofertar su azúcar y venderla a quien le de su gana? 

Un cliente me puso el ejemplo de un TCP fabricante de vasijas y utensilios plásticos. Usualmente adquiere su materia prima de personas que recogen desechos en las calles, o de producciones marginales o defectuosas de grandes fábricas estatales. Ya le pusieron una multa porque no puede demostrar el origen de una parte de su mercancía desde una importadora o una PIME. 

Si el objetivo de restringir las operaciones legales que pueden hacer los TCPs es que se conviertan en microempresas privadas, pudiera ser loable. Entonces: ¿Por qué carajo se demoran tanto en concretar las aprobaciones de nuevas microempresas? ¿Por qué se demoran tanto y es tan enredado que a una PIME ya constituida le amplíen su objeto social? 

Tengo que admitir que la respuesta a eso se resume en cuatro palabras: por el bloqueo interno. El bloqueo interno que es la manifestación final del hipercentralismo y la obsecación planificante que lo mismo frustró el socialismo europeo, volvió un bochinche de ineficiencia la Ofensiva del 68 que está frustrando cualquier cosa que pretendamos desarrollar en este minuto en Cuba.  Y derrotar este bloqueo interno no depende ni de los imperialista, ni de las votaciones de la ONU. Sólo de cada uno de nosotros.




Nota al pié: En Manzanillo, en todo su Centro Histórico Urbano, el pasado jueves no vendían ni privados ni estatales -ARTEX incluido- ni una sola botella de ron. Cero botellas de ron en la ciudad del Ron Pinilla Sabrosón. Solo wishkey brasileño. Muestra más que evidente de que el imperialismo y Lula, al fin y al cabo, nos están sometiendo por lo menos cultural y alcoholísticamente...

martes, 29 de octubre de 2024

Omara y una canción del ahora mismo

Ha cumplido 94 años la gran Omara Portuondo. Esta entrada es un homenaje a su obra con una canción del ahora mismo. 

Porque en estos días de inertidumbre, confusión y posicionamiento de los extremos, si una esperanza sólida me queda es que esta era, este segundo que vivimos ahora mismo, que ahora viven los jóvenes, también está pariendo un corazón.

La canción, y Omara, eran también las preferidas de Magdalena, mi madre. 




lunes, 28 de octubre de 2024

Camilo Cienfuegos

 Por: Cintio Vitier. 

(Tomado del FB de Dianelys Zaldívar)


Una sola mirada recorre la isla, buscándote,

como la mujer la dracma perdida, que es su tesoro.

No estás en las llanuras ni en las sierras

ni en las costas del Camagüey.

Esas llanuras y esas sierras y esas costas son tu ausencia.

No estás en los montes musicales de Las Villas

donde la aurora vibra como un laúd de nácar, finísimo.

No estás en el mediodía huraño del uvero

ni en los atardeceres infinitos de la ciénaga.

No estás en Cayo Francés, ni en Cayo Palomo,

ni en Cayo Anguila, ni en Cayo Blanquizar,

ni siquiera en los Jardines de la Reina.

Esos montes, esos cayos, esos jardines son tu ausencia.

¡Oh joven héroe arrebatado por los dioses,

palmo a palmo ha crecido tu hondo rapto

y ya tiene el tamaño de la isla,

el sabor de nuestro aire y nuestro mar!

Iremos por las playas caminando entre tus dedos.

Escalaremos las montañas recordando tu rostro.

No surcaremos las olas, sino tu ardiente pecho.




jueves, 24 de octubre de 2024

Lecciones de Oscar.

En julio del año 2005, el poderoso huracán Denis dejaba 13 muertos en la provincia de Granma,  miles de familias sin techos o sin casas, sólo con la ropa que llevaban puesta, suelos literalmete devastados y, sobre todo, mucha incertidumbre en una población antes excesivamente confiada en la capacidad de prevención que habíamos mostrado hasta entonces, y en los antecedentes históricos. 

Otras veces he contado vivencias personales en relación con el paso de Denis por Granma. Hoy sólo lo evoco porque estoy pensando en Guantánamo, en San Antonio del Sur, en Imías y la comunicación social y política que el gobierno cubano ha definido como uno de los pilares de su gestión pero que no acaban de concretar con efectividad. 

Las causas del fatal resultado del paso de Denis por Cuba -entre 16 y 18 muertos segun varias fuentes y 1400 millones de dólares en pérdidas-, según los expertos de la Defenda Civil que impartieron un taller en un Día de Preparación para la Defensa en el cual participé por mi condición de uno de los directores de programas de Radio Granma para tiempos excepcionales, fueron: 

1.- No se esperaba que Denis tuviera una trayectoria que rozara el sur de Granma pues en más de 100 años ningun huracán había golpeado por ahí en el mes de julio

2.- Se consideró poco confiable la información del radar meteorológico de Pilón por parte de autoridades granmenses, llegada al mediodía del 6 de julio,  porque el equipo estaba en ese momento atrasado tecnológicamente, a pesar de que el operador alertó a sus superiores y a nosotros en los medios. 

(Sobre la alerta que nos hizo a nosotros en los medios y cómo nos la jugamos alertando a Niquero, Media Luna y Pilón sin esperar la autorización del PCC de Granma, lo cuento en este enlace)

3.- Si bien la respuesta de las autoridades y el pueblo fue heroica (copio textualmente de mis apuntes de la época) fue insuficiente dada la envergadura del evento en los momentos previos al impacto. 

Causas reales. Sin embargo, no se mencionó entonces, al menos en ese taller, que las máximas autoridades de Granma estaban en una asamblea del PCC, presidida por Ramón Machado Ventura, en Manzanillo, y que esa era la prioridad informativa marcada por los ideólogos para los medios lo cual nosotros, en Radio Granma, desobedecimos pero demasiado tarde. 

¿Qué pasó en San Antonio del Sur e Imias hace unos días? 

Inés María Chapman, viceprimera ministra del gobierno cubano, ha declarado que debido a que son dos lugares bajos rodeados de montañas, cayeron 500 milímetros de lluvia en una hora -algo que nunca había sucedido allí- y que los ríos se crecieron, subió el nivel del mar y se produjo un remanso que inundó ambos pueblos. 

Veinte años después, otra vez el criterio de lo que no se esperaba, de lo que se cree que no debe suceder, y sucede. Parecería que somos incapaces de aprender de las lecciones de la Naturaleza. Quien sabe si llegará al millón de repeticiones, las veces que Rubiera y otros meteorólogos nos han dicho que un huracán no es un punto sino un sistema, que sus bandas de lluvias torrenciales asociadas pueden estar, incluso, a decenas y hasta cientos de kilómetros de su centro. 

Veinte años después, otra vez un huracán sorprende a las autoridades ocupadas en otros asuntos -en esta ocasión El Gran Apagón- lo que demuestra que el sistema de gobierno en todo el territorio nacional está mal diseñado y en función de que todos sus directivos y funcionarios se concentren únicamente en lo que se está concentrando la máxima dirigencia, hasta que las mismas máximas autoridades se percatan del peligro y los mandan a prevenir cuando ya es demasiado tarde para llegar a cada ciudadano. 

En Cuba, deberíamos saber tanto de huracanes como de beisbol o de las elecciones en Los Estados Unidos. Y eso solo se logra siendo tan sistemático como los programas deportivos sobre pelota, y poniéndole énfasis comunicacional a las medidas preventivas ante estos eventos tanto como cuando hay un Clásico Mundial o una contienda política en el corazón del imperio. 

A ese déficit de sistematicidad, en circunstancias normales, de contenidos preventivos sobre ciclones que hay en nuestra radio y televisión, hay que sumarle -o restarle en términos de eficacia comunicacional- la percepción disparatada de muchos ideólogos -incluso directivos del ya no tan nuevo Institituto de Información y Comunicación Social- de que la llamada Comunicación 2.0 -contenidos en redes sociales, blogosfera y web- es la única eficiente y que los medios tradicionales -radio, televisión, prensa plana, carteles o relaciones interpersonales- ya no son tan efectivos. Para tal conclusión, se basan en datos internacionales. La pregunta es: ¿Son esos datos aplicables acríticamente a los hábitos de la audiencia cubana? 

Oscar puso en evidencia el dislate de modo siete veces macabro y triste, como se ha visto hasta ahora. Los mismos periodistas, comunicadores de medios oficiales que en sus redes sociales y sitios webs, los mismos directivos  de esos medios, fueron incapaces de plantarse ante las autoridades a todos los niveles  -desde el nivel del propio Instituto de Información en relación con el Comité Central del PCC- y decirles que el proceso preventivo no se decide en estos casos en Cubadebate, el Granma, Cubasí... Ni siquiera en Canal Caribe, Telesur o Radio Rebelde -no voy a hablar de Radio Reloj que, obsoletos y enquistados, dieron vergüenza ajena paradógicamente siempre desactualizada la emisora que marcha junto al tiempo, según su lema- sino en el ámbito de la comunidad, a través de mecanismos interpersonales o directos sobre todo porque estábamos en medio de un apagón que, por consiguiente, produce una pésima conectividad. 

Entonces nos encontramos ante la combinación de dos  causas comunicacionales fundamentales que se repiten en Oscar y que se dieron en Denis hace veinte años, como si no hubiéramos aprendido nada: 

1.-  La excesiva centralización de la decisión acerca de cuándo enfatizar en la información preventiva y la socialización concreta de la alarma, o sea, decirle a la gente clara y directamente: "Eso viene para arriba de nosotros, aquí no estamos seguros, eso te puede matar a ti o a los que tú más quieres".

2.- El uso de soportes inadecuados e ineficaces para poner ese énfasis donde se puso, en vez del uso de herramientas directas en el ámbito comunitario, que son las más eficaces ante la inminencia de un evento peligroso. 

Oscar nos demuestra, por enésima vez, que la comunicación preventiva se decide en la comunidad. Y que seguimos repitiendo huracán tras huracán los mismos errores. 

Ahora, como ya nos tienen acostumbrados los medios y comunicadores profesionales estatales ante cada evento traumático: lo mismo que cuando la explosión del hotel Saratoga o el incendio de la base de supertanqueros de Matanzas -que ya sé no podían de ningun modo prevenirse desde la Comunicación Social, comienzan a contar lo que llamo La Epopeya del Desastre. Veremos las imágenes de los actos heroicos innegables del personal de rescate, los post clamando por ayuda a los compatriotas guantanameros, los videos de El Presidente y El Primer Ministro rodeados de gente humilde que, al menos en la apariencia, siguen confiando en ellos. Me cuentan que uno de esos humildes le ha pedido -o exigido, como le corresponde a un ciudadano- a Diaz-Canel que investigue... 

Pero más allá de las responsabilidades individuales, El Presidente no tiene nada que investigar. Las responsabilidades son sistémicas y están en el mismísimo modo de ellos de gobernar y de entender la comunicación política y preventiva en cuyos procesos las islas -las individualidades y las excepciones- son ineficaces. Porque siempre hay excepciones. El periodista Vera Portales, mi equipo de entonces en Radio Granma y yo fuimos una excepción en el 2005 y no pudimos evitar el desastre. He visto ahora los intentos de Lisandra Martín y otros muchos en las redes. Pero, insisto, los procesos comunicativos no funcionan como islas.

Cuando me cuentan La Epopeya del Desastre, no puedo evitar preguntarme por qué, los mismos comunicadores profesionales que derrochan talento para contarla, no derrochan talento para prevenir y lograr que los gobernantes e ideólogos, desde el Consejo de Estado y el Comité Central hasta el Consejo Popular y la cuadra, al fin comprendan. Sé que es difícil. Yo estuve ahí. Primero me botaron y después me rendí. 



martes, 22 de octubre de 2024

Y la luz se hizo... Por ahora.

Tomado del Facebook de la poetisa Mailín Valdez*.


Después de 104 horas sin electricidad, la han puesto, no sabemos por cuánto tiempo.

Siempre he creído que soy una persona muy fuerte. Pero la verdad es que mis fuerzas ya estban faltando. El agotamiento se va apoderando del cuerpo y le psiquis comienza a debilitarse.

He aprovechado para dormir al pequeño y las niñas para ver muñes en la computadora. Osmel y yo adelantamos en la cocina, enfriamos un poco de agua, respondemos a los que se han preocupado por nosotros, y prepararnos en lo que podemos para el próximo apagón, porque ya tenemos claro que este es solo el principio de dolores.

Son los días más difíciles que he vivido,  creo...

Días no solo de resolver como se puede para mi propia familia sino de darle la mano a otros enfermos, señoras mayores del pueblo que no pueden salir a buscar leña o carbón. Todo muy triste.

En una mirada introspectiva a lo que soy y lo que hago, han sido días de cuestionar muchas cosas y reconectarme con lo que realmente vale la pena. Días de escoger mis palabras y ser responsable de ellas hasta el fin. 

Me he dejado claro a mi misma que quiero una Cuba libre y que si de alguna manera ocurre un milagro, y aparece una oportunidad, no miraré atrás para llevar a mis hijos bien lejos de este circo tenebroso.


*el título lo puso el administrador del blog.

sábado, 19 de octubre de 2024

Este amor que se muere

 Después de dos días de lluvia y nublados, a las 11 de la mañana de este 19 de octubre, víspera del Día de la Cultura Cubana, en Altahabana sale el sol. 

Y restablecen la electricidad. Unos segundos después se escucha, detrás de mi edificio, un audio a todo volúmen con la música de Juan Formell y Los Van Van. Este Amor que se Muere, se titula el songo... ¿Será una alusión? Me pregunto mientras trato de localizar a Caro... 

"¿Cómo ha estado eso por allá?" -le pregunto. 

"¿Pues cómo va a estar, Pa? Oscuro". -me responde. 

"¿Allá también ha estado nublado?" 

"No te hagas el bobo. Hay cosas que ya ni el sol alumbra". 

Y nos reímos antes de que me cuente que se están quedando sin carbón para cocinar. 

He tenido que moverme para la cafetería de la esquina pues en el apartamento no hay cobertura ni siquiera para llamadas de voz. El mesero me contó una vez que es  ingeniero industrial y que había trabajado en el Puesto de Control de la Central Termoeléctrica de El Mariel, hasta que lo dejó porque: "no da la cuenta". 

Pido un café y lo observo. Me pregunto si no extrañará la labor para la cual que se preparó cinco años, seguramente, pasando mil trabajos. Pero enseguida pienso que ya yo no sueño que estoy en el estudio-máster de Radio Granma, como me pasaba al principio. 

En eso llega otro joven, con un overol azul oscuro, con franjas amarillas, un casco y las siglas UNE sobre un bolsillo. Se saludan con un golpe de manos y un beso en la cara.

"Llevo dos días sin dormir, el mío, y de contra se nos rompió la guagua llegando a Guanabo". 

El joven mesero solo atina a decir:

"De pinga", y le pone delante una cerveza Cristal que el otro quiere pagar y él se niega a cobrar. 

Pasa una mujer sobre una motorina con una bocina portátil a toda voz y por segunda vez en menos de media hora, escucho a Mandy, vocalista vanvanero, con: "

No pretendo hacer un cuento

Ni decir que me atormento

Solo quiero que comprendas

Que te quiero y que no muero

No, no pretendo hacer la historia

Tú la sabes de memoria

Solo quiero que comprendas

Que te quiero y que no muero

Este amor que se muere

Porque tú no comprendes

Lo que es quererte tanto, 

Lo que es llorar sin llanto

Vivir de una esperanza

Y el amor que no vuelve

Porque tú no comprendes

Lo que es robarme el sueño,

Vivir con ese empeño...

Vuelvo al apartamento a beber de una botella de vino casero que es lo único que me permito pagar. El sol se vuelve a esconder y me entero de que un ciclón amenaza a mi gente en Oriente. Otro.




miércoles, 16 de octubre de 2024

Presentan libro necesario.

Se presentó hace unos momentos, en la Asociación Nacional de Economistas de Cuba, el libro "Empresas Estatales Cubanas: situación y propuestas de transformacion".

Particioaron la presidencia de la Asociación, profesores e investigadores de Centros de Investigacion, funcionarios de varios Ministerios. 

 Pinche aquí si desea leerlo

Un libro en si mismo no nos va a volver eficientes las empresas estatales pero hay cierto matiz esperanzador en el hecho de que, entre sus autores, haya economistas que le han hecho fuertes críticas a la actuación gubernamental, y que aún así sean publicados y promovidos institucionalmente. 



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lunes, 14 de octubre de 2024

Un documental donde hablan jóvenes

Les presento un documental titulado "Insomnio del Hombre Nuevo" realizado por Arlete Vasallo y Javier Sánchez. Puesto que es público en youtube, creo conveniente ponerlo aquí a disposición de los foristas para el debate sereno y respetuoso, sobre todo, porque he tenido en lo personal discrepancias de fondo con uno de sus realizadores y quizás con un par de entrevistados. 

Me lo envió al What Apss nuestro amigo Pablo Arenas y decía "reenviado muchas veces" así que asumo no debe haber ningun inconveniente en que lo reproduzca aquí.

Mis puntos de vistas acerca del contenido -no voy a opinar sobre la forma- y las ideas de los entrevistados, las daré poco a poco en el forum. 

Aunque lo he advertido muchas veces y la mayoría de ustedes lo saben y actúan en consecuencia, reitero que no voy a publicar descalificaciones personales a nadie, ni menos comentarios irrespetuosos. 




viernes, 11 de octubre de 2024

Un brindis por el Taiger

 Hasta anoche, mientras regresaba de un taller de Calabazar donde cambiábamos las pieles de los frenos de un camión,  no supe quién era El Taiger. No me había dado cuenta de que había escuchado su música muchas veces en la atmósfera sonora de La Habana. 

Hasta anoche no recordé que un domingo en la mañana, recien llegado a esta ciudad, escuché las guitarras de unos instructores de arte que interpretaban Habla Matador, mientras los adolescentes del barrio El Hueco, en La Lisa, coreaban el estribillo, y unos activistas del INDER improvisaban una coreografía.

Lo mataron de un tiro en la cabeza en la ciudad mágica donde cualquiera tiene un arma de fuego, como si su final fuera el de una crónica de Rubén Blades al estilo de Pedro Navaja, por las calles de Nueva York. La gente ha encendido cirios en La Florida, se han sentido más desolados y adoloridos por el repartero que preocupados por un huracán monstruoso que los amenazaba.

 En los barrios de La Habana, anoche, se escuchó su voz ronca.  En Manzanillo, también. La hija de un amigo de la radio lo lloró a mares, y hoy muestra en las redes su depresión. Los camioneros de mi empresa le dedicaron un bocinazo.

 Uno se sorprende extraño al descubrir tanto cariño  por alguien que no conocía y que, sin embargo, sus sonidos te han estado acompañando en los audios de los ómnibus, las caderas de una mujer que trapea su casa, las bocinas de niños y niñas de una escuela de La Güinera luego de que, en la tarde, muy formalitos y solemnes, arriaran la bandera de la estrella solitaria y regresaran a vivir la realidad de su barrio. 

Esta mañana, al desperter, pensé encontrar mis redes inundadas por los destrozos provocados por Milton y lo que encontré fueron los torrentes de El Taiger. Entonces me dije que quizás valiera la pena que tratara de ver quién era el Ser Humano más allá del mito que forja un escenario entre nosotros, las personas más comunes, que soliviantamos con música lo mismo la precariedad que la nostalgia. 

Encuentro una entrevista en un podcast donde, ya no el Taiger sino José Manuel Carvajal, declara: "Yo vuelvo a Cuba cada vez que me de la gana porque Cuba es el mejor país del mundo (...) No es que yo tenga vínculos con Cuba, como dicen, es que yo soy Cuba. Yo soy mi país". 

Ya no necesité escuchar su música, ni su reparterismo, ni tratar de descifrar el significado de sus tatuajes. "No es que yo tenga vínculos con Cuba... es que yo soy Cuba", dijo, y a mi me basta eso para levantar mi vaso, y hacer un brindis por El Taiger. 



lunes, 7 de octubre de 2024

El Granma y la falencia de la economía socialista

La prensa estatal cubana, con los años, ha desarrollado una habilidad portentosa para mostrar la excepción como generalidad, y la aspiración por la realidad. No lo inventamos aquí, tales prácticas se basan en los principios de la propaganda goebelliana, concretamente, en  el de la vulgarización y el de la orquestación

Ayer, luego de superar un texto anecdótico que su autor califica como antropológico,  leí el siguiente párrafo en el periódico Granma, órgano oficial del PCC: 

"En la economía socialista, sin embargo, debe prevalecer el humanismo, lo cual significa privilegiar temas como la distribución del ingreso, la pobreza, la marginalidad, el gasto social en salud, educación, vivienda, así como el equilibrio territorial. Solo en el sentido de mejora de la condición humana se puede hablar de progreso"

Lapidario párrafo para cualquiera que haya crecido bajo la influencia de valoraciones que privilegian la solidaridad y la igualdad, la lucha por la utopía. No cabe menos que estar plenamente de acuerdo si se presume de revolucionario o, al menos, de humanista o progresista. 

Es tan hermosa la semántica que logra ataviar la falencia hasta el escondrijo, como el combatiente de lucha irregular se camufla para confundirse con la hojarasca redundante: el autor habla de la economía socialista. ¿Cuál economía socialista? ¿Existió alguna vez la economía socialista? ¿A qué sistema de relaciones comprobables empíricamente le llama el autor economía socialista?

Si pensamos que el comentario -no llega a artículo periodístico pues no hay argumentación lógica basada en hechos- está inspirado en el contexto cubano -puesto que, además, se trata del órgano de prensa del único partido existente en Cuba, principal medio de orientación ideológica de su militancia- entonces: ¿el autor habla de economía socialista en Cuba? ¿Existe? ¿Existió alguna vez? ¿Quiere que su militancia se convenza de que existió?

Habría que preguntarse qué es la economía y qué es el socialismo, y comparar ambas categorías con nuestra historia luego de 1959. O por lo menos cabría preguntarle al autor con cuáles deficiones de ambas está operando. 

¿Era socialista la economía de la Junta Central de Planificación, la empresa estatal que dilapilaba recursos asignados -no siempre ganados ni producidos- y el descomunal aparato burocrático que la administraba después de 1968? 

Pudiera pensarse que la década del ochenta del siglo XX ha sido la más cercana al socialismo que tuvimos en Cuba, si tenemos en cuenta la capacidad de una sociedad de satisfacer demandas vitales para sus sujetos de modo cercano a la igualdad aunque con un déficit importante de libertad plena. Habría que examinar qué tipo de sociedad teníamos entonces, si habíamos superado el subdesarrollo por nosotros mismos -según uno de los preceptos del Concepto de Revolución de Fidel Castro: "...emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos"- y si estábamos educando un individuo honrado según el criterio martiano -digo martiano porque el PCC, al cual responde el periódico, lo reconoce como uno de sus paradigmas- de honradez. 

Yo no voy a realizar ese análisis aquí. Se lo dejo al lector. 

Con la llegada del siglo XXI ya el propio Fidel estaba planteando la necesidad de actualizar -acaso modificar- nuestro modelo económico. Era justamente el tiempo que los columnistas del Granma de los ochenta nos habían marcado como una primera meta de la construcción socialista. Por ahí anda el verso de Silvio: "El 2000 sonaba como puerta abierta/ A maravillas que silbaba el porvenir"

Quizás la economía socialista a la que se refiera el autor sea la de la primera década del siglo XXI cuyas estructuras -y funcionamiento- propiciaban se desviaran miles de dólares hacia actividades no productivas, aprovechadas por inescrupulosos -no pocos de ellos militantes del PCC y del más alto rango, como se vio con el escándalo solapado de Oto Rivero y los recursos asignados a La Batalla de Ideas- para el enriquecimiento ilícito en una sociedad llena de prohibiciones para la mayoría -comprar un auto, vender una casa, importar una moto- pero permisible para unos cuantos elegidos. 

¿O el autor se refiere a la economía socialista que negoció inversiones multimillonarias en inmuebles para el turismo que nunca -ni antes de la COVID cuando el presunto deshielo de las relaciones con Estados Unidos- se han justificado en términos de eficiencia y aprovechamiento, y que descuidó la operatibidad del sistema electroenergético nacional o la ineludible tecnificación e industrialización de la producción agrícola? 

El relativista a conveniencia dirá que, puesto que el socialismo aun no lo ha construido nadie, cada revolucionario verdadero -el término no es mio, el de revolucionario verdadero, también es de los columnistas del Granma- tendrá su propio socialismo siempre que se adecue a lo que rija el PCC. Es por ello que hablar de economía socialista en el Granma no  hace más que vulgarizar la falencia, convertirla en una presunta postura ideológica que no tiene sustento real. 

¿Qué sustento real tiene hablar "la distribución del ingreso" en un país cuya producción propia ha decaído colosalmente en los recientes cinco años

¿Qué sustento real tiene hablar de "pobreza, marginalidad" -supongo se trate de combate a tales, el propio párrafo posee ahí un poco de ambigüedad para tratarse de un escritor multilaureado- cuando el Estado dizque socialista no tiene recursos financieros para combatirlas? ¿Y por qué no tiene esos recursos finacieros? Esta última pregunta me atrevo a responderla: porque ha sido incapaz de fomentar la producción y la exportación en las condiciones impuestas por el bloqueo, aferrados los gobernantes e ideólogos a que todo debe pasar por su control absoluto y enrevesadas estructuras burocráticas.

 Esos mismos gobernantes e ideólogos son los que promueven y aprueban visiones falaces como las del columnista, como en un macabro juego que sugiere un mal fomentado por otros, del cual no se es responsable, o sea, la orquestación de una situación creada por la propia víctima -el pueblo indisciplinado y poco comprensivo- y no por la ineficiencia y los bandazos estatales. 

¿Qué sentido tiene hablar de "gasto social en salud, vivienda y educación" si no se tiene una producción industrial que lo sustente, que pueda generalizar -no quedarse en el ámbito del prototipo- herramientas propias, materiales propios, recursos propios...? 

¿De qué "equilibrio territorial" habla si se ven "obligados" a cortes de electricidad de mas de 12 horas para todo el país menos La Habana y algunos circuitos de capitales provinciales los cuales, por cierto, no siempre coinciden con los más importantes centros productivos de esos territorios?

Para distribuir  hay que producir y para producir hay que estimular y desarrollar esas fuerzas productivas. No ha conocido La Humanidad, hasta ahora, otros modos de estimular y desarrollar las fuerzas productivas que no sean La Violencia o El Mercado, o ambos conjugados. Después del esclavismo, el feudalismo -formas de organización social basados en la violencia-  y la explotación capitalista -violencia y mercado-,  los soviéticos ensayaron la violencia con la colectivización forzosa y la represión ideológica. Los chinos -después de pasar también por donde los soviéticos-  y los vietnamitas -luego del sufrimiento por sus guerras de liberación- prefieren el mercado y  usan la represión sólo cuando los comportamientos de las fuerzas productivas  corrompen ese mercado. Ni unos ni otros -en sus intentos de construir el socialismo- renunciaron al control estatal ni a la planificación.  El problema está en el modo en que se entienda ese control y esa planificación, en si se entiende desde una perspectiva totalitaria e hipercentralizada o si se entiende desde una perspectiva que, irremediablemente, debe admitir un grado de desigualdad y de privilegios para los que más aporten con su talento y gestiones a ese desarrollo de las fuerzas productivas lo cual incluye, por su puesto, la especulación financiera inherente a cualquier mercado. 

Entonces hablar en el Granma de lo que no existe -la economía socialista; no existe en Cuba- y de lo que es imposible hacer en las condciones actuales, demuestra la vulgarización, el trato al lector como si fuera un imbécil, y también demuestra la orquestación de un presunto culpable fuera de las estructuras del propio Estado que sólo es  socialista -y sólo puede serlo   en las condiciones de una economía precaria como la nuestra- desde la retórica y la narrativa propagandística que pretende hacernos creer que la aspiración es la realidad y la excepción la generalidad. 

Para construir el socialismo en las condiciones actuales de Cuba, lo primero, es acabar de reconocer que la precariedad en que vivimos está muy lejos de la meta, y que no se alcanzará esa meta reciclando los métodos históricos que la produjeron. Porque  no se alcanza sin dinero en los bolsillos de la gente  -no sólo en las partidas presupuestadas estatales-, y menos con miedo a que alguna gente tenga mucho dinero,  ni se alcanza sin producción aunque todavía sea de modo explotador... 

Lo demás es jarabito ideológico que ni llena la barriga ni evita apagones. 







sábado, 5 de octubre de 2024

Ojalá siempre fuera así

 En Manzanillo hay circuitos de abasto de agua en los cuales por dos meses y más, por sus tuberías sólo se trasiega aire. Por eso cuando a mi compañero de trabajo le gritaron "¡pusieron el agua!", este subió a la azotea a revisar si llegaba a los tanques. Aún no sabemos bien de qué modo. Sólo que, en medio de su pesquisa, llegó el apagón; mi compañero debió perder la orientación, o tropezar, y cayó hasta que el contén lo detuvo bruscamente cuatro pisos más abajo. 

Los vecinos corrieron y lo llevaron politraumatizado para el hospital clínico quirúrgico de Manzanillo. Mi  compañero, en su seminconsciencia, dio el número de telefóno del presidente de nuestra PIME y del director ejecutivo. Ambos, desde Bayamo, se comunicaron con los médicos en Manzanillo y estos le dijeron que había que remitirlo con urgencia al servicio de neurología en el hospital general de Bayamo pues en Manzanillo no hay tal. 

Conscientes de las dificultades logísticas de la dirección de salud en Granma -por antecedentes de otros casos- mis compañeros rápidamente buscaron una tarjeta de combustible en divisas, compraron 20 litros de diésel para la ambulancia, llamaron al despedidor del SIUM de Manzanillo y le preguntaron qué necesitaban para trasladar al enfermo cuanto antes, que pidieran lo que sea necesitaran. La respuesta fue contundente: "¡Nada! Todo está listo por parte nuestra. Solo esperamos que los médicos lo estabilicen y den la orden". 

No conformes -dados los antecedentes, reitero- el presidente y el director ejecutivo de nuestra PIME fueron hasta el despacho del SIUM provincial. Allí los recibió una compañera a la que aun no le habían reportado el caso pero: "... Ustedes tranquilos, que si Manzanillo no lo ha reportado aun es porque no lo han estabilizado al paciente, pero una vez lo haga, lo tenemos todo listo para traerlo de inmediato. No tienen que preocuparse para nada". Mis compañeros, todavía escépticos, comentan que van inmediatamente para Manzanillo y la mujer les insiste: "Si quieren, vayan, pero no es neceaario. Nosotros estamos organizados y el paciente vendrá sin problemas". 

Entonces surge la duda acerca de si en el hospital de Bayamo tendrían todos los medicamentos e instrumental necesario para atenderlo. Localizan al facultativo que recibiría al accidentado en Bayamo y le explican lo sucedido. Éste los tranquiliza: "Cuando llegue y veamos los resultados del somatón (scaner), tendremos una apreciación más clara de lo que necesitaremos para atenderlo pero, ustedes tranquilos, que lo imprescindible estoy seguro lo tenemos en el hospital". 

Una vez que el accidentado llega y es examinado, lo catalogan como crítico y lo ingresan en una sala de terapia intensiva. Tiene la pelvis destrozada, varias vértebras dañadas, fracturas en las dos extremidades inferiores, fractura en la cabeza... Otra vez mis compañeros preguntan qué es necesario buscar: "Lo que sea... Lo mandamos a pedir si es necesario al extranjero o a donde sea...". El jefe del equipo médico les dice que estén tranquilos, que "aquí hay de todo lo necesario para ese caso. Miren, su tratamiento completo para terapia intensiva e intermedia ya está separado. Muchas cosas han llegado por donaciones y otras por las canales normales del MINSAP. Estamos completos". 

Me entero del accidente de mi amigo -jefe de obras de nuestra PIME- al amanecer del miércoles, cerca de Sibanicú,  mientras uno de nuestros choferes y yo, tirados debajo de un Howo 290 con 23 toneladas de mercancía encima y 12 más en el remolque, tratábamos de remendar el calzo de la transmisión para llegar a destino y, una vez allí, cambiar la pieza maltrecha. Nos habíamos pasado manejando toda la noche, desde las nueve que salimos de La Habana. 

Un par de horas antes, la policía nos había detenido en el punto de control a la entrada de Camagüey: "Ya estos van a comenzar a joder otra vez", pienso, pues las ultimas ocasiones que hemos pasado por aquí, nos han hecho enseñarles toda la documentación de constitución de la PIME, el contrato de alquiler con la empresa dueña del camión, el contrato con nuestros clientes, la documentación de la carga, la carta-porte... el copón divino. 

Pero esta vez, ante mi "¿Qué hay"?, seco y malhumorado mientras le extiendo la documentación básica de la carga, el policía me dice: "No, tranquilo, te paré porque vas tapado con lona y los cabrones se están encaramando en la circunvalación par romperla y robar. Espera aquí que se junten cuatro o cinco para que se escolten hasta el crucero". 

Remendada la rotura, seguimos para Bayamo. Llevo la preocupación por mi compañero caído de la azotea de un edificio de tres plantas y la incertidumbre acerca si llegaremos o no puesto que, en cualquier momento, se acaba de descuarejingar la caja de bola que evita el desajuste de la barra de transmisión. 

Finalmente llegamos. 

Todavía el director ejecutivo de nuestra empresa tiene, junto al cansancio de la noche anterior, la cara de asombro por el trato exquisito recibido de parte del sistema de salud de la provincia. Me cuenta los detalles y yo estoy pensando en otro amigo: Carlos Lazo, y sus Puentes de Amor con los Estados Unidos... Y en tantos otros como Valia Rodríguez y Leticia Silveira que desde Europa buscan medicinas en insumos para Cuba... 

Le cuento lo de la policía de Camagüey y exclama: "¡Coño, ahora sí es demasiado!" Y nos reímos por primera vez en más de veinte horas.

"Ojalá siempre fuera así", murmullo mientras me tomo una cerveza bajo el sol terrible de Bayamo... 



martes, 24 de septiembre de 2024

El parque de la bolita

Por: Jorge Braulio Rodríguez. 


Todavía le decimos "Parque de la Bolita". Pero la bolita, que era un globo terráqueo hecho de hormigón armado, ya no existe: cuando los técnicos y asesores soviéticos se marcharon del que por ellos se llamaba Barrio de los Rusos, la intemperie - sin prisa, pero sin pausa- se hizo cargo de ella. Primero, una casi imperceptible grieta atravesó el océano Atlántico y se abrió, hasta convertirse en un boquete, vacío en expansión, que unió Europa y América. El sol, las lluvias y el sereno, la dejaron en su esqueleto de cabillas oxidadas. Un día, para saludar una efeméride, el parque se remozó y los restos de la bolita desaparecieron. La esbelta y ascendente estela, en el muro que la sostenía, se quedó huérfana del mundo, sólo acompañada por un asta sin bandera y el busto del Apóstol.


En el otro extremo del parque, se alza una ceiba. Cada noviembre, en la conmemoración del aniversario de la fundación de La Habana, se realiza un acto cultural. Un punto culminante es cuando los vecinos y los visitantes, dan tres vueltas en torno  al tronco del majestuoso árbol para pedir que sus deseos se cumplan. En los días previos a ese ritual, aparece brigadas que recogen desechos y escombros, barren los senderos, podan los árboles y cortan la hierba. 


-Es cuando más feliz me siento- susurra el espíritu del Parque de la Bolita. Su voz no emerge de la ceiba, ni del busto del Apóstol, ni de la estela huérfana, ni de los bancos en que se refugian los amantes para abrazarse al amparo de la oscuridad. Su voz, simplemente, está.  -Es cuando más feliz me siento- repite.- Porque amanezco limpio. 


Pero no todos los días se conmemora la fundación de una ciudad. Ahora, aguardamos la rendición de cuenta del delegado del Poder Popular. Esa es la otra ocasión en que las autoridades recuerdan que este parque (¡Cuántos como él!) necesita un mínimo de atención. O quizás bastaría anunciar que cambió la fecha de la fundación de la ciudad, y hay que apurarse porque, la semana próxima, una visita de alto nivel vendrá a chequear la tarea… Al menos, correr la voz una vez al mes, no tiene que ser verdad. Otra mentirita, con tal de que las brigadas de saneamiento reaparezcan periódicamente, hagan lo suyo y le devuelvan la esperanza al espíritu del Parque de la Bolita.

domingo, 22 de septiembre de 2024

Regresión

Ana sentada en un banco pueblerino. 

Toby y La Oscura juguetean. 

Llega Proudhon y comienza a deshojar una biblia frente a la muchacha.

Juana había estado esperando para entrar a misa el domingo en la mañana cuando sintió el susurro de sus ensueños. Ya no escuchó más el trino de los pájaros tropicales ni el calor pegajoso de su isla. El manzanillo y la ceiba se convirtieron en orquídea y guillomo. Una drupa cae sobre el regazo de Ana y le despierta. Un viento seco le golpea. Polvo tibio. 

Toby y La Oscura ahora mordisquean las hojas del Apocalipsis. 

Juana trata de liberarse de los brazos de Proudhon y no puede, no quiere. Está sintiendo dentro de si el sonido de las siete trompetas como el unísono gregoriano, los alaridos de los soldados contra los muros, el hedor de la carne que se calcina con el aceite hirviente, el terror de las madres con los niños en su regazo, la sangre emanando de la boca de sus amantes. Su propio hedor mientras, alrededor de la hoguera, un niño llamado Giordano mira con terror su propio futuro. 

Cuando Juana despierta ya no está Proudhon. Toby y La Oscura descansan bajo el ciprés y cae la lluvia. El parque del pueblo se ha convertido en un retruécano.  Tiene la muchacha sed de saberes, hambre de amor.

Todavía los forenses no encuentran explicaciones en su cuerpo.


sábado, 21 de septiembre de 2024

El esclavo cantor y el resiliente

 Uno de los problemas que me trae leer mucho y, a la vez, tener la inteligencia del montón y una mala memoria semántica, es que a menudo recuerdo la esencia de textos que me impactaron pero no el nombre del autor ni el título. 

Alguna vez leí un libro de relatos de un autor cubano –de eso sí estoy seguro, de que se trata de un autor cubano- cuyos personajes y dramas se desenvolvían en cárceles. Uno de esos relatos, en particular, cuenta la historia de un recluso con una voz muy hermosa. El recluso cantaba, por lo bajo, para soliviantar sus barrotes. Los recios hombres del pabellón descubrieron ese don y, humanos al fin, afectados nostálgicos por la calle y los amores,  comenzaron a pedirle que cantara para todos cada noche. 

El convicto le había encontrado a su vida cierta utilidad. Tenía el reconocimiento de sus congéneres y la protección del mandante además de que hacía algo que, a él mismo, le causaba alivio y satisfacción. Cuando demandaba algo, propio de la vida en una cárcel, como era un tipo querido por su voz y  favorito del mandante, era complacido. Pero los reclusos –y su mandante- comenzaron a necesitar cada vez más del consuelo de la música, -dicen que la música produce endorfina-  y la garganta del cantor comenzó a resentirse, le dolía, tenía cada vez que hacer un esfuerzo mayor. Entonces su única petición era que le dejaran descansar un poco pero, para El Mandante, eso no era una solicitud  sino una queja, un síntoma de debilidad y de negación de entregarles a todos  -y más a él personalmente, al mandante- la música que necesitaban y que ellos mismos no sabían producir. Entonces la del cantor sería una súplica de quien no está dispuesto al sacrificio a cambio de protección y favoritismo. Lo que al principio generaba el placer de dar algo propio a los demás, poco a poco se fue convirtiendo en una obligación. Ya no era que cantaría cuando tuviera deseos, o su alma lo necesitara, sino que sería conminado, y obligado, a cantar cada vez que los más fuertes físicamente, el mandante y sus acólitos, lo precisaran. Y así, hasta convertirlo en un esclavo de su canto, doblemente sin libertad, dada su condición de preso. Un esclavo sin, ni siquiera, derecho a la queja. 

A los amigos se les tolera cierto goce malsano al tratar de pincharlo a uno. Esta mañana me despertó el mensaje de uno de esos amigos que me reenvía un texto de cierto gurú de la ideologética oficial cuya tesis es que está preparado para lo que sea, lo peor incluso,  sobre la base de sus logros personales –como guajiro, economista y escritor- desde la pobreza y un municipio alejado de la capital. 

Cuando leí el texto enviado por mi amigo jodedor, mi no tan pródigo pero libérrimo intelecto, me remitió al relato del preso cantor: una especie de parábola del socialismo autoritario y totalitarista –que no considero socialismo sino engendro entre la estructura monárquica y el capitalismo de Estado- que perfectamente pudiera ser aplicada a la relación que pretenden algunos tenga el partido único con la intelectualidad y los artistas cubanos. Mientras tú puedas cantarme loas, rapsodias al aguante y el sacrificio sin límites ni esperanzas; mientras tus demandas queden en los límites de lo que yo, representante del poder en el municipio, la provincia o la nación, quiero hacerte creer que les corresponde resolver a otros, o que es culpa de los otros, entonces tú eres un intelectual crítico, valiente y comprometido con la causa de la emancipación de los pueblos y el socialismo mundial. Pero si tus demandas –ya sean directas o sobresalientes de la enrevesada polisemia de tus obras- mencionan a este representante del poder con nombre y apellidos, o lo sugiere, o expone la institución a la que pertenezco, entonces el intelectual o el artista es un quejoso, y ser quejoso, en mi proyección ideológica autoritaria y totalitaria del disidente, es el primer paso a la contrarrevolución. 

Entonces el derecho a la queja, incluso pública, está avalado por la Constitución de la República pero no legitimado en las mentes de quienes integran el órgano que debería regir, en primerísimo lugar en pos del pueblo y no del Estado en si mismo, el cumplimiento de esa constitución: el partido. 

No hay acto alguno de valor en sentirse preparado para lo peor. Ni siquiera el estoicismo es la presunta certeza de que se está preparado para lo peor. El acto de valor, en todo caso, sería sentir que, sin estar completamente preparado para nada en esta vida, se pueda intentar cambiar para lo mejor o, al menos, para el alivio. Que el cantor intente cantar solo cuando las necesidades del resto de los reos coincida con las suyas. Y si no: mejor muerto que mudo por la extrema fatiga de sus cuerdas vocales y la sequía del corazón.

Vaya alguien a contarle al padre centenario de mi amigo Armando acerca de yuntas de bueyes, cañaverales, sol del mediodía,  caminatas y cantos en pos de un resultado. Vaya alguien a contarle a mi padre –que con ochenta años aún sigue siendo el proletario lúcido que siempre fue, y sigue trabajando-  sobre libros publicados y referencias académicas desde un lugar alejado de la capital. Vaya alguien a contarle a la señora que a veces me vende la tacita de café acerca del éxito y de estar preparada para lo peor. Tiene ochenta y dos años, una nieta minusválida y un nieto  preso: “dice él que no pero yo sé que fue por  meterse en mierdas políticas”, me cuenta aquella tarde que escampamos juntos: “y tengo que caminar seis kilómetros hasta mi casita porque las guaguas están malas”, en plena capital de la emancipación y el “socialismo” latinoamericano… 

El padre de Armando, mi padre, tantos otros padres y madres, abuelos y esas abuelas como la que, a veces, me vende la tacita de café, nunca han hecho un inventario público de logros personales para servir de ejemplo de resiliencia en aras de estigmatizar la demanda justa de un gremio o todo un pueblo, tratando de inocularla como queja. En esa adaptación silente de los cubanos y las cubanas hacia el cambio, que se manifiesta lo mismo cruzando a nado el rio Bravo que recuperando una pieza en un taller para que un camión salga a cargar sin importar si el dueño es un mipimero barrigón o un directivo estatal con papada; y también en la adaptación del que vocifera sus demandas en una parada, en una cola, en un congreso –los pocos que se atreven-, en una red social, está la más auténtica condición resiliente de lo cubano. Lo otro –mi amigo jodedor- ya no es ni siquiera la condición del intelectual asalariado del pensamiento oficial -que Silvio, el poeta libérrimo nos cantara porque sí-, ya no es el que pródigo o no por la meritocracia dado su talento, se vanaglorie de su resiliencia, no, lo otro es la condición del esclavo cantor…. Y charlatán.

Con todos y cada uno, mal le pese a algunos, habrá que seguir adelante.  

viernes, 20 de septiembre de 2024

Otra Cita y el binarismo cubano

 Ana de Armas, la talentosa y bella actriz que triunfa en Hollywood, dice con orgullo a un medio de prensa que es cubana, nacida en La Habana, que aunque se fue a vivir a Madrid a los 18 años, en Cuba siente que tiene lo más cercano. Si a Ana le hicieran la entrevista en Miami, es seguro, le preguntarían acerca de lo que llaman La Dictadura. Si ella respondiera lo mismo que El Misha –el reguetonero-, pero sin el reparterismo  de este sino con su tono sensual y su mirada tierna, Ana de Armas también sería demonizada. 

Si un día a Ana de Armas le diera por decir que no está de acuerdo con esto o lo otro proveniente del gobierno cubano; si se molestara, vaya, con que a tal o más cual artista joven le censuraran una exposición de Artes Plástica, o con que la Seguridad del Estado citara a uno de sus amigos por subir una foto a Facebook de la torre K encendida y El Vedado apagado, y expresara su molestia. Entonces para un montón Ana de Armas ya no sería tan cubana, aparecerían visos de indignidad en su comportamiento, comenzaría a parecerles una más que fue tras los destellos del capitalismo feroz. 

O por lo menos, si lo anterior pasara, Ana de Armas habría sido esclavizada por el hálito del tío Sam, según los mismos que gimen porque unos cuantos mipimeros tienen camionetas Chevrolet aunque reprimían el grito cuando, eventualmente, se hacían evidentes las prebendas y privilegios de familiares de altos dirigentes. Entonces una periodista de Cubadebate no iría a esperar a la actriz al aeropuerto ni Cubasí le seguiría con vedetismo. En Miami los facinerosos de youtube dirían que se lo merece, por hacerle el juego al régimen al visitar Cuba, y porque ellos le preguntaron por La Dictadura y la de Armas no quiso responder ni referirse al régimen de la isla en esos términos. 

En las redes, por lo menos en las redes, el binarismo nos está volviendo aburridos y monotemáticos. A pesar de los islotes de diversidad que, cada vez con menos frecuencia, nos traen Ernesto, JorgeBraulio, Armando y Francis,  este blog, Otracita, también se ha vuelto aburrido y monotemático, al menos, para mí y para algunos anónimos que, no por cobardes y odiadores, dejan de tener razón. Porque la razón –y su correspondiente realidad- existe más allá de la actitud y el comportamiento de quiénes la esgrimen. 

Yo también estoy -soy-  aburrido. Aburrido de y por la Cuba binaria y melodramática, de la queja catártica y el afán vacuo de confundir cotilleo sistemático –tal vez compulsivo- con lucha por lo que se cree y ama. No reprendo a nadie más que a mi mismo, y solo a mi mismo.

Es una obviedad que el gobierno y el partido no obtienen resultados, de cara al bienestar del pueblo cubano, en las condiciones que ellos mismos se impusieron al decidir continuar con la postura de enfrentarse al imperialismo, y de aliarse públicamente a cualquiera que, más allá de su postura ética, se considere enemigo de los yanquis. Pero no vencen  ni con la política exterior –aun cuando seguramente obtendrán otra condena casi unánime al bloqueo en la ONU-, ni menos con la política interior donde pesan más los intereses tribales que la ciencia, la crítica responsable y honrada,  y el sentido común.  

Pero tampoco yo, con este blog estoy obteniendo los resultados esperados, según mis propósitos.  Uno de ellos la visibilidad de un consenso que presionara al gobierno a cambiar sobre la base de nuestro compromiso con la Patria y su futuro. El otro, quizás el más importante sin el cual el primero no podría siquiera intentarse, el de crecer nosotros mismos. Reconozco que no he crecido acorde a las circunstancias sino, para peor, estoy cada vez más desmotivado, espiritualmente desmovilizado, inerte en la precariedad, la incertidumbre, en el tortuoso sendero de la miseria. 

Hace unos días le comenté a una amiga muy cercana que estoy valorando cerrar el blog. O por lo menos no publicar más entradas y dejar que ustedes comenten hasta que se vayan cansando, aburriendo, cambiando… Obviamente me dijo que no, que eso sería un disparate, que el blog era importante y que mucha gente lo leía. No estoy tan seguro dadas las estadísticas de visitantes y los pocos seguidores que tiene. También ha disminuido el número de foristas y la diversidad de temas que se abordan. El único responsable de eso soy yo, mi carácter y mi modo de gestionarlo ya arcaico desde el punto de vista de la comunicación 2.0 que premia el presunto anonimato y una supuesta diversidad, siempre y cuándo, favorezca alguna matriz dominante. 

He tratado de convencerme de que debo cambiar las reglas en tal sentido pero hay un giordan esencial –creo que todo sujeto tiene un yo esencial- que no me lo permite y no voy a traicionarlo. Me sentiría peor. El autorreconocimiento de la desvergüenza, creo, es peor que la desmotivación. 

¿Hasta qué punto este blog es útil más allá del binarismo y la catarsis vacua socialmente?

Es la pregunta que más me hago últimamente. 

Quizás ustedes me ayuden, con argumentos o acciones, a responderla, independientemente de la decisión que tome. Se los agradecería.

Prometo no discutir con nadie y publicar todo siempre que no infrinja las reglas. 

Mientras tanto los dejo con Silvio y su Historia de las Sillas. 



jueves, 19 de septiembre de 2024

Cuba y el cero absoluto.

 Los matemáticos hace años formularon la existencia del cero absoluto. Idealmente -porque no se ha comprobado empíricamente aunque algunos experimentos se han acercado- sería la singularidad en la cual un cuerpo o sistema se quedara sin energía interna, o sea, su temperatura sería de cero grados Kelvin. 

La mayoría de los físicos del macrocosmos han defendido que el cero absoluto no existe en el universo conocido, que es un límite matemático imponderable porque el segundo principio de la termodiámica plantea que los fenómenos donde hay intercambio de calor son irreversibles y tendientes al equilibrio. No es posible que sistema le ceda más energía a otro que su resto si el proceso es adiabático, o sea, entre esos dos sistemas y solo entre esos dos sistemas. 

Pero en el caso de que en un proceso no adiabático, un cuerpo, o una partícula, o un sistema pudiera cederle al otro y a un tercero que constituyera entorno, toda su energía interna hasta llegar a cero, al no quedar con ninguna energía, perdería instantáneamente su condición de cuerpo o partícula, o sistema,  o sea, dejaría de existir segun la tercera ley de la termodinámica. 

En el cero absoluto, la entropía, la termodinámica y mis desconocimientos de la física cuántica pienso bajo el sol de septiembre, mientras camino por la acera paralela a la Avenida que todos llamamos Boyeros pero que se llama, casualmente, Independencia. 

Camino porque no hay guaguas para el transporte público, al menos, por esa ruta. Sí las hay para las FAR -ni siquiera el MININT pues un montón de uniformados de ese cuerpo también esperan en las parada-, los no-turistas de Transgaviotas y Transtur -porque andan vacías- y algunos trabajadores de empresas, supongo, muy importantes y rentables que se trasladan en algunos de aquellos buses por los que echaba su bronca Lucius Walker para entrar a México con la caravana Pastores por la Paz. 

Después de dos horas en la parada de Cerro y Boyeros, veo a una docena de jóvenes con uniforme escolar que vienen no tan bulliciosos como suele ser costumbre. Los varones con las camisas en la mano o sobre el hombre, las hembras que traen por debajo de la blusa una prenda similar a un ajustador pero más abarcador y más grueso, también se han desabotonado. Sudan a mares. Negros, blancas, mestizos, trigueñas... Más bajos, más altas... Más gruesos, más delgados... Con un propósito común. Quieren llegar a casa, y caminan. 

Me embullo y camino con ellos. La adolescente delgadita y pecosa me comenta que son del politéctico "Osvaldo Herrera" y que, como llevaban más de dos horas esperando un P12, decidieron caminar. "Yo voy para Altahabana, por el puente de 100" "Yo también", le digo, y caminamos juntos. 

Entonces recibo un mensaje por el teléfono. Llegan noticias del terruño. Leo:

"Gior: 

Te escribo, y esto lo he pensado por que tú sabes como soy yo, pero estoy ahogada. Necesito si puedes me mandes para comprar un pomito de aceite.  (...) está parado hace días por azúcar,  no aparece y cuando aparece es muy cara, no le da negocio. ¿Te imaginas que hemos llegado al punto en Cuba de que alguien que dependa del azúcar para trabajar, esté al borde de la miseria, coño? 

 Mami me dijo 'habla con giordan' pero de veras me muero de la pena (...) no me gusta estar pidiendo.   ¡De veras estoy ahogada y contigo tengo confianza pero igual me muero de la pena. Si no puedes, no. Yo sé que si no lo hacieras sería porque de veras no puedes.  Besos de..."

"¿Se siente mal, señor? ¿Quiere que paremos a descansar?"

La adolescente me está mirando. 

"No, mija, no. Yo soy muy fuerte físicamente, con todo y que puedo ser casi tu padre ampliamente. Puedo andar muchos kilómetros pero a veces ni así alcanza".

"Entiendo. ¿Recibió una mala noticia?".

"No, lo peor no es que sea mala sino que ya es tan común, que no es noticia". 

En eso siento la corneta de un camión. Es un colega, la competencia, diría yo. Pero una vez coincidimos en un servicentro y su empresita de carga y la mía hemos colaborado. 

"¡Sube, guajiro!"... 

Por suerte lleva la cama vacía, y barandas altas.

"¡Compay, llévate a la muchachera esta también. Vienen a pie casi desde La Plaza!"

Una vez que los jóvenes suben al camión, yo, en la cabina, conversamos:

"De pinga, esto, compadre. Llevo casi tres semanas sin que caiga un viaje a Oriente", me dice el colega. Asiento en silencio. Él prosigue. "Imagínate, casi todos los clientes nuestros eran Trabajadores por Cuenta Propia que venían a La Habana, compraban al por mayor y vendían por allá. Y ahora dicen que les prohibieron vender por cantidad. ¡Qué  cada vez que la cosa empieza a fuir, inventan algo nuevo y la joden otra vez".... 

Llegamos al elevado de 100... Los muchachos se lanzan unos, y otros gritan de alegría al decirles al chofer que él sube y dobla a buscar el puente de Calabazar. Que hasta por ahí va. La jovencita pecosa también se baja. Al darle la mano a mi colega, este se despide con un cornetazo y: "Suerte, guajiro, suerte que esto se está poniendo peor que la Opción Cero"... 

"¿Qué es la opción cero?" -pregunta la pecosa. 

Los físicos cuánticos dicen que sí, que sí existe el cero absoluto aunque hasta ahora no se haya podido ponderar. Matemáticamente han demostrado que, en el microuniverso, un sistema pudiera pasar de 1 grado Kelvin a -1 grado Kelvin que sería pasar de la mínima entropía positiva a la máxima entropía negativa. De casi no tener energía a una anti-energía descomunal. 

La entropía es la medida del caos, de la desorganización interna de un sistema. Mientras mayor es la entropía más energía interna tiene el sistema y con mayor facilidad le "cederá" desorden a otro sistema hasta equilibrarse. 

Quizás a nosotros, en Cuba, nos ha sucedido, precisamente, eso mismo. Hemos pasado por el cero absoluto. Le hemos cambiado tan súbitamente el valor y el sentido de la desorganización al sistema, que ni nos dimos cuenta... 

Lo bueno es que, aunque las partículas no tienen noción ni conciencia,  cada vez más cubanos: ¡sí! 



viernes, 13 de septiembre de 2024

Ay, El Paquete.

 A mi nunca me ha gustado El Paquete Semanal. Ese método de que alguien escoja lo que me va a ofertar, y de eso otro alguien más escoja y así hasta que la cadena descendente llegue a la esquina de mi casa, no me gustó desde el principio. Me parecía el mismo verticalismo perjudicial que yo le criticaba siempre al sistema de gobierno. 

Precisamente, mi guerra en la radio  siempre fue no entender por qué había que escogerle el repertorio temático al oyente, como si los comunicadores fuéramos dioses y los perceptores subnormales. Por aquel entonces mi amigo Dionisio Ponce y yo debatíamos el epígrafe donde él abordaba los aspectos comunicacionales de su tesis de doctorado acerca de la transposición sociocultural, y yo me acababa de leer a Paulo Freyre que era  quien me hacía vislumbrar un camino de verdadera  emancipación cultural antihegemónica (Por cierto, de Paulo Freyre la izquierda más izquierdosa casi no habla... ¿Habrán descubierto que trabajaba para Soros, tú?) a través de un paradigma educacional alternativo a nuestra pedagogía autoritaria. Entendía -entiendo- que la verdadera participación no está en hacerles preguntas a la gente como en un crucigrama, premiar la respuesta esperada y negar y aclarar la no esperada, sino en propiciar que los oyentes nos dijeran lo que pensaran o sintieran, con plena honradez, sobre el tema propuesto, y que ellos mismos escogieran ese tema y su abordaje con responsabilidad. Podíamos atrevernos. ¿No éramos el país de América Latina con mayor proporción de universitarios y bachilleres respecto a su población? ¿Nuestros índices educacionales no estaban avalados por la mismísima UNESCO como de primer mundo? ¿O no? Aunque me acerqué como realizador a concretar esa aspiración. No lo logré. Por un tiempo fue una de mis frustraciones en noches de rones bajo la luna. 

Por eso nunca me gustó El Paquete. Porque replicaba, disco a disco, memoria a memoria, la misma aplicación de la Teoría de la Aguja Hipodérmica de nuestra Radio y Televisión y nuestro, para mi enquistado, sistema educacional. -¿Acaso los que controlaban El Paquete eran los mismos que de verdad controlaban los medios, al MINED y el MES? ¡Ay, mente perversa!

Y por eso siempre que tuve ocasión, desde la UNEAC -organización que va a pasar a la historia por los aportes de sus individualidades a la cultura cubana y su vocación para expulsar voces disonantes- de explicar y argumentar mi malestar, lo hice. ¿Cuál era la respuesta de las autoridades del Ministerio de Cultura, del extinto -más bien mutado- ICRT y de la mayoría de los pezzonovantes de la propia UNEAC? 

Al principio me daban la razón, y hablaban de la necesidad de ajustar nuestros propios mecanismos promocionales y difusores. Luego llegó el argumento más contundente: ¡Contra El Paquete no se puede! Yo quedaban siempre confundido: ¿Cómo los directivos de un sistema de medios y de promoción cultural se quedaban tan conformes con algo que era, en definitiva, su competencia más eficaz? ¿¡Había tipos y tipos de la supuesta vanguardia artística, trabajadores de los medios, que defendían El Paquete desde la perspectiva de la democratización de los productos culturales mientras hacían silencio sobre la tácita prohibición en nuestra televisión de los materiales de La Joven Muestra Cinematográfica o del Almacén de la Imagen?! Los había. Los hay. No pocos aun. 

Nunca me pasó por la mente que la prohibición de El Paquete fuera el camino correcto.  Desde que a mis 12 años El Viejo me prohibió la bicicleta porque un tio mio camionero me sorprendió pedaleando solo por el Entronque de Buecito, a 39 kms de Manzanillo, supe que prohibir es el mejor camino para incentivar. No voy a enumerar cuáles eran mis propuestas, básicamente están contenidas en mi El Casi Libro del Inconforme. Retazos de la Censura, publicado en 2010 por ORTO. 

Desde la AHS, creo, y los Joven Clubes de Computación y Electrónica se trató de impulsar La Mochila: una alternativa al Paquete. Asesoré tesis sobre Comunicación Social o Sociología de la Cultura cuyos diplomantes encontraban en La Mochila toda la información para su análisis teórico conceptual. Y gracias a La Mochila leí el Ulises de Joyces, la nueva narrativa norteamericana, a Kundera y a Dulce María Loynaz, entre otros. Pero le faltó fijador porque estaba ajena a los debates de la calle, no llegaba al perceptor común, se convirtió en un paquete de élite, de "culturosos". Y luego, creo, despareció. 

De modo que el argumento de que contra el paquete no se podía resultó ser una verdad como un templo. No se pudo, no se puede ni se podrá, por lo visto.

La pregunta es ¿Por qué? 

Entre 2014 y 2015 estuve, por circunstancias personales, muy cerca de un "centro" de distribución de El Paquete en Alamar, donde residí unos meses durante mi primera aventura por La Habana para ganarme la vida. El Dios de los Ateos "me la ponía en la mano" para estudiar la dinámica del fenómeno. Pude comprobar que, al menos, la primera de mis hipótesis era cierta: se iba decantando, iba "degradándose" en la medida en que aterrizaba en la "base" (Como las orientaciones del Comité Central, vaya) en este caso por dos razones fundamentales: la limitada disponibilidad de capacidades de almacenamiento y procesamiento de cada distribuidor, una razón,  dividas por la formación cultural y el gusto de aquel y la tribu cultural a la que pertenecía, otra razón.  Si el distribuidor era como mi amigo, al que le gustaba Nightwish, Sabina, Silvio, Fito Páez, Pablo, Scorpions, Rojitas versionando a Los Beatles, Guns and Rose, Buena Vista Social Club, Van Van y La Bella de la Alahambra, bueno, el problema no era tan gordo pero.... 

Aquí aparece un indicador interesantísimo. La tendiente posición  ideopolítica ascéptica de El Paquete. Aunque podías encontrar materiales audioviduales con tergiversaciones groseras de la historia de cualquier latitud, aunque aparecía mucho de la  tontisemia ramplona de la televisión europea y latinoamericana, no vi en aquella etapa materiales de las televisoras miamenses más acérrimas contra la Revolución o el gobierno. Algunos de los youtubers y humoristas ahora excomulgados en ConFilo por su radicalización, en unos casos, y su odio, antes aparecían en El Paquete pero light, vaya, suavecitos. Sólo cuando dos o tres youtubers, muy habituales en aquellos Paquetes, qué conste, se pusieron fulas de verdad, como si se hubieran ido de control, también disciplinadamente, dejaron de ser distribuidos. 

O sea que los sujetos de la red nacional de El Paquete, por alguna razón, sabían que podían jugar con la cadena sin pisotearle la cola al león, y menos intentar cuestionarle la melena, por lo menos, entre 2014 y 2015 que estudié el fenómeno. 

La verdad es que olvidé El Paquete hasta el charrasquillo de los últimos días. ¿Por qué prohibir El Paquete precisamente ahora? Ahora, con la Internet y la conectividad. Las novelas turcas y los shows televisivos foráneos, las películas clase C y Bebeshito parecen ser el menor de nuestros problemas actuales.   Tengo que confesar que me sobresalté cuando le escuché a un vecino -no tan joven, por cierto: "Coño, ahora me llaman y me dicen que no puedo vender El Paquete. ¡¿Qué pinga prefieren, que me dedique a vender químico*?!

Hace un tiempo solté en Segunda Cita otra de mis hipótesis tremebundas: la aplicación en Cuba de la técnica del salto al vacío. La técnica del salto al vacío consiste en lanzar un rumor, socializar de modo underground un pedazo de información -como el trozo de ADN de un virus que puede asociarse al ADN de otra célula- dejar que el rumor haga lo suyo, medir la respuesta de la gente, y luego desmentir. La técnica tiene a favor que aquellos comunicadores e intelectuales indóciles que intenten poner en agenda la problemáticas, quedarán  como torpes incapaces de detectar una fake news. 

Creo que, esta vez, con El Paquete, eso fue exactamente lo que sucedió. La pregunta vuelve a ser: 

¿Por qué. 


* Químico le llaman a una sustancia estupefaciente y alucinógena que, por los comentarios en la calle cada vez más contundentes, parecen estar consumiendo algunos -no podría yo precisar la cantidad- jóvenes cubanos.