domingo, 31 de marzo de 2024

Inteligencia Artificial: segundo acercamiento.

 Una rueda sin contención por una pendiente negativa puede conducir al siniestro. Para evitarlo, la necesidad debió imponer la invención de mecanismos de frenado a la par del desarrollo de vehículos capaces de trasladarse sobre ruedas. Cuando han fallado esos mecanismos, ha sido altísima la probabilidad del desastre. 

El uso pacífico de la energía nuclear, sin práxis ni ingenierías seguras, es altamente peligroso. Se demostró en Chernobyl. Y si se dan condiciones extremas, singularidades, con las cuales, ni siquiera con el funcionamiento óptimo de los sistemas de seguridad, se puede evitar el daño entonces tenemos a Fukushima. La Naturaleza, eventualmente, transgrede cualquier precaución y previsión. No acabamos de aprender la lección. 

Son los riesgos civilizatorios, dirían los defensores a ultranza de la tecnología: "nadie deja de beber agua de un vaso por la posibilidad entre millones de atragantarse". Y es verdad: el principio de que el desarrollo tecnológico no es ni bueno ni malo en sí mismo sino por el uso que se haga de los artificios, y la relación costo-benedicio, es también ciencia establecida. No es lo mismo la dinamita para derrumbar muros y crear vías de comunicación que para masacrar humanos

Sólo que en el caso de la llamada Inteligencia Artificial, el debate debería -me parece- centrarse en si estamos lo suficientemente informados los comunes de esta Tierra para evaluar la magnitud del salto tecnológico, sus implicaciones y, en  consecuencia, la magnitud del riesgo en las condiciones histórico concretas de este siglo XXI. Intentémoslo.

Como bien se dice, el control sobre las tecnologías de punta lo tienen "un puñado" de empresas. Los que manejan los hilos de esas empresas conforman una oligarquía que, cada vez más, concentran en sí mismos mayor poder económico y discrecionalidad que los recursos y posibilidades de decenas de países juntos. Un poder económico y una discrecionalidad que han adquirido, en grado determinante, porque sus invenciones, artificios, son usados primeramente por los militares y son ensayados en guerras devastadoras para las personas comunes que, bajo el sesgo de la democracia, creemos que decidimos alguna cosa cuando el representante de alguno de nuestros Estados vota a favor o en contra en la ONU cuando, en realidad, sólo conformamos los comunes el coro binario. Esa condición no parece que vaya a cambiar en los próximos veinte años por muy optimistas que seamos.

¿Cuántos de los que, con la exposición de nobles propósitos, ponderan el uso de la IA en sentido progre, o en el sentido de la libertad y la soberanía de los pueblos, conocen en profundidad, tanto como sus propios desarrolladores, la IA? ¿Cuánto de los que en los fórun de las izquierdas plantean que el problema no es la IA en si misma -como, efectivamente, no lo es sino su uso- tienen el más mínimo control o capacidad de decidir sobre el uso proactivo y favorable a la igualdad de oportunidades de la herramienta, más allá de lo que cualquiera con acceso a Internet y un dispositivo pudiera aprovecharla como usuario final? Entonces esas son las condiciones histórico-concretas que vivimos en el siglo XXI: un mundo donde unos pocos tienen la capacidad real de decidir el destino de la masa de comunes en desventaja por mucho coro que hagamos.  

Y bajo esas condiciones,  activistas tratan de conceptualizar y evaluar, desde el sentido común,  algo sobre lo cual no conocen lo suficiente y no tienen el más mínimo control ni determinación.  Lo mismo sucedió cuando hace veinte años comenzaron las redes sociales. La presión del activismo de izquierda era porque se abrieran los códigos y se "democratizaran" las plataformas. Otros defendían la multilateralidad digital y que los polos de poder -Rusia, China... en oposición a Estados Unidos y Europa, por ejemplos-  pudieran desarrollar redes de modo equilibrado. Veinte años después descubrimos que los algoritmos y sus impactos -vengan del lateral que sea- van en función del consumo, el poder hiperconcentrado, la hegemonía cultural de los poderes y la competencia económica. Entonces ahora nos pasamos alegremente de ponderar las redes a tratar de estigmatizarlas mientras vemos una esperanza en la llamada IA

 Pero una buena parte de la comunidad científica e ingeniera, una buena parte de los desarrolladores reales de esa tecnología, de los que de verdad la conocen y manipulan -entre los que se encuentran, no sé si para orgullo de la ingeniería cubana, mis amigos Pável y Carlos, graduados en universidades cubanas-, están alertando sobre los peligros de que se nos vaya de las manos y se convierta en un desmadre. Eso, creo firmemente, deberíamos atenderlo a tiempo como mismo debimos atender a tiempo los riesgo de alterar el equilibrio ecológico y de atentar contra la diversidad biosistémica. 

Cualquier programador senior en el mundo sabe que es real la posibilidad de autoreprogramarse de esos artilugios,  más allá de la voluntad humana, y que la probabilidad de que un sistema de máquinas tome el control de procesos críticos y vitales para un conglomerado humano, o La Humanidad toda, no es ciencia ficción en marzo del 2024. Que los ingenieros senior y de diseño lo reconozcan públicamente o no, por falta de compromiso social o porque respondan a políticas corporativas, es harina de otro costal. De hecho, lo único que  evita actualmente que una máquina se autorreprograme  a partir de su interacción con el medio externo -el medio externo, advierto el detallito, somos nosotros- no es que no exista el software que le permita hacerlo sino que aun no se ha desarrollado lo suficiente el hardware que lo soporte dado el grado de procesamiento que se necesita. A algunos ingenieros en el mundo, parece constarle, que esos hardwares ya se desarrollan aceleradamente no porque lo lean en un sitio de Internet sino porque es la labor que realizan para vivir, pagar sus billes, financiar las carreras de sus hijos y viajar a sus países subdesarrollados de origen, muchos de ellos. 



La ingeniería de hardwares capaces de soportar la autorreprogramación y la autorreconfiguración sistémica de las máquinas es la prioridad de las empresas más poderosas y exitosas de la rama en el mundo: chinas, gringas, rusas, europeas... Tales artilugios permitirían realizar a velocidades inauditas, inimaginables, tareas supercomplejas como la validación de un medicamento mediante la simulación virtual de ensayos clínicos, por ejemplo, que optimizaría decisivamente el desarrollo de medicamentos, o la secuenciación de códigos genéticos en la búsqueda de determinados efectos, que podrían conducir a la curación de enfermedades ahora degenerativas. ¡Y eso sería magnífico para La Humanidad toda si no viviéramos en un mundo profundamente injusto y desequilibrado, en el cual todavía persisten, en algunas de sus regiones más pobladas, enfermedades transmisibles curables desde hace más de un siglo!

No digo que la intención de los poderosos sea que las máquinas tomen el control -serían suicididas-, su intención es la misma desde que existimos como linaje: la seguridad de su grupo de pertenencia sobre la base del control sobre el otro -no del entendimiento mutuo-  y la supremacía. La misma búsqueda de la seguridad y supremacía que provoca las guerras como la ruso-ucraniana, las masacres como las de Gaza, las invasiones... Con el uso destructivo de la tecnología que alguna vez estuvo en el estadío que ahora está la llamada I.A.

Como quiera que la I.A. es un hecho -un hecho que trasciende por mucho Chatpt y sus afines que son sólo la puntita del iceberg- habrá que convivir con esta, su uso final por los comunes, como mismo hemos convivido con las redes sociales... ¿Qué hacer entonces ante los peligros de que, quienes la controlan, la usen irresponsablemente y ellos mismos pierdan el control y nos lleven al desmadre

¿Qué hubiera sido del mundo si aquella noche del 26 de septiembre de 1983, durante el equinoccio de otoño, una máquina programada según la lógica y los algoritmos de la I.A. hubiera interpretado las señales equívocas de los sensores y hubiera tomado la decisión en vez de Stanilavs Petrov

El problema de las máquinas, para los humanos,  precisamente es, creo yo, que ni sienten, ni perciben, ni sus decisiones están contaminadas por las motivaciones... 

(Continuará...)







jueves, 28 de marzo de 2024

Inteligencia Artificial: primer acercamiento de un diletante.

Lo que comenzó siendo lucha instintiva por la supervivencia, con el tiempo y la evolución, se ha convertido en el rol de la inteligencia humana: la resolución de problemas y la eliminación de barreras en aras de la satisfacción del deseo, la satisfacción de la tendencia o necesidad de algo, alguien, o determinado status quo, para obtener placer y/o realización personal: eso que llamamos bienestar

Buda reconoció en el intento de satisfacción del deseo –o sea, la búsqueda del placer y/o la realización-, la causa de lo que lo que Satré denominó en el siglo XX la angustia existencial del Ser Humano. En el budismo –doctrina filosófica transformada en religión-, el nirvana es el camino a la iluminación bajo los mandatos de una auto-disciplina inhibidora del deseo que aísla al individuo de cualquier condicionamiento externo y lo lleva a un estado de inmovilismo psicosocial pues restringe la realización personal al equilibrio interior de la mente,  desdeña la interacción con otros seres humanos.

Parece ser el budismo un intento de resolver la contradicción filosófica entre el ser individual y el ser social, el ser en sí mismo en autoequilibrio y el ser condicionado por influencias externas que lo conducen al hedonismo.

 En aposición –y con el mismo fin-, en la Edad Media los sistemas filosóficos occidentales apostaron por la idealización, la exacerbación de un determinante supremo -Dios- un vínculo incuestionable con ese determianante -Jesús- y un inductor omnímodo y ubicuo del comportamiento -el espíritu santo. De tal modo, todo aquello que la moralidad predominante -que es la moralidad de la clase social predominante- prohibía, era argumentado por la curia con la Palabra de Dios. El resultado de eso fue un Ser Humano no sin deseos, no en equilibrio interior como aspira el budismo, sino un Ser Humano lleno de tabúes y autorrepresiones, muy susceptible a ser condicionado por la masa por una herencia de temor y obediencia. 

 Los sistemas mágicos-religiosos africanos, -tan “ramplonizados” por los medios eurocéntricos-, establecen prohibiciones y tabúes resultantes de la ideación imaginal generadora de un “mundo otro” compuesto por divinidades, y su interrelación con la ideación racional a través de la cual las tribus africanas transformaban la Naturaleza a su favor con la caza y la recolección agrícola. Vivían en una especie de equilibrio dinámico que las metrópolis europeas violentaron como mismo hicieron contra los amerindios. 

Lo mismo que la religión, el resto de las dimensiones de la cultura, entiéndase: el arte, la tecnología, la ciencia… una vez surgida La Humanidad, condicionan las relaciones sociales a través de la facilitación de los procesos comunicativos. Cualquier liturgia es, a la vez, fenómeno de interacción en el ámbito simbólico, acto comunicativo, lo mismo que toda obra artística e, incluso, los descubrimientos científicos, la propagación pedagógica de saberes y sus aplicaciones tecnológicas en tanto su potencial referativo. 

Los sistemas lingüísticos son la manifestación más acabada de la inteligencia humana. No me refiero únicamente a los expresivos que conforman las lenguas o idiomas sino, además, a los que permiten interpretar la realidad y exponerla matemáticamente, y actuar como modificadores sobre esa realidad, por ejemplo, el lenguaje binario, las expresiones algebraicas, las representaciones geométricas, los algoritmos probabilísticos, la programación. 

La especialización y el propio desarrollo cultural han propiciado la interpretación fragmentada de un paradigma único que, desde sus orígenes, conforma estructuras inseparables en la naturaleza. Los dimes y diretes académicos en el largo y tortuoso camino de la investigación, han encabalgado en clasificaciones epistemológicas el estudio del Lenguaje Humano que no es más que la transgresión hacia lo social de la inteligencia. Además de que, para el manipulador dominante, es mejor desmembrar lo más posible el modo en que se trata de interpretar la realidad porque así es mejor sesgarla. 

Pero si toda harina posee las mismas cualidades esenciales, aquella envasada en costal húmedo servirá mejor para ciertos manjares a diferencia de la envasada en costal seco. Si erróneo ha sido el propósito de desmenuzar el estudio de la comunicación en fracciones capitalizadas desde la semiótica, la psicología, la antropología… alejados de la necesaria perspectiva estructuralista,  catastrófico ha resultado el precepto político de convertir la búsqueda de la satisfacción del deseo, de la satisfacción de las necesidades individuales y sociales  -inherentes a la condición humana-  en esperpento ideo-clasista,  en el fomento de un individuo "mínimamente suyo", como Ser Social "pretendible" para la construcción de una presunta sociedad mejor. Y ese indivíduo mínimamente suyo, según el cantar de Silvio Rodríguez, ha sido el sujeto sacrificado por la utopía -el autoengaño- de una sociedad como debería ser -según la interpretación de los que ostentan el poder- y no como en realidad somos. 

Es cierto: el propio hecho de que hayamos sobrevivido hasta hoy, nosotros, esta inobjetable Humanidad de nuestros días, demuestra lo absurdo de la aspiración de convertir la aptitud comunicativa, la riqueza cultural gracias a ella emanada, en instrumentos de sujeción con la exterminación espiritual de quienes articulen ideaciones diversas o contrarias

Sin embargo, el siglo XXI parece ponernos ante la certeza de una desmesurada eclosión cultural -con énfasis en la dimensión tecnológica-, y la paradoja de un abismo nunca antes visto entre poseedores y desposeídos, manipuladores y manipulados, que lo hace a uno dudar, preguntarse hasta cuándo podremos tensar la cuerda entre nuestra natural tendencia a la dominación y nuestra vocación de no ser dominados, sin autoexterminarnos.

Y en medio de todo eso, aparece la Inteligencia Artificial como una megaherramienta que permitirá -ya permite-  optimizar descomunalmente el rol de la inteligencia humana, y presentarnos perspectiva de lo real, de lo que somos realmente como linaje, que, probablemente, nunca hemos sospechado.  ¿Adónde nos conduciremos cuando, probablemente, la Inteligencia Artificial nos ponga de cara a la lógica de que no somos lo que hemos creído, que nuestro lugar en el Universo no es el que nos hemos creído?  

(Continuará) 



jueves, 21 de marzo de 2024

Escándalo en la penumbra

Se besan justo al acuando el sol y la luna se saludan. De lejos parecen dos cuerpos más, dos cuerpos cualesquiera próximos al desacato y el escándalo. De lejos no se escucha el palpitar de uno ni puede olerse las feromonas del otro. No se sabe si son dos muchachos desafiantes, o un muchacho y una muchacha sin pudores, o dos muchachas escapadas de si mismas.

En la esquina anterior, el Hombre de Tez Cana ha dejado las miradas divertidas y juveniles de dos combatientes que cuidan la garita de la unidad de guardafronteras, y fisgonean. 

 El atardecer es tiempo de sombras, de confusiones.  El Hombre de Tez Cana camina al encuentro de la pareja: “¡Cuánta indecencia!” masculla. Podría simplemente no mirar, procurarse la largada como cada vez que estuvo de frente a la oportunidad. La vista se le aferra a la imagen de si mismo sesenta años antes cuando no había muro frente al mar, y aquellas feromonas protestaban  por todo su cuerpo, rebeldes feromonas que no entendían asuntos de decencia y buen comportamiento, libertarias palpitaciones imposibles de coartar que lo pusieron al borde de la expiación. La vio encubierta tras el velo que dejan la luna y el sol al saludarse, y desde entonces se ha negado a perpetuar esa imagen que ahora reconoce mientras camina hacia el muro, con su tez cana, sus recuerdos y su sólido civismo.  

La pareja comparte pieles y versos,  dedos conquistadores de honduras y promontorios, y suspiros y la humedad propia con la humedad del mar. El Hombre de Tez Cana  pasa justo enfrente de  la pareja y susurra: “Mira eso: la juventud está perdida”; sin que los amantes,  inmersos en sus afanes y goces, le hicieran el más mínimo caso. Enseguida se fija en El Policía que camina apurado y sudoroso, ajeno por completo al entorno, a unos veinte metros del lugar. 

Se apura a pesar de sus años, alcanza al policía y le dice algo que el uniformado no comprende, o simula no comprender.

El sol y la luna  se han despedido. 

La pareja ha finalizado su excursión a cuevas y promontorios. 

El policía toma un vaso de agua sentado en la sala de su casa mientras observa a su mujer en bata de dormir.

 Los jóvenes combatientes de guardafronteras se retiran cada uno a su propia ducha y se demoran más de lo habitual. 

Sólo el Hombre de Tez Cana respira compulsión y duda: “No sienten respeto por nada ni por nadie”, repite y repite mientras saca una vieja pluma y se dispone a escribir una nueva nota a las autoridades para denunciar la desfachatez.

 Cuatro o cinco calles más adelante, La Mujer de Tez Cana sigue preguntándose por qué, aquel atardecer del 21 de marzo, hace más de sesenta años, justo cuando el sol y la luna se saludaban frente al mar... El Hombre de Tez Cana no se atrevió a besarla…

Foto tomada por Osbel Silva. 


lunes, 18 de marzo de 2024

Llueve ¿Otra vez? y una canción de Silvio

Por: Armando Fernández.

(Ese mismo Armando)


Llovió.

Aún llueve

Primero tímidamente como quien tantea. Luego algo más decidida, la lluvia, no un torrente sino pausada, totalmente en calma, "a plomada", como decían los abuelos. Vertical.

¿Astronómicamente? Aún es una lluvia de invierno. Por el calor, el modo, ya es primaveral. De todas formas al invierno sólo le quedan 27 horas.

Las primeras gotas aplastaron el polvo, lo dominaron.  Luego de saturado, el suelo comenzó a correr por las cicatrices de la calle  en forma de  húmedas hebras hasta la depresión más cercana que llamamos bache.

El bache mayor está frente a mi casa. No me causa orgullo sino preocupación pero es mío, no puedo negarlo.  Soy el único que intento rellenarlo. Los responsables de solucionarlo tienen demasiados baches para ocuparse de este.



Pues los baches después de llenos se van interconectado unos con otros a través de finos riachuelos. Los de la vertiente derecha de mi calle, forman una cuenca más corta pero de pendiente más pronunciada.  Por eso llegan sus aguas primeras al bache de Armando y, como monopolio al fin, se mueven a su antojo las gotas acostadas: turbias arremolinadas y espumosas.

Luego llegan de la vertiente izquierda. Aunque su pendiente es menor, su cuenca y caudal es mayor y de aguas más limpias. Cuando estas llegan al bache de Armando empujan, dominan a las primeras, las hacen retroceder y, a la vez, se eleva el nivel de la humedad hasta que llega al césped que rodea la calle, y se desparrama.

Césped que cuidan el vecino y Armando, y lo embellecen con plantas ornamentales. No comunales, no vialidad, no gobierno, que sólo cada tres o cuatro meses visitan los ampiroles de la basura. Armando y vecinos mantienen el entorno.

Escampó y poco refrescó después de dos horas de lluvia. Son las 20 horas de un día con 5 de servicio eléctrico. Ahora no hay.

Espero en el portal y recuerdo que un día, en la primavera de 1780,  en la aduana de Edimburgo, Adam Smith me dijo: "Armando: no es de la benevolencia del carnicero, cervecero o panadero de donde obtendremos nuestra cena, sino de su preocupación por sus propios intereses. Pero no lo sigas a pie de letra, adécualo a tu entorno".

Nunca he probado sustituir carnicero, cervecero o panadero, por gobernador, intendente y primer secretario. Una noche con luces lo haré. Y volveré a leerme "La riqueza de otras naciones".




Esta es mi opinión.

 Ayer hubo protestas en Santiago y Bayamo, según he podido confirmar a través de conversaciones con fuentes testimoniantes.  Presumiblemente también las habría en otros lugares y es muy probable que continúen hoy.

Protestar es un derecho constitucional y no debería ser reprimido bajo ningun concepto. Aprecio que el comunicado en X del Presidente haya mencionado las palabras DIÁLOGO y PAZ. Sobre ambos términos, DIÁLOGO y PAZ, El Presidente tiene la responsabilidad, en primerísimo lugar más que nadie, de CONCRETARLOS en todos los ámbitos del país donde la gente cansada decida lanzarse a las calles. 

Tampoco deberían los mandantes de la comunicación política caer en la trampa de sólo enfatizar en las causas externas de la enorme crisis actual. Una Mesa Redonda para recordarnos el memorando Mallory, o para argumentarnos el Bloqueo, o las agresiones de los Estados Unidos, no es lo que nuestra gente necesita en estos momentos, lo cual no significa que haya que desconocer esa hostilidad. Pero no puede ser que sean tan torpes los ideólogos y comunicadores políticos que no se den cuenta que el pueblo necesita reencontrarse con la esperanza: el pueblo que no los quiere, y también el pueblo que los quiere necesita reencontrarse con la esperanza.  Quienes le devuelvan una porción de esperanza a esta nación, serán los verdaderos líderes... 

La única RESPUESTA RÁPIDA que necesitamos en Cuba se denomina:  ¡SOLUCIONES! o, por lo menos, ¡ALIVIOS! a nuestras penurias. 

Cualquier otra "respuesta rápida" sólo conducirá al desmembramiento nacional. Espero que El Presidente, y sus adversarios que hablan de diálogo pero sueñan con el enfrentamiento y la violencia, lo sepan. Ambos.



 

domingo, 17 de marzo de 2024

Silvio fotógrafo y una puesta de sol captada por Armando

 Silvio fotógrafo de Niurka y Malva, minutos antes del inicio del concierto de ambas en la Sala Cervantes, frente al Prado Habanero. 

Y una puesta de sol captada por Armando en la Playa de Varadero, desde Santa Marta, para que siempre haya luz a pesar del apagón... 








viernes, 15 de marzo de 2024

Niurka y Malva en concierto

Por: Niurka González Núñez.

Enviado por Mirtha Núñez. 


Cuando hablamos de Barroco en la música, pensamos en Alemania e Italia. Nombres como Bach y Händel, de un lado, y del otro Vivaldi o Monteverdi, forman parte de nuestra cultura musical. En el día de hoy hemos optado por abrir este concierto con una sonata del barroco francés, escrita por Michel Blavet, afamado flautista que perteneció al círculo de músicos de la corte de Luis XV. Con esta “Obertura a la francesa”, con refinamiento y elegancia, comenzamos nuestro programa. 

Aprovechamos la ocasión para varios festejos: en el segmento que continúa celebramos al maestro Leo Brouwer en su cumpleaños 85.

La Sonata de primavera fue escrita en 2020, dedicada a una servidora. El Equinoccio de Primavera (1er movimiento) nos introduce en un lenguaje en el que el compositor evoca a la naturaleza y sus procesos, en una obra de gran profundidad. A modo de interludio, sigue el Preludio epigramático Nº 1, que Leo regaló a Malva por su 15 cumpleaños. De esta forma nos trasladamos al Amazonas y al Orinoco, al infinito caudal de Nuestra América, con el estreno mundial del primer movimiento de Danza de las Aguas, otrora Mitología de las Aguas, en su versión para flauta y piano, dedicada especialmente a Malva y a mí.  

Estamos también conmemorando 100 años de la muerte de Gabriel Fauré. Su Pieza de Concurso fue escrita como un ejercicio de lectura a primera vista, para el concurso de flauta del conservatorio de París. La Sicilienne es una de las partes más conocidas de Pelléas y Mélisande, y su Fantasía Op. 79, dedicada a Paul Taffanel, combina con elegancia y maestría la dulzura y el virtuosismo del instrumento de viento más cercano a la voz humana. 

Fauré conoció la obra de Schumann por su maestro Camille Saint-Saëns; se dice que apreciaba su música para piano más que ninguna otra, así que hemos querido intercalar estas Romanzas de Schumann, originalmente escritas para oboe o violín. Fauré fue un gran maestro. Nombres como Ravel, Koechlin, Enescu, las hermanas Boulanger, entre otros, pasaron por su clase. 

Por último, dedicamos todo este concierto a otro gran Maestro cubano, formador de grandes músicos: Feliz cumpleaños 80 a nuestro querido Frank Fernández; gracias por la música y por el magisterio de toda una vida.



 


Programa

Sonata 4 op.2 “La Lumagne” en sol menor, de Michel Blavet (1700-1768)

Adagio

Allemande (Allegro Moderato)

Sicilienne (Lent)

Presto

Le Lutin (Allegro Vivace)

 

Homenaje a Brouwer por su 85 cumpleaños

Primer movimiento de la Sonata de la Sonata de Primavera para flauta sola Leo Brouwer (1939-)

Preludio epigramático I **                Leo Brouwer (1939- )

Moderato Cantabile 

Primer movimiento de Danza de las aguas para flauta y piano

Amazonas y Orinoco ** 

 

Entre Schumann y Fauré

Romanzas op. 94      Robert Schumann (1810-1856)

Romanza I  Nicht schnell (Moderato)

Morceau de Concours                               Gabriel Fauré (1845-1924)

Romanza II Einfach, inning                         Robert Schumann (1810-1856)

Sicilienne from Pelléas et Melisande       Gabriel Fauré (1845-1924)

Romanza III Nicht schnell                           Robert Schumann (1810-1856)   

Fantasie op. 79                                           Gabriel Fauré (1845-1924)                                

      

** Estreno mundial, cortesía del Maestro Leo Brouwer y de Ediciones Espiral Eterna

jueves, 14 de marzo de 2024

Corrupción y política en Cuba I

Dado que estoy percibiendo cierta tendecia a reducir a la corrupción, los problemas estructurales de la economía cubana, inicio hoy la entrega de una serie de artículos sobre el tema. Espero tengan la paciencia de leerlos... 




 Robert Klitgaard plantea que la corrupción opera según una fórmula aritmética: C=M+D-R donde C sería la corrupción; M, el monopolio; D, la discrecionalidad y R, la rendición de cuentas. De tal modo, en la medida en que los canales y flujos de rendición de cuentas sean mayores, mejor se podrán contrarrestar los riegos del monopolio y la discrecionalidad (uso libre de las atribuciones), en función de llevar a niveles tolerables la corrupción.

Aunque el mismo Klitgaard aclara que no hay una receta para combatir la corrupción, la operacionalización que hace del fenómeno, con más de 40 años de estudiarlo en occidente, le sugiere a los gobernantes, contralores y jueces, el camino a seguir para contrarrestarla. 

La sugerencia mediática de conatos de corrupción en Cuba -no digo hechos, aun nadie presenta hechos sino una nota ambigua del Primer Secretario del PCC, una exposición historicista en un programa de la televisión estatal y contenidos en las redes que van desde especulaciones con datos reales o posverdades hasta inventos ridículos- nos pone  la mirada en lo que constituye un flagelo para cualquier sociedad. Porque un corrupto nunca lo es individualmente, como se manipula desde los medios y las plataformas apegados a matrices ideopolíticas, un corrupto existe porque el sistema en el que se producen las relaciones humanas -económicas, culturales, políticas- posee vulnerabilidades que permiten su pudrición. 

Roberto Arias Palomino fue un presidente de gobierno que tuvo Manzanillo hará como veinte años. Tuve un buen criterio de su trabajo y condiciones humanas y, al parecer, el tenía un buen criterio del mio en la Dirección Municipal de Cultura de Manzanillo y en Radio Granma puesto que, una tarde, sentados sobre un banco del Parque Céspedes de mi ciudad natal, me propuso aceptara el proceso para que me nombraran director de  gastronomía. 

Para mi, la oferta era tentadora. Muy tentadora. Uno de los problemas más acuciantes del sector artístico en Manzanillo era la insensibilidad y falta de formación estética de los administrativos del municipio que limitaba la programación profesional del importante potencial musical y literario de la ciudad. Me imaginé enseguida en una posición decisora desde la cual yo podría hacer realidad el sueño de jerarquizar los valores identitarios, el buen gusto, lo más valioso estética y tradicionalmente en espacios de comercialización de alta demanda. Enseguida me vi apoyando la producción de un espectáculo para cada cabaret o centro nocturno de la ciudad, poniendo productos lo más barato posibles para vender en La Casa de la Trova, La Casa de la Cultura, las actividades de la UNEAC y la AHS, las peñas comunitarias, los establecimientos cercanos a los cines y los teatros.... Y, bueno, también cumplir con el resto de los propósitos de una empresa gastronómicas.  Pedí un tiempo para pensarlo aunque -en mi fuero interno- ya estaba convencido del sí, con todo y que estaba consciente, implicaría un grado de consagración que impediria siguiera desarrrollando mi pasión: la radio. 

Esa noche en casa, después de comer, le comenté a La Vieja. Mi madre toda su vida había trabajado en el sector de los servicios como contadora y económica. Y era muy respetada en su actividad al punto de que, el día de su velatorio, quienes habían sido sus compañeros decían que jamás una auditoría ni una verificación fiscal -en treinta años- había podido dejarle algo más que un par de sugerencias. 

Mi madre me miro seria y me dijo: "No es buena idea, mijo. Tú no sirves para eso". El Viejo, que también estaba, quiso interceder por mis supuestas capacidades y habilidades, y mami, categórica, radicalizó su veredicto: "Les digo que es una muy mala idea".  

"¿Por qué?" Pregunté medio decepcionado. 

"Porque tú no sabes robar. Nosotros no te enseñamos a robar" -respondió mi madre de modo lapidario. Y, acto seguido, con su explicación de que sólo podria dirigir con éxito una empresa estatal de comercio o gastronómía quien conociera los múltiples modos que existían de robar, desviar recursos y traficar influencias -aunque por su formación ética no practicara esos desmanes-,  con esa explicación, mi madre -una contadora- me demostró aquella noche de principios del Siglo XXI por qué la gestión del comercio y los servicios en Cuba no podía -ni puede- funcionar según el modelo estatizado que tanto insistimos en aplicar y que, trasciende lo económico, para caer en el ámbito de lo ideopolítico. 

Si examinamos la fórmula de Klitgaard, C=M + D - R, notaremos que es la Rendición de Cuentas lo único que contrarresta la tendencia a la corrupción que el Monopolio y la Discrecionalidad producen. En este primer artículo, sentaré las bases contextuales de mi análisis antes del examen de la Rendición de Cuentas a través de las estructuras institucionales cubanas y su reflejo por los medios de comunicación que haré en artículos posteriores.

Entonces estamos en Cuba donde las OSDEs (Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial), aunque surgidas para teóricamente separar funciones estatales de las empresariales, establecen las normas y controlan, limitan determinados procederes y estimulan otros. O sea, en la práctica funcionan como monopolios nacionales con una alta discrecionalidad superior.

Las OSDEs no son estructuras etéreas, están compuestas por seres humanos, sujetos que, en su mayoría, escalaron durante años por la pirámide meritocrática; una estructura que, esos sujetos saben, no les pertenece, le pertenece al Estado y el Estado es, o se las ingenia para aparentar que es: ¡El Jefe! Y el jefe, dada precisamente los altos grados de discrecionalidad que posee, pueden prescindir del sujeto en cualquier momento de modo que por una mera condición humana, la tendencia del sujeto será aprovechar su posición para si mismo lo mejor que pueda hasta que pueda lo cual no es un problema del sujeto en cuestión sino del sistema de relaciones en una sociedad cuyas premisas ideopolíticas tienden a exacerbar el papel del liderazgo individual aunque, en la retórica mediática oficial, se apele a lo colectivo.

Cabría examinar cuál sería el mérito esencial que harían que el sujeto llegara a lo más alto de la pirámide empresarial. En primer lugar: La Fidelidad a la Revolución lo cual no es una condición psicosocial, ni una habilidad técnica ni una competencia profesional  sino es -la fidelidad a la revolución- una abstracción ideopolítica. Aquí el líder individual opera mentalmente de modo que aisla, encierra, esa fidelidad a la revolución en su propio espacio vital, o sea, entiende que serle fiel a la revolución es, en primer lugar, serle fiel a él mismo, a su persona, a sus decisiones, porque su persona y sus decisiones son su revolución: el jefe es la revolucion y es este jefe-encarnación de la revolución quien precisamente, desde una posición superior o con mayor discrecionalidad que el sujeto -llamémosle cuadro desde ahora,-, evalúa y califica esa fidelidad, premia o demerita. De modo que con frecuente y relativa facilidad, se cae en la trampa de asumir -por el jefe- que el cuadro subordinado o supervisado más fiel a la revolución es aquel que, al menos en apariencia, es más fiel al jefe mismo, y se muestra más coincidente con el jefe mismo. 

Dado el grado de monopolio y discrecionalidad que los decisores poseen en nuestras OSDEs y los ministerios,  para que la meritocracia funcione en pos del cumplimiento de la misión empresarial, en vez de que funcione según  los propósitos personales del jefe o supervisor político coincidan o no esos propósitos con la eficacia empresarial, ese jefe debería actuar según cierta eticidad acorde... Practicar cierta axiología acorde a una alta vocación de servicio, de entrega, de sacrificio a las cuáles no parece que hayamos llegado en Cuba como generalidad predominante. Y es ahí donde se produce una especie de bucle negativo hacia la ineficacia y la corrupción, y que insistir en reorientar la economía cubana hacia la eficiencia y la productividad en los términos del modelo sociopolítico actual, a mi me parezca improbable, y tenga la noción  de que  un corrupto, dos, una docena o cientos no han creado la crisis actual que padecemos en Cuba. Eso es una manipulación cínicamente reduccionista y vulgar de la crisis económica y axiológica que padecemos...  

(Continuará...)



martes, 12 de marzo de 2024

Editorial personalísimo

 Aprecio especialmente los lectores-amigos que me conminan a mirarme por dentro. Aquel que, por ejemplo, me hace notar que él ha podido lograr en Estados Unidos los sueños que, al parecer, no pudo en Cuba, y que por eso da gracias a Dios. Como es respetuoso cuando me confiesa que no comprende mis posturas en este blog, ni logra discernir qué defiendo o qué no defiendo, hace que me detenga a pensar en mis propios sueños.

Cuando miro hacia atrás -parece una paradoja, hablar de sueños y, acto seguido, mirar hacia atrás- me veo siempre aferrado a contribuir a hacerle la vida un poco más llevadera a quienes quiero y me quieren aunque, eventulmente, haya descubierto que alguno de los que he querido, en realidad, no me querían. Y no veo que ese empeño -acaso mi sueño fundamental- pueda yo lograrlo -o al menos luchar por lograrlo- fuera de Cuba ni, mucho menos, en los Estados Unidos. 

A lo mejor si un día, si llegara el dia, en que un mal gobierno nuestro, combinado con la asfixia que nos produce el bloqueo imperialista, más la presunta decisión de La Caro de irse a vivir a Estados Unidos -decisión que no ha tomado que yo sepa- haría que pensara en esa posibilidad. Pero entonces, por razones prácticas porque estaré viejo y -como pinta la cosa- ciego o casi ciego, sería muy poco probable que me montara en un avión. De tal modo, estoy destinado -quién sabe si condenado- a vivir en Cuba el resto de mis días. 

Aquel amigo  bendice a América -entiéndase los Estados Unidos-,  por ser "la Patria que no le falló". Pone una foto exultante del día en que le otorgaron la ciudadanía de aquella América. 

Yo también quisiera que el buen Dios de los Ateos bendiga a América, a la América toda: la de Lincon y la de Bolívar, la de Washington y la de Martí, la de los pieles rojas y los mapuches, la de aquellos peregrinos que dieron gracias a Dios, y también la sufrida que nos contó en sus crónicas Fray Bartolomé de las Casas. La de Félix Varela y la de Martin Luther King.

Admiro a Boby Fischer tanto como a Capablanca y disfruto a Gershwin tanto como a Lecuona. No vi demasiado baloncesto hasta que apareció Le Bron y desde que Messi se fue a jugar al Inter de Miami, por primera vez, me he declarado fans de alguna cosa de aquella ciudad. 

Pero mi patria es Cuba, y no aspiro a que Cuba me otorgue otro privilegio que no sea el derecho a amarla y defenderla, y a honrarla con todos los descomunales problemas que enfrentamos. Con apagones que tienen a los mios en Manzanillo cocinando con carbón, con Caro llamándome agobiada porque ni siquiera le da tiempo a cargar el cell de su novio -el de ella se rompió y no he podido reunir todavía para comprarle otro- para poder estudiar en una universidad que ya no tiene libros tradicionales y que los contenidos dependen de la conectividad. Con la incertidumbre en el futuro y a la espera del momento -que cada vez parece más inevitable- en que la colosal resiliencia acumulada por este pueblo se convierta en explosión social, y en daño autoinfringido, a lo peor sangriento.

Con todos esos riesgos y peligros, no permito que ni estos ni aquellos secuestren mi derecho a soñar Cuba,  ni por como pienso, ni por conveniencias políticas o económicas, ni porque mañana la balanza del poder se incline hacia un lado u otro. 

 Como no confundo Patria con sistema ideopolítico, sé que jamás La Patria me fallará, y sólo quisiera no fallarle yo a ella. Y no fallarle significa levantarme todos los días antes del amanecer a luchar viajes en los camiones, a buscar contratos para la mypime en la cual trabajo porque hay choferes con familia, albañiles con familia, operarios con familia con los mismos problemas que la mía, o peores. Y hay que salir a pelear. 

La semana pasada conocí al director de una entidad estatal con la cual estamos estableciendo un negocio para beneficio mutuo -eso que le llaman encadenamiento productivo-, como una muestra de confianza me invitó al Consejo de Dirección en el cual decidirían si firmábamos contrato o no. Noté que tomaba mucha agua, que tenía un color de piel extraño, y que la secretaria lo mimaba tal vez demasiado maternal. Al rato quedé con la secretaria a la espera de unos documentos y no pude evitar preguntarle si su jefe estaba enfermo. Ella me respondió que sí, que recien había salido del hospital de ponerse sueros citostáticos, que no quiso acogerse al certificado médico. ¿Por qué? Pregunté yo. "Porque la empresa está dejando pérdidas y esto es una vergüenza para mi. Y porque sin hacer nada en la casa me voy a morir más rápido" -expresó el hombre en voz alta desde su buró. 

Hace un par de días supe de un amigo del preuniversitario residente en el extranjero desde hace ya casi 30 años que, de visita en La Habana, quería cumplir el sueño de fotografiarse con Silvio. Se lo conté al trovador y accedió con esa sencillez y bondad que te remite a la niñez de un hombre de más de setenta años. Mi amigo, que gracias a su trabajo además ha viajado medio mundo, se ha puesto tan contento, me ha dado las gracias con tanta efusividad y emoción, que me ha sacado de cierto cansancio y decepción que he estado sintiendo las últimas semanas, ante tantas dificultades agolpadas. Les doy las gracias a él por eso, y a Silvio. 

Porque en Cuba conozco gente como ese director de empresa estatal, como mis antiguos compañeros de trabajo de la dirección de cultura de La Lisa o mis actuales de la mipyme. Porque en Cuba me reencuentro con gente como mi amigo que sueña con fotografiarse con Silvio. Porque en Cuba he soñado escribir un libro -que sea malo o bueno, es otra cosa-, y he escrito cinco; en Cuba he soñado asumir los riesgos de mostrarme tal como soy, y lo he hecho. En Cuba he sufrido y me he alegrado, y gracias precisamente a que he vivido en Manzanillo -y a pesar de la distancia-, hace unos años alguien me pidió que le sirviera de guía para reencontrarse con su ciudad, y resultó la mujer de mis sueños;  la que más he amado y me ha amado con un amor, que si uno lo ve en una película francesa, cree que no es verdad. 

Espero que aquellos que yo  entiendo y respeto cuando dan gracias a Dios comiendo pavo, y gritan God Bless America, me entiendan y respeten a mi cuando doy gracias por vivir en Cuba, con frijoles negros carísimos -acaso inalcanzables-  y plátanos a puñetazos, a los puñetazos de esta vida entre bloqueo y peor administración,  y grito: ¡Viva la tierra que da la caña de azúcar! Aunque, ciertamente, ya no cumplamos el plan de zafra.

domingo, 10 de marzo de 2024

¿Causalidad o casualidad?

 Este fin de semana, que parece que todo acabará pronto, recordé la vez que Caro enfermó de neunomía. Sería como el 2015 o 2016. Mi amigo, el doctor Ezequiel, le recetó penicilina pero en ninguna farmacia de Manzanillo había. Un conocido de una amiga me regaló tres bulbos de unas que tenía para sus cerdos pero no era dosis suficiente.

Ese día, por casualidad o causalidad, Israel Rojas me llamó por teléfono. Era un tiempo en que nos comunicábamos mucho más que ahora que vivo en La Habana, y fue inevitable le transmitiera mi preocupación por la enfermedad de La Caro. 

Tres días después, en la terminal de ómnibus de Manzanillo, recibí el resto de los bulbos de penicilina enviados por Isra. Unos minutos antes me había llamado y dicho: "...¿Te acuerdas de Carlitos? Compartimos un día con él y su familia. Le comentó a su padre, Lage, que La Caro estaba enferma, y te envía los últimos bulbos que le quedaban, que los tenía guardado por si se le enferma uno de los nietos". 

Hoy, que parece como tantas otras veces que todo acabará pronto, he recordado aquel episodio no sé por qué. O sí sé pero no quiero decirlo. Y he decidido compartirles las palabras de Carlos Lage en su setenta aniversario: 




sábado, 9 de marzo de 2024

¿Por qué ayudar?

 Por: Eduardo Rodríguez Dávila.

          Ministro de Transporte de la República de            Cuba. 


Reconozco que me tomó tiempo escribir este mensaje. Y la demora no por lo difícil, sino por temor a no hacerlo bien, a que sonara a petulancia, autobombo o populismo. Sin embargo, por la utilidad de compartir mi experiencia con los demás, me atreví.

El equipo me pidió estas palabras bajo el pie forzado de esgrimir "algunas ideas de por qué damos botella mientras conduzco o me desplazo en un vehículo oficial, para profundizar en las razones políticas, éticas y humanas que hay detrás". 

Cuando recojo a personas en las paradas:

- no pienso en que voy apurado a mi reunión, pienso en los que esperan desesperados la oportunidad de llegar a su destino;

- no pienso en que me  ensucien tal vez por dentro el carro, pienso en esa persona mayor que pudiera ser mi madre o mi padre, que a duras penas pueden resistir un minuto más en la parada;

- no pienso en que tengo que recoger a personas de mi trabajo por el camino, simplemente ofrezco el recorrido que tengo disponible, casi siempre a alguien le sirve;

- no pienso si hay inspector o no que controle la cola, pienso en que seguramente dos o tres personas resolverán conmigo su problema;

- no pienso en que quizás personas ajenas compartan el carro con miembros de mi familia, pienso en primer lugar que el carro no es mío y luego, que si no tuviera el carro, esos de ahí afuera serían mi familia y agradecerían la ayuda;

- no pienso en que tal vez se me pueda perder algo del interior del carro, pues precisamente para ayudar sin límites, pongo siempre las cosas en el maletero;

- no pienso en que se pueden romper piezas del interior del carro, pienso en que esas mismas cosas también se les pueden romper a cualquiera de los colegas de trabajo que transporto o a los miembros de mi familia;

- no pienso en si tengo poco tiempo, pienso en quien esperando en una parada tiene a un familiar ingresado o una necesidad impostergable en la que un aventón es cuestión de vida o muerte;

- no pienso en si lo hago o no, si hay inspector o no, pienso en la sonrisa de agradecimiento que recibo después de cada ayuda, y el ejemplo que representa para todos mis colaboradores;

- no pienso en nada más que la suerte que tengo de tener un carro del Estado y la obligación que ello encierra de servir al pueblo, ese que de algún modo contribuye con el carro que yo tengo. Es lo menos que puedo hacer y por lo tanto mi obligación moral, que incluye exigir que otros lo hagan. Y es por eso, en definitiva, que redacto estas líneas.

Pero al igual que yo, hay choferes estatales y privados dispuestos a apoyar a otras personas, siempre que puedan, para que su movilidad sea menos infausta. A cada rato se viraliza una historia de ese tipo en redes. Para los del batallón al que pertenezco, los que paran en las paradas, el reconocimiento. Para los que no lo hacen, nuestro repudio, no debieran tener a su cargo un vehículo del Estado.

En tiempos tan complicados, de tantas carencias, nos salva la solidaridad. Esa que existe en nosotros y la despierta el otro cuando nos necesita. Esa que regresa como boomerán, porque mañana la necesitarás para ti.

Si estas palabras sirven, hago un llamado a fomentarlas y sobre todo la conducta que promueven. La vida es mucho más fértil y feliz cuando la habitamos desde la colaboración, la cooperación, el apoyo, la generosidad. Que nuestras posibilidades de movilidad sean herramientas para servir y cuidar al otro, en tanto construimos una situación mejor en el transporte público. Eso merecemos.





viernes, 8 de marzo de 2024

Preguntas ¿Sin respuestas?

Por más que mi vocación crítica busque cómo refutar este análisis de El Toque acerca de la nota emitida ayer por el Presidente Miguel Diaz-Canel acerca de las actuaciones de Alejandro Gil, no encuentro cómo rebatirlo.

Esta es una de las ocasiones en que, si uno es honrado, se queda sin argumentos para comprender  cómo queda nuestro gobierno por más que Diaz-Canel se anticipe en su nota oficial, y plantee qué: "Como es de esperar, el enemigo desatará una nueva campaña propagandística contra Cuba...".


En lo personal, no necesito que el periódico Granma, citando al sitio Razones de Cuba, nos informe  que la CIA realiza una operación de inteligencia para inducir más inflación en Cuba con el uso de El Toque, para convencerme de que los adversarios del sistema socio-político cubano traten de aprovechar los trebejos sin protección que deje una pieza tan poderosa como el ex-Ministro de la Economía, presionen las debilidades para articular sus piezas y traten de acorralar hasta el jaque mate. 

El Toque, obviamente, especula acorde a su matriz: 

El anuncio de un proceso penal contra Gil, después del festival de abrazos de Canel y de la apología de la propaganda, muestra a Miguel Mario como un tonto. Como una persona sin control de lo que sucede en su círculo más cercano. Lo dibuja como alguien incapaz de definir con certeza en quién pone sus afectos y los destinos del país. Pero más que nada, lo muestra —como muchos saben—como una persona sin poder.

Probablemente esta especulación  la hagan con la plata que le ponen quienes apuestan porque nos matemos entre nosotros, nos desmembremos como nación hasta un punto de no retorno -como Yugoeslavia, Irak, Libia, Afganistán, Haití-  para luego venir a "reconstruir", y recoger los jugosos frutos de la "inversión". Pero, más allá de esta acotación no menor, uno se pregunta: ¿Cómo va a refutar tal especulación la prensa de izquierda, la militancia revolucionaria, sobre la base de los hechos y no de una supuesta fe popular mayoritaria en los valores de nuestros dirigentes que, otra vez, está en entredicho?


 

El periodista, vice-presidente de la UPEC y  diputado a la Asamblea Nacional, Francisco Rodríguez Cruz, se ha sentido traicionado, y ha escrito  su perfil de facebook: "Y yo que salí a defenderlo. Qué papelazo. Pero nunca me arrepentiré de creer en lo mejor de las personas..." Personalmente me ha parecido admirable esa postura por la honradez de reconocer que se ha equivocado, y así se lo he hecho saber pero no puedo dejar de preguntarme adónde a ido a parar la probidad, la transparencia y la eticidad -que no la ética pues usada como sustantivo nombra una disciplina filosófica, no los modos de comportamiento-  de las estructuras políticas y gubernamentales, a tal punto, que un diputado se vaya con "la de trapo". ¿Qué profundidad tienen las rendiciones de cuenta de los altos dirigentes ante El Soberano -representado por El Parlamento- que en diciembre un tío es ponderado por su esfuerzo y dedicación, en febrero es defendido por un medio fundamental controlado por Comité Central del PCC, como Cubadebate, por una Premio Nacional de Periodismo, y en marzo se anuncia que: "Como resultado de una rigurosa investigación se determinaron graves errores cometidos..."? 

No por morbo ni curiosidad malsana, me pregunto: ¿Cómo se sentirá Arleen Rodríguez Derivet al conocer el contenido de una nota que, es de esperar, pasó por el mismo equipo de comunicadores al que ella pertenece, y que desmiente un espacio creado, precisamente, para desmentir fake news? Pero este es un asunto subjetivo, relativo a la intimidad de una Ser Humano en la cual no resultaría elegante hurgar demasiado.


Una cuestión que sí nos compete a todos los ciudadanos cubanos, y me atrevería a asegurar que, sobre todo, a los ciudadanos honradamente revolucionarios, sería:

¿Cómo van a responder ahora a la especulación de El Toque, a una matriz cada vez más visible y argumentada -tengo que admitirlo- de que hay una especie de suprapoder de facto en el país, superior al del mismísimo Primer Secretario del PCC? 

Me declaro incompetente para responder a esa cuestión consciente de que  nada significo en el concierto de una nación. Pero: ¿Y los medios fundamentales de comunicación controlados por el Partido por mandato constitucional? ¿Cómo van a responder ante eso? ¿Con el silencio? ¿Con la evocación de una fe del pueblo en la dirigencia que cada vez está más debilitada dado los resultados de su gestión?  

¿Qué periodista revolucionario, militante comunista, le va a solicitar una entrevista al Presidente, o al Primer Ministro -a la sazón jefe directo de Gil- para que aclaren si hay relación entre los "graves errores" del destituído y la debacle de la economía cubana a partir de medidas y contramedidas que, todos suponemos, se consensaban en las estructuras gubernametales y políticas? ¿Esas respuestas se publicarán en los medios de la Revolución cuyos preceptos estipulan: ¡No mentir jamás ni violar principios éticos!?

¿Qué lecciones sacan nuestras estructuras de comunicación política de esto? ¿Las harán públicas, al menos, entre la militancia? 

Mis interrogantes no son las de un tipo que se presta para ninguna campaña aviesa. A solas con su almohada, cualquier revolucionario que, incluso, su tarea militante sea cuestionarme por hacerme estas preguntas y citar al Toque en este blog... A solas con su almohada, estoy casi seguro, tendrá las mismas dudas.

jueves, 7 de marzo de 2024

Aristóteles compilado:

Citas aristotélicas tomadas de las redes del DrC José Walter Mondelo García

“Un rasgo de la libertad es el ser gobernado y gobernar alternativamente, la otra característica es el hecho de vivir como se quiera”

"El único Estado estable es aquel en que todos los ciudadanos son iguales ante la ley."

“El principio básico de la condición democrática es la libertad, una constatación que la gente hace continuamente observando que solo en esa constitución viven en libertad los hombres, porque toda democracia- dicen ellos- tiene la libertad como fin; gobernar y ser gobernados por turnos es una prueba de libertad. El otro elemento es vivir como cada uno quiera, porque esto, dicen ellos - es una condición de la libertad, ya que el esclavo no puede vivir como desea. Esta es la segunda nota distintiva de la democracia, y de ella se deriva el ideal de no ser gobernado por nadie siempre que sea posible, o al menos gobernar y ser gobernado por turnos.” 

“El ciudadano se define sin más por ningún otro rasgo que por su participación en los tribunales y en el gobierno. Así que quien es ciudadano, resulta claro: aquel a quien le está permitido compartir el poder deliberativo y judicial”

“Es un error grave, aunque muy común, hacer descansar exclusivamente la democracia en la soberanía del número (….)"

"No hay verdadera democracia sino allí donde los hombres libres, pero pobres, forman la mayoría y son soberanos. No hay oligarquía más que donde los ricos y los nobles, siendo pocos en número, ejercen la soberanía.(…) Ciertamente es más exacto decir que hay democracia allí donde la soberanía reside en todos los hombres libres; y oligarquía donde pertenece exclusivamente a los ricos”

“El rasgo eminentemente distintivo del verdadero ciudadano es el goce de las funciones de juez y de magistrado, juez y miembro de la asamblea pública (…) Fuera de la democracia, no existe el derecho común e ilimitado de ser miembro de la asamblea pública y juez”.




domingo, 3 de marzo de 2024

Carta al Presidente de los Estados Unidos.

Por: Noah Seathl, Jefe de la Tribu Suwamisu


El gran jefe de Washington manda palabras, quiere comprar nuestras tierras. El gran jefe también manda palabras de amistad y bienaventuranzas. Esto es amable de su parte, puesto que nosotros sabemos que él tiene muy poca necesidad de nuestra amistad. Pero tendremos en cuenta su oferta, porque estamos seguros de que si no obramos así, el hombre blanco vendrá con sus pistolas y tomará nuestras tierras. El gran jefe de Washington puede contar con la palabra del gran jefe Seattle, como pueden nuestros hermanos blancos contar con el retorno de las estaciones. Mis palabras son como las estrellas, nada ocultan.

¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esta idea es extraña para mi pueblo. Si hasta ahora no somos dueños de la frescura del aire o del resplandor del agua, ¿cómo nos lo pueden ustedes comprar? Nosotros decidiremos en nuestro tiempo. Cada parte de esta tierra es sagrada para mi gente. Cada brillante espina de pino, cada orilla arenosa, cada rincón del oscuro bosque, cada claro y zumbador insecto, es sagrado en la memoria y experiencia de mi gente.

Nosotros sabemos que el hombre blanco no entiende nuestras costumbres. Para él, una porción de tierra es lo mismo que otra, porque él es un extraño que viene en la noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana, sino su enemigo, y cuando él la ha conquistado sigue adelante. Él deja las tumbas de sus padres atrás, y no le importa. Así, las tumbas de sus padres y los derechos de nacimiento de sus hijos son olvidados. Su apetito devorará la tierra y dejará detrás un desierto. La vista de sus ciudades duele a los ojos del hombre piel roja. Pero tal vez es porque el hombre piel roja es un salvaje y no entiende. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades de los hombres blancos. Ningún lugar para escuchar las hojas en la primavera o el zumbido de las alas de los insectos.

Pero tal vez es porque yo soy un salvaje y no entiendo, y el ruido parece insultarme los oídos. Yo me pregunto: ¿qué queda de la vida si el hombre no puede escuchar el hermoso grito del pájaro nocturno, o los argumentos de las ranas alrededor de un lago al atardecer? Piel roja prefiere el suave sonido del viento cabalgando sobre la superficie de un lago, y el olor del mismo viento lavado por la lluvia del mediodía o impregnado por la fragancia de los pinos. El aire es valioso. Porque todas las cosas comparten la misma respiración: las bestias, los árboles y el hombre. El hombre blanco parece que no notara el aire que respira. Como un hombre que está muriendo durante muchos días, él es indiferente a su pestilencia.

Si yo decido aceptar, pondré una condición: el hombre blanco deberá tratar a las bestias de esta tierra como hermanos. Yo soy un salvaje y no entiendo ningún otro camino. He visto miles de búfalos pudriéndose en las praderas, abandonados por el hombre blanco que pasaba en el tren y los mataba por deporte. Yo soy un salvaje y no entiendo como el ferrocarril puede ser más importante que los búfalos que nosotros matamos sólo para sobrevivir. ¿Qué será del hombre sin los animales? Si todos los animales desaparecieran, el hombre moriría de una gran soledad espiritual, porque cualquier cosa que le pase a los animales también le pasa al hombre. Todas las cosas está relacionadas. Todo lo que hiere a la tierra, herirá también a los hijos de la tierra. Nuestros hijos han visto a sus padres humillados en la derrota. Nuestros guerreros han sentido la vergüenza. Y después de la derrota convierten sus días en tristezas y ensucian sus cuerpos con comidas y bebidas fuertes.

Importa muy poco el lugar donde pasemos el resto de nuestros días. No quedan muchos. Unas pocas horas más, unos pocos inviernos más, y ninguno de los hijos de las grandes tribus que una vez existieron sobre esta tierra o que anduvieron en pequeñas bandas por los bosques, quedarán para lamentarse ante las tumbas de una gente que un día fue poderosa y tan llena de esperanza.

Una cosa sabemos nosotros y el hombre blanco puede un día descubrirla: Nuestro Dios es el mismo Dios. Usted puede pensar ahora que usted es dueño de él, así como usted desea hacerse dueño de nuestra tierra. Pero usted no puede. Él es el Dios del hombre y su compasión es igual para el hombre blanco que para el piel roja. Esta tierra es preciosa para él, y hacerle daño a la tierra es amontonar desprecio al su creador.

Los blancos también pasarán, tal vez más rápidos que otras tribus. Continúe ensuciando su cama y algún día terminará durmiendo sobre su propio desperdicio. Cuando los búfalos sean todos sacrificados, y los caballos salvajes amansados todos, y los secretos rincones de los bosques se llenen con el olor de muchos hombres ( y las vistas de las montañas se llenes de esposas habladoras), ¿dónde estará el matorral? Desaparecido. ¿Dónde estará el águila? Desaparecida. Es decir, adiós a lo que crece, adiós a lo veloz, adiós a la caza. Será el fin de la vida y el comienzo de la supervivencia.

Nosotros tal vez lo entenderíamos si supiéramos lo que el hombre blanco sueña, qué esperanzas les describe a sus niños en las noches largas del invierno, con qué visiones le queman su mente para que ellos puedan desear el mañana. Pero nosotros somos salvajes. Los sueños del hombre blanco están ocultos para nosotros, y porque están escondidos, nosotros iremos por nuestro propio camino. Si nosotros aceptamos, será para asegurar la reserva que nos han prometido. Allí tal vez podamos vivir los pocos días que nos quedan, como es nuestro deseo.

Cuando el último piel roja haya desaparecido de la tierra y su memoria sea solamente la sombra de una nube cruzando la pradera, estas costas y estas praderas aún contendrán los espíritus de mi gente; porque ellos aman esta tierra como el recién nacido ama el latido del corazón de su madre. Si nosotros vendemos a ustedes nuestra tierra, ámenla como nosotros la hemos amado. Cuídenla, como nosotros la hemos cuidado. Retengan en sus mentes la memoria de la tierra tal y como se la entregamos. Y con todas sus fuerzas, con todas sus ganas, consérvenla para sus hijos, ámenla así como Dios nos ama a todos. Una cosa sabemos: nuestro Dios es el mismo Dios de ustedes, esta tierra es preciosa para él. Y el hombre blanco no puede estar excluido de un destino común.