Filosofía beisbolera de opinante.

 Allá quien quiera ponerse esotérico con el Clásico Mundial de Beisbol y la actuación que va teniendo el #teamasere. Asunto y derecho de cada cual.

En la pelota, como en la vida, si se hace bien la cuestión concreta hay más probabilidades de lograr  los efectos esperados o de acercarse aceptablemebte a los efectos esperados. Si las cosas se hacen mal no se logran o se logran efectos contrarios. Lo demás es ñequeñeque y nuestra ancestral necesidad de tener un Gran Chamán en la tribu. Por mucho que gritó, cantó y bailó la afición de China Taipei: su equipo no le pudo ganar al cubano.

Es verdad que el ñequeñeque inexado -si  contagia emociones positivas-  nos hace eventualmente la vida más llevadera y puede contribuir al final esperado, incluso, provocar una predisposición extra para alcanzar la meta. Cuando llevo 120 kms pedaleando y siento que me voy fundiendo, enseguida comienzo a repetir mentalmente "El largo y tortuoso camino" de Los Beatles o "Llueve otra vez"  de Silvio, y la letanía me ayuda a mantener el ritmo unos cuantos kilómetros mas.   Pero no es el estímulo asociado lo que garantiza que llegue a la meta sino mi condición física previa al reto. El día que me dio la pájara, y casi me desmayo, iba cantando....  

Argentina no ganó el mundial porque una canción los compulsara o porque millones de argentinos le encendieran velas a San Mateo del Buen Gol o a Santa Parada de los Penalities. La canción y los rezos contribuyeron al ambiente positivo pero ganaron el mundial de futbol porque  su cuerpo técnico hizo bien las  cosas, aplicó la ciencia y la tecnología, dosificó correctamente la preparación. Supieron aprovechar oportunidades y aplicar al máximo las fortalezas propias. Neutralizaron las amenazas y superaron las debilidades.  Sus jugadores no solo estaban altamente motivados -con motivaciones esenciales que superan los llamados, las consignas o el deseo de sus fans- , además, y sobre todo, porque estaban capacitados casi al tope de su maestría deportiva para lo cual tuvieron que hacer una buena preparación acorde a los requerimientos modernos de su tipo de entrenamiento. Y con todo y eso: varias veces pudieron perder un juego y quedar en el camino.

En el deporte, como en la vida, lo esencial es más complejo que la aparente victoria o la aparente derrota. En lo personal me molestó mucho mas que el mánager Mandy Jhonson  del Cuba dijera que no sabían nada de los italianos que la derrota (Después resultó que, segun cierta prensa, sí tenía las condiciones tecnológicas y humanas para que supiera) porque lo primero implicaba no hacer bien las cosas, mientras lo segundo podía implicar que, a pesar de hacer bien las cosas, el rival fuera superior. 

Puedo andar con perfecto equilibrio sobre la bici, respetar las leyes del tránsito, estar alerta y ser especialmente hábil para conducir, pero si un taxista me quiere pasar por arriba, me caza la pelea y me pasa por arriba porque con su taxi  es mas fuerte y más rápido que un opinante en una bicicleta. Entonces uno puede hacer las cosas bien y puede salir derrotado. Como también las puedes hacer medianamente mal -o medianamente bien-, y la cadena de sucesos dar como resultados que obtengas una victoria eventual. Lo demuestra, precisamente, la clasificación de Cuba a la segunda etapa del Clásico Mundial de Pelota.

 Hay quien se conforma y festeja por hacer las cosas medianamente mal y que, por los otros hacerlas peor,  le traigan resultados medianamente buenos siempre y cuando,  el camino a esos resultados, no lo saque de su zona de confort. Y hay quien se bate, y se bate por el mejor desenlace, y lo trata de hacer siempre lo mejor posible -incluso por encima de su talento- aun cuando casi nunca logre la plenitud de su meta. Estos últimos son mis preferidos. Y cuando esos últimos lo logran, el gozo es muy superior (si lo sabrán los hinchas argentinos). Hay quien canta victoria cuando se entera de que entraron mas turistas este enero  que en enero del 2021 aunque hayan entrado mucho menos que en enero del 2017, y en un policlínico de Guanabacoa no haya algodón para ponerle antiséptico a los pacientes luego de sacarle sangre para análisis. Ya dije que respeto el derecho a lo esotérico. 

Y también sé que La Pelota, aunque ciertamente tiene gran parecido a la vida en Cuba y al país que somos, y viceversa; no es ni toda la vida en Cuba ni todo el país que somos. Esta nación cubana es-o deberíamos aspirar a que sea- mucho más que cualquier juego o canción, y mucho mejores que cualquier equipo campeón.  Y lo aseguro sin perder la esperanza de que toda la energía física o esotérica nos ayude y el #teamasere gane el Clásico Mundial de Pelota.